Los eventos relatados en la Meguilá de Hitler son paralelos a los eventos de la tradicional Meguilá de Esther y reflejan la sensación de que el pueblo judío había experimentado una vez más, lo que experimentaron los judíos de Susa (Shushán), cuando Amán se dispuso a destruir a los judíos del Imperio persa. A pesar de las similitudes, Prosper Hassine subraya en su prefacio de la Meguilá de Hitler, que no se trata de una historia de alegría, puesto que no tiene un final feliz. Indica que la meguilá ha de leerse bajo un comportamiento serio, mientras se recuerda a las víctimas. Prosper Hassine también propone que, en la tradición de otras comunidades judías a lo largo de los tiempos, los judíos locales deberían celebrar Purim Katán (Purim pequeño) para señalar su liberación personal de la catástrofe cada 11 de noviembre, el aniversario internacional que marca el final de la Primera Guerra Mundial en 1918.
Este ejemplar de la Meguilá de Hitler que se conserva enrollada junto con una Meguilá de Esther, que pertenecía a la familia Corcos, que huyó desde Florencia a Casablanca en 1939, a causa de las leyes raciales que se decretaron contra los judíos en la Italia fascista. En 1940, los primeros hombres de la familia Corcos, fueron internados en campos de prisioneros de guerra, debido a su condición de ciudadanos italianos. Luego, tras el establecimiento del régimen de Vichy en Francia, los ciudadanos italianos fueron liberados de los campos, entre ellos los varones de la familia Corcos. Cuando el régimen de Vichy en Francia impuso restricciones a los judíos, los Corcos temieron sufrir el mismo destino que los judíos de los países europeos. Sin embargo, fueron salvados por la rápida liberación del norte de África por parte de los Aliados. Pese a ello, los problemas de la familia Corcos no habían terminado, ya que fueron arrestados una vez más, hasta que convencieron a las autoridades de que, aunque eran italianos, ellos mismos habían sido víctimas de la Italia fascista y, por lo tanto, eran inocentes.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la familia Corcos emigró a la tierra de Israel (Mandato Británico de Palestina).
Colección de Objetos de Yad Vashem
Donado por cortesía de Alberto Corcos, Herzliya, Israel