Introducción
"La primera gran tragedia. Gente que camina encadenada a sus bultos, los van arrastrando por la calle. Gente que cae. Bultos que se desparraman. Delante de mí hay una mujer encorvada bajo un bulto. Del bulto se derrama arroz sin cesar, cual sarta sobre la calle. […] No pienso en nada: ni sobre lo que pierdo, ni sobre lo que se acaba de perder, ni sobre lo que me espera. No veo la calle, los peatones, por delante; sólo me siento terriblemente cansado, siento que hierve en mí un insulto, un dolor. Ya está aquí la puerta del ghetto. Me arrebatan la libertad, me arrebatan mi hogar, también las calles conocidas de Vilna que tanto quiero. Me arrancan de todo lo que me gusta y aprecio".
Así describe en su diario Yitzhak (Itza'le) Rudashevski la expulsión al ghetto de Vilna. El diario fue escrito entre los alambrados del ghetto. Su contenido da la impresión que Yitzhak era consciente de la importancia del momento y entendía que se hallaba dentro de un proceso histórico muy significativo que decide futuros.
Yitzhak era hijo único de la familia Rudashevski, que se asentó en Vilna a comienzos de la década de los años 20 del siglo anterior. Su padre, Eliahu, trabajaba como tipógrafo en una imprenta y su madre, Rosa, era costurera. Yitzhak tuvo una niñez normal y su familia le daba importancia a su educación y formación. Yitzhak era un joven talentoso que demostraba un interés especial por los campos de la historia y la literatura. Era miembro del movimiento juvenil soviético y se convirtió en un "pioner" leal. En junio de 1941, al ser ocupada Vilna por el ejército alemán, todavía no había cumplido 14 años.
El relato
La primera anotación en su diario lleva la fecha de junio de 1941, el mes de la ocupación de Vilna, mientras que la última está fechada el 7 de abril de 1943. Se estima que hasta septiembre de 1942 Yitzhak escribió sobre los sucesos en retrospectiva, y únicamente desde ese momento en adelante empezó a escribir en el diario anotaciones al mismo tiempo que éstos iban sucediendo. En el diario se demuestra el talento de Yitzhak: su lenguaje rico, su alta capacidad de expresión, su sensibilidad hacia su entorno y su entendimiento de la realidad. En un idioma poético y sensible se describen vivencias, temores, reflexiones y deseos de un muchacho en el ghetto. El diario está escrito en yidish a lo largo de 204 páginas de una libreta pequeña, parte en lápiz y parte en lapicero. El diario nos permite echar un vistazo especial al mundo de los judíos que luchaban por sus vidas en el ghetto dominado por el miedo a la muerte. Así describe Yitzhak su primer día en el ghetto que cerraron en septiembre de 1941:
"El primer día del ghetto amanece. Corro inmediatamente a la calle. Las callejuelas están aún llenas de mucha gente intranquila. Es difícil abrirse camino. Me siento como dentro de un calabozo. No hay aire para respirar. Adonde uno vaya se encuentra con una puerta que le impide el paso. Busco y encuentro a parientes, conocidos. Muchas de las personas todavía no tienen departamentos. Se ubican en tiendas, sobre escaleras […] Decido buscar y encontrar a los amigos. Creo que tendremos que estar juntos".
Yitzhak comprendió que a fin de sobrevivir eran necesarias la organización social y la cooperación. Esta percepción muestra quizá su temor a la soledad descrito unas páginas antes en su diario: "Tan triste, cada uno tan solo. Nos presentan como hazmerreír".
La redacción de diarios durante el Holocausto no constituye un hecho extraordinario. Según se desprende de muchos otros diarios escritos en esa época, sabemos que la escritura de un diario era un hecho que contenía un conjunto de factores: el deseo de dejar un testimonio; el tipo de diálogo interno del escritor consigo mismo que acarreaba un remedio para el alma; una manera de afrontar las angustias de la vida y la soledad.
En el diario de Yitzhak hallamos parte de estos elementos y el pasaje citado a continuación enfatiza especialmente el intento de afrontar a la soledad y al temor.
La lectura del diario le permite al lector echar un vistazo por encima de las murallas del ghetto de Vilna y tener la experiencia siquiera de un poco de la vida diaria a través de la perspectiva singular de un muchacho. El diario nos brinda a nosotros, los lectores, una oportunidad para exponernos a los aspectos sensibles del joven a quien se le impuso madurar entre los muros del ghetto. La dura realidad en el ghetto menoscababa la estructura familiar normativa; muchos niños participaban en el sustento y el mantenimiento corriente del hogar, desde vigilar y ser responsables de los hermanos pequeños hasta ejecutar trabajos de cocina y limpieza.
