Domingo a jueves: 9:00 - 17:00.
Viernes y vísperas de fiestas: 9:00 - 14:00.
Yad Vashem está cerrado los sábados y días festivos judíos.
Domingo a jueves: 9:00 - 17:00.
Viernes y vísperas de fiestas: 9:00 - 14:00.
Yad Vashem está cerrado los sábados y días festivos judíos.
En este artículo no nos ocuparemos de proponer un plan de lecciones y formas de enseñar el tema del antisemitismo... No nos ocuparemos tampoco de explicaciones sobre el antisemitismo moderno ni en los factores de su aparición justamente a fines del siglo diecinueve. Más adelante presentaremos una proposición para resumir el estudio del capítulo, cuyo objetivo es asistir en la elaboración de parte de las dificultades presentadas aquí. Este artículo también propone dos ampliaciones de los temas incluidos en el capítulo que es estudiado, ampliaciones cuyo objetivo es enriquecer la enseñanza y agregar puntos de vista sobre todo el tema y dichas ampliaciones también se ocupan de las dificultades presentadas a continuación.
Dificultades y problemas relacionados con la enseñanza del tema del antisemitismo
La conexión mono-causal entre el antisemitismo moderno y la aparición del sionismo presenta al sionismo como la respuesta al problema judío y no como un movimiento nacional auténtico y con raíces profundas. El “sionismo catastrófico”, como se acostumbra a llamarlo, es entendido como una salida de “no hay más remedio” de la generación golpeada por el antisemitismo en su pico, generación cuya esperanza de emancipación fue frustrada y por lo tanto buscó un lugar hacia dónde escaparse. No hay duda que existe un aspecto así en el sionismo, y Herzl y Pinsker son sin duda sus representantes más significativos. Sin embargo, parecería que el estudio del capítulo del antisemitismo sólo como una especie de preámbulo a la aparición del sionismo, y el estudio del sionismo sólo como respuesta al estallido antisemita de fines del siglo anterior y en adelante, limita la comprensión de los dos fenómenos históricos y verlos en una generalidad más amplia.
Por lo tanto, se debe enseñar el tema del antisemitismo de modo tal que los grandes cambios que se produjeron en la sociedad moderna sean clarificados, y en este contexto hay que ocuparse de la situación de los judíos después de la emancipación en varios países. La esperanza de los judíos, que con la recepción de la igualdad ciudadana desaparecería del mundo el odio hacia ellos, de la cual también los no judíos eran partícipes, fue defraudada a fines del siglo diecinueve, y por supuesto que en el siglo veinte. Desde este punto de vista, el antisemitismo constituye un examen para toda la sociedad moderna. Ocuparse del tema también desde este punto de vista ayudará al alumno a comprender las circunstancias específicas en las que “aquellos judíos” vivieron pero no crearon, y que despertaron continuamente odio hacia ellos. Al mismo tiempo hay que aclarar que el despertar del antisemitismo moderno en el último tercio del siglo diecinueve fue originado también por procesos generales del estado y la sociedad modernos, es decir, por circunstancias de la existencia humana en general.
Resumen de la enseñanza del tema del antisemitismo
De acuerdo a la propuesta aquí enunciada, el capítulo sobre el antisemitismo de resumirá por medio de la caracterización de las diversas posibilidades que tenían los judíos ante los fenómenos antisemitas y el examen de esas posibilidades. El objetivo de tal resumen es llegar a una mejor comprensión de las circunstancias sociales y políticas de la época. El examen de esas formas de reacción involucra también una referencia a los fenómenos antisemitas debatidos en los libros de estudio y facilita la revisión del material estudiado. Es importante y deseable dirigirse a los alumnos y pedirles que propongan las posibilidades de respuesta que se les ocurran. Esta participación ayuda a los alumnos a “entrar en la época” y sobreponerse de alguna manera a la sensación de irrelevancia del capítulo estudiado con respecto a sus vidas. El ejercicio propuesto aquí obliga al alumno a tratar de pensar en la medida de lo posible como pensaban en esas épocas en las familias y la comunidad judía en los lugares en los que fueron perseguidos.
Preguntas para debatir
Posibles reacciones frente al antisemitismo moderno
De todo este conjunto de reacciones, el sionismo aparece como lo que era en realidad: una opción entre muchas, y efectivamente no la más popular. Haciendo participar a los alumnos en la búsqueda de posibilidades de reacción, e intentando entender la naturaleza de las reacciones e incluso clasificarlas de acuerdo al número de seguidores de cada una de ellas, ayuda a acercarlos al tema y despertar su interés. La reacción de indiferencia, que fue tan común, y la reacción de asimilación, a veces muestran el sentimiento de los judíos de esa época, que no debían hacerse conspicuos para no empeorar la situación. Muchos de los judíos de Francia, por ejemplo, trataron de evitar una reacción oficial de las instituciones y las organizaciones judías frente al affaire de Dreyfus, para no despertar más odio hacia ellos.
Debe destacarse que el estereotipo judío presentado en los textos que se estudian en al marco del capítulo y en las imágenes antisemitas, siempre se relaciona a la sociedad europea. Con todas las diferencias que existen entre los fenómenos antisemitas en la época moderna entre Europa oriental y Europa occidental, el antisemitismo y el odio a los judíos fueron parte de la atmósfera social y política en toda Europa. En todos los libros de estudio existen explicaciones detallados sobre los factores del antisemitismo moderno y ejemplos de los acontecimientos, artículos, caricaturas y demás de la época, y se enfatizan por un lado la continuidad y por el otro la diferencia entre el antisemitismo moderno y el odio tradicional a los judíos. Pero el énfasis es siempre esencialmente europeo, y se debe aclarar esto a los alumnos.
