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Yad Vashem está cerrado los sábados y días festivos judíos.
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El refuerzo de la enseñanza del Holocausto no desalentará al nuevo antisemitismo: El problema no es la falta de conocimientos
En la conferencia de prensa llevada a cabo este mes por el portavoz del gobierno de Francia, al finalizar su primera reunión la comisión interdepartamental especialmente establecida para dirigir la lucha contra el creciente antisemitismo en ese país, apareció entre otras cosas la recomendación de reforzar la enseñanza del Holocausto, como medio educativo para la lucha contra este duro fenómeno. Parecería que se ha determinado un axioma según el cual el conocimiento de la historia del intento sin precedentes de borrar al pueblo judío de la faz de la tierra , organizado y científico, convencerá a los generadores de esta turbia nueva ola a pensarlo de nuevo. Y si no lo hace – por lo menos estimulará a quienes los rodean y a los gobiernos de los países infestados de antisemitismo a enfrentarlos. Tengo mis serias dudas de que esta suposición resista el examen de la realidad.
De hecho, la pregunta central es de dónde surge hoy el peligro más grave para los judíos en Europa: ¿de los grupos efímeros de jóvenes consumidos por el odio que profanan de vez en cuando cementerios judíos, o tal vez de las elites académicas y culturales, las que conocen muy bien la historia del viejo continente? Aparentemente la respuesta es tajante y clara.
Cuando Mikis Theodorakis, creador de la obra maestra Mauthausen, llama al pueblo judío “raíz de todo mal”, no lo hace por falta de conocimientos sobre el Holocausto. Un archi-antisemita como el anterior Primer Ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, no negó el Holocausto en su famoso discurso de instigación; al contrario, lo citó explícitamente cuando indicó que el Holocausto no evitó la “dominación del mundo por los judíos”. También José Saramago, Premio Nobel, sabe exactamente qué pasó en Auschwitz, pero eso no le impidió expresar las abominaciones que recordamos de su última visita a nuestra región.
Por lo menos en Europa, no falta hoy conocimiento acerca del Holocausto. Muchos sobrevivientes aún están vivos; una extensa literatura y muchos museos proporcionan información a todo aquél que la busca. El día europeo de conmemoración del Holocausto ha sido determinado oficialmente, y si bien es cierto que las generaciones jóvenes no saben sobre él lo suficiente, esto no es más que un problema general de ignorancia. Una investigación sobre cuánto saben los jóvenes franceses sobre Charles De Gaulle proporcionaría resultados semejantes.
El desarrollo dramático de los últimos dos o tres años es que la inculpación de Israel y la condena al apoyo de los judíos a Israel se basan más y más justamente en el uso de la memoria del Holocausto. Ello comenzó en la guerra del Líbano, hace veinte años, hasta que creció y se convirtió en una convención social. Es así como casi cualquier enviado israelí oye comentarios del tipo: “ustedes hacen a los palestinos lo que les hicieron a ustedes en el Holocausto”, o “las víctimas se convirtieron en verdugos”. Este fenómeno está tan extendido, que el portavoz de la embajada de Israel en Bélgica pidió hace dos años interrumpir hasta nuevo aviso los actos de entrega de certificados de Justos de la Naciones otorgados por Yad Vashem , debido a que en casi todas las ceremonias se producía un incidente debido a las terribles comparaciones de ese tipo por parte de alguno de los participantes.
En todo lo que tiene que ver con la memoria del Holocausto, se han definido claras reglas de juego: los que apoyan a Israel tienen prohibido mencionarlo, ya que esto es “una explotación aberrante de la sangre de las víctimas para justificar los horrores perpetrados por Israel”; pero sus enemigos pueden ciertamente usarlo – para atacar a Israel y probar que el gobierno israelí es el nuevo gobierno nazi. Esta actitud prueba justamente cuán fuerte es el recuerdo del Holocausto en Europa. Si no fuera así, no tendría ningún sentido el mercadeo masivo de la comparación de los israelíes con los nazis, representantes del mal absoluto.
De aquí proviene la demanda que se les hace a los judíos de disociarse de Israel, alejarse de él, criticar y condenarlo. Quien así no lo hace, se arriesga a ser condenado al ostracismo social o a un daño físico. Como lo ha escrito el abogado Arno Klarsfeld (Jerusalem Post, 12.12. 2003)– se acerca con gran rapidez el momento en el cual los judíos tendrán que dejar Europa o vivir como “marranos políticos”. Esta es la esencia del nuevo antisemitismo. Nunca se le exigió a ningún científico francés, aun en lo más acérrimo de la guerra de Argelia, declarar en contra de la política de su gobierno para ser aceptado entre sus colegas. Ningún profesor de Oxford anunció que no recibiría en sus clases un estudiante belga que sirvió en el ejército de su país, aun después de que se esclareció la responsabilidad de Bélgica y de su ejército en el episodio del genocidio en Ruanda en 1994. Pero el hecho de la identificación de un factor israelí como tal significa ya una invitación a problemas. La directora de Amnesty Israel, Miriam Schlesinger, fue expulsada del consejo editorial de una revista británica de lingüística; fue solicitado que se le retire el Premio Nobel de la paz a Shimon Peres. De aquí el camino es corto hasta que se les advierta a los judíos: el apoyo abierto a Israel tendrá un precio, aléjense de Israel o no podrán continuar viviendo como hasta ahora, la seguridad de ustedes está en peligro.
Estas señales se originan en el corazón del mundo de la cultura de Europa occidental, en círculos que no necesitan ninguna conferencia sobre el Holocausto. Estas personas, educadores y símbolos de identificación de la próxima generación, son ahora la amenaza más grande para la vida diaria de cientos de miles de judíos en Europa. Se hace muy dudoso que acrecentar la enseñanza del Holocausto solucione algo en este trágico conjunto.
El autor es el director de la sección de mercadeo y comunicaciones del Keren Hayesod y ex vocero de la embajada de Israel en París y en Roma.
Publicado en el periódico Haaretz, 23.12.2003
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