Con frecuencia, los niños encontraban que eran los únicos responsables del cuidado y el sustento del resto de la familia, y a veces se veían obligados a servir como contrabandistas de alimentos y mercancías al ghetto. También Yitzhak encontró que era responsable de tareas que en la mayoría de los casos habían pertenecido hasta entonces a los adultos:
"Poco a poco la vida empezó a "volver a su normalidad". El puñado de judíos sobrevivientes empezó a acostumbrarse a las nuevas condiciones. Los padres trabajan y yo me convertí en ama de casa. Aprendí a cocinar, fregar los suelos, y así paso mis días. Al anochecer voy a recibir a mis padres"
A pesar de la gran responsabilidad que le fue impuesta, Yitzhak no renunció a su mundo interior y social de muchacho adolescente. Su amor por el movimiento juvenil y su activismo en él, junto con su inquebrantable fe en una victoria cercana del ejército rojo sobre los nazis, se expresan en el diario. Yitzhak participaba en talleres de literatura, poesía e historia y se ve que ellos le causaban mucho placer – allí recibía cumplidos y elogios por los textos que escribía y les leía a los camaradas. Asimismo, participaba en el registro de la vida diaria en el ghetto; se ofreció como voluntario para entrevistar a los residentes del ghetto y escribir sus testimonios. Yitzhak lo consideraba como un hecho de valor para el futuro:
"En el taller se tomaron dos resoluciones importantes e interesantes. Creamos dos programas en nuestro taller de literatura: para poesía judía; y lo más importante – un taller que se ocupará de recolectar el folklore del ghetto. Este taller me interesa y me atrae mucho. […] En el ghetto se forman ante nuestros ojos decenas de dichos, de maldiciones […] y bendiciones del ghetto, términos […] e incluso poemas, chistes y cuentos, que suenan como leyendas. Siento que participaré en este taller con entusiasmo, porque el maravilloso folklore del ghetto […] debe ser recolectado y guardado como un tesoro para el futuro".
La palabra escrita tenía mucho valor en la vida de Yitzhak. En su diario relata acerca de los diversos tipos de escritura a los que se dedicó. Además del diario, Yitzhak se ocupó, como se ha mencionado, de la escritura documental, escribía y leía pasajes de poesía, prosa e historia en el marco de los talleres y encuentros, entre ellos un panegírico a Yakov Gerstein [pronunciado Guershtein], su maestro admirado quien murió en el ghetto. También en el diario mismo escribió Yitzhak panegíricos a personas que amaba, entre ellos a su buen amigo Binkia Naier. El hecho de que escribiera el diario para sí mismo, sin mostrárselo a nadie, enseña que se trata de textos íntimos, que contrariamente a los otros textos que compartió con otras personas, no estaban destinados a ojos ajenos.
La escritura de un diario que se hace cercano al momento del suceso tiene mucha importancia para los lectores en retrospectiva. El autor desarrolla su narrativa, sin interferencia externa, y le otorga su perspectiva a la realidad. Así, la escritura de Yitzhak se extrae de su mundo interno y representa la realidad exterior según tomó forma en su conciencia. La comparación entre las maneras en las cuales describió las fiestas de Tishrei [las festividades religiosas del primer mes del año judío – el Año Nuevo, el Día de la Expiación y la Fiesta de los Tabernáculos – N. T.] del año de 1942 incluye en sí la esencia de la redacción del diario. A pesar de la proximidad entre las fiestas, la descripción de los días festivos cambia según el ánimo de Yitzhak, y expresa su perspectiva subjetiva sobre el ambiente de las fiestas religiosas en el ghetto. Así escribe Yitzhak acerca de Rosh Hashaná [el Año Nuevo]:
"Hora del crepúsculo. Salgo a la calle. Las callejuelas están llenas de vida. La gente sale engalanada. Hoy es fiesta. En cada casa que se entra se siente algo; la limpieza y el orden dominan la indigencia. Antes eso no me hacía mella alguna, pero ahora me llené de una extraña sensación buena, porque el día seglar gris necesita tanto un poco de festividad que expulse por un rato la cotidianidad gris. Hasta tarde se caminó hoy por las callejuelas del ghetto de Vilna. Qué extraño estado de ánimo de festividad triste. Y he aquí que el público de peatones se diluye más y más. Llega el frío".
Esta descripción enseña que a pesar de la dificultad y la lucha cotidiana en el ghetto, sus residentes lograron cuidar el espíritu humano que tenían. En comparación con ello, en Yom Kipur [el Día de la Expiación] Yitzhak describe la fiesta con otro tono, nostálgico, que se aferra al pasado y parece como si la fiesta nublase el ambiente difícil que ya existía en el hogar y en la calle:
"Víspera de Yom Kipur. Un estado de ánimo triste inunda el ghetto. Predomina un tipo de tristeza festiva. Tanto ahora como antes del ghetto estoy tan lejos de la religión, y a pesar de ello se me graba ahora en el corazón este día de fiesta empapado de sangre y tristeza que se celebra en el ghetto. ¡En la noche sentí tanta tristeza en el corazón! En casa se sientan y lloran, recordando el pasado… Se besan, se bendicen uno al otro y mientras tanto se mojan las lágrimas mutuamente… Escapo afuera y también aquí es lo mismo: la tristeza fluye en las callejuelas, el ghetto se sumerge en lágrimas. Los corazones petrificados del ghetto, que dentro del complejo de preocupaciones no tienen cuándo desahogarse en llanto, derramaban ahora en la noche de lamentación toda su amargura… Esta noche fue para mí una noche deprimente, triste y sombría…".
Tras la destrucción del ghetto de Vilna el 23 de septiembre de 1943, Yitzhak, sus parientes y la familia de su tío se ocultaron en un escondite. Aproximadamente dos semanas después el escondite fue descubierto y durante las fiestas de Tishrei de ese año todos fueron conducidos a Ponar, donde fueron asesinados en los pozos de fusilamiento.
Sara Wolozin [pronunciado Woloshin], la prima de Yitzhak, fue la única que consiguió escapar. Se unió a los partisanos y al ser liberada Vilna regresó al escondite de la familia y encontró el diario. El hallazgo del diario y su exposición presentan por primera vez al diario en un papel nuevo como material documental primario.
Hoy en día, el diario original está guardado en el Instituto YIVO en Nueva York (el instituto fundado en Vilna en la década de los años 20 que llegó a ser el más resaltante en la investigación del idioma yidish) con copias en diversos archivos, entre ellos el archivo de Yad Vashem.
Puntos de Reflexión y Discusión
- Yitzhak, quien no cesaba de examinarse a sí mismo y a la dura realidad que lo rodeaba, escribió al cumplir los 15 años entre las murallas del ghetto: "Miércoles 10 de diciembre. De repente recordé que hoy es mi cumpleaños. Hoy cumplí quince años. No se siente en absoluto cómo huye el tiempo. Él, el tiempo, corre por delante sin que lo vean, y de vez en cuando se despiertan, como yo hoy, por ejemplo, y ven que pasan días, meses, que el ghetto no es un momento doloroso, agonizante de un sueño, que desaparece instantáneamente, sino que es un gran pantano, en el cual se pierden los días y las semanas. […] Me parece que tengo una vida normal, pero con frecuencia siento una punzada en el corazón. Porque a pesar de todo podría vivir mejor. Es cierto que todos los días debo ver la puerta del ghetto construido, pero ¿debo ver en mi época de vida mejor la callejuela única, la cantidad de patios obstruidos?"
- Sara Wolozin, la prima de Yitzhak, testifica que los miembros de la familia sabían acerca de la redacción del diario, pero Yitzhak prefirió guardar su contenido para sí mismo, y aparentemente nadie lo leyó hasta ser hallado después de la guerra.
¿Qué significado tiene la escritura de un diario en el ghetto? ¿En vuestra opinión, qué significado tuvo para Yitzhak?
- Hubo quienes consideraron la redacción de un diario como un instrumento expresamente documental y hubo quienes veían en él una "escritura para el cajón". Al pasar los años y al desarrollarse la investigación ambos tipos se convirtieron en un elemento importante del entendimiento de la vida cotidiana en el ghetto.
¿Cuál es la importancia de los diarios escritos durante el Holocausto? A pesar del hecho que hubo diarios escritos expresamente como una escritura personal "para el cajón", en retrospectiva ellos tienen mucho valor histórico, ¿por qué? Intenten definir las ventajas y desventajas de los diarios personales para el investigador de la época.
- Yitzhak separó la redacción de un diario personal y el trabajo documental en el cual participaba. ¿Cuáles son las diferencias entre la escritura documental y la escritura íntima?
- Hay quienes consideran la redacción de un diario en el ghetto como una contradicción al objetivo de los alemanes de crear una deshumanización de los judíos, ¿cómo?
Deseamos agradecer a la Sra. Yehudit Inbar, Directora del Departamento de Museos, la Sra. Yehudit Shendar, Subdirectora del Departamento de Museos, y al Conservador Principal de Arte, Sra. Haviva Peled-Carmeli, Conservador Principal de Artefactos y Directora del Departamento de Artefactos, y al Sr. Michael [Mijael] Tal, Director de la Colección de Artefactos, por su ayuda, atención y buena voluntad.