Bibliografía general sobre el tema del antisemitismo
Esta lista parcial propone libros y artículos generales que se ocupan del tema del antisemitismo desde diversos puntos de vista.
S. Etinger “Las raíces del antisemitismo en los tiempos modernos”, de: I. Gutman y L. Rotkirchen (editores), El Holocausto de los judíos de Europa, Jerusalén: Yad Vashem 5739, página 11.
“Antisemitismo”, de: I. Gutman (editor), La Enciclopedia del Holocausto, A, Jerusalén: Yad Vashem, página 98.
S. Almog, Nacionalismo y antisemitismo en la Europa moderna 1815-1945, Jerusalén: Centro Shazar, 5748.
T. Bacharach, Antisemitismo moderno (La Biblioteca de la Universidad Radiada) Tel-Aviv: Ministerio de Defensa – La editorial, 1979.
I. Goldstein, El odio a los judíos y el antisemitismo, Tel-Aviv: La Universidad Abierta, 1985.
I. Katz: El odio a los judíos, Tel-Aviv: Am Oved, 1979, Especialmente los capítulos 15, 17, 26, 27 y 28.
El antisemitismo en Estados Unidos
Estados Unidos es descripta como un el país de oro, “Di goldene medine” [El País Dorado, en yiddish], el país en el cual los judíos nunca lucharon para recibir derechos, el lugar al cual los judíos llegaron a los más altos niveles de libertad individual y de integración social y política, país que fue el sueños de muchos y buenos, especialmente en la época de la gran emigración judía de Europa oriental hacia el lugar en el que “el oro está desparramado por las calles”. El sionismo en sus comienzos no podía competir de ninguna manera con la atracción judía a los Estados Unidos. El examen del fenómeno del antisemitismo con este trasfondo, muy diferente de la realidad europea, puede contribuir a comprender más profundamente el fenómeno.
Preguntas centrales para debatir
Lo dicho anteriormente tiene dos excepciones:
A un cierto pico llegaron las manifestaciones de antisemitismo cuando el presidente F.D. Roosevelt fue “acusado” de lo más terrible: de ser judío, y que su apellido real era Rosenfeld. Los menos osados diheron que está dominado por los judíos, y que ellos son los que realmente manejan los Estados Unidos y la convierten en comunista a través del “New deal” [literalmente, el “nuevo pacto”, grupo de medidas económicas tomadas por el presidente Roosevelt en 1933]. Un apodo común de New Deal era Jew Deal [pacto judío].
Por ejemplo, aquí abajo se transcribe la traducción de versos de burla que fueron publicados y difundidos durante esa época:
Roosevelt y su esposa en la Casa Blanca, y el presidente le dice a su esposa: Tú besa a los negros, / yo besaré a los judíos, / y así permaneceremos en la Casa Blanca/ muchos más años.
Y una mujer le escribió al presidente Roosevelt:
Por todos lados se escucha el llamado que le has vendido el país a los judíos, y que los judíos son los culpables de la depresión económica prolongada, ya que ellos están determinados a matar de hambre a los cristianos hasta que se rindan y se conviertan en sus esclavos.
En Washington tienes más de doscientos judíos, así se dice, en tu gobierno, y los banqueros judíos conducen el país. Bernard Baruch* es el presidente real. Eso es lo que la gente dice en todas partes.
* Bernard Baruch – Financista y estadista judío americano, de los organizadores de la economía americana durante la Primer guerra Mundial, ayudó a Roosevelt en la época del “New Deal” y además en la recaudación de recursos durante la Segunda Guerra Mundial.
(Ambos fragmentos han sido tomados de: L. Dinerstein, Antisemitismo en América, Oxford Press, 1994, página 109).
Es importante puntualizar que los argumentos que se esgrimieron en contra de los judíos en este contexto, y que les atribuían influencia política (junto con los negros) y económica más allá de su fuerza real en la sociedad, influencia que avasalla toda la sociedad a los judíos, son parecidos a aquellos que se dijeron escuchar en Europa.
Durante la Segunda Guerra Mundial continuaron en los Estados Unidos fuertes manifestaciones de antisemitismo. Los judíos fueron acusados también de evadir la conscripción y de hacer ganancias de la guerra en la que los soldados americanos perdieron la vida. El judío fue acusado de ser el extranjero no patriota. Al final de la guerra, y especialmente cuando se hicieron públicas las dimensiones del Holocausto, la ola antisemita decayó, a pesar que la discriminación contra los judíos prosiguió. En los últimos años es posible encontrar manifestaciones antisemitas en los Estados Unidos entre los activistas negros radicales, y a su cabeza Louis Farrakhan, y en las organizaciones derechistas extremistas que apoyan el racismo.
Y algo del cine:
En el año 1947 se hizo la película “Acuerdo de caballeros”, que se ocupa en forma sofisticada del tema del antisemitismo en Estados Unidos. Gregory Peck, que desempeña el rol principal en el filme, personifica un periodista que se hace pasar por judío para verificar si en el país de las libertades y de las posibilidades ilimitadas existe el antisemitismo, o si todos son realmente iguales. Se propone publicar las conclusiones de su investigación en un artículo en el periódico. Su investigación prueba que el fenómeno existe, especialmente en los niveles socioeconómicos altos. El filme provocó una enorme repercusión, y muchos vieron en él una imagen social real, a pesar que hoy se ve el filme como moderado y cauto. En su momento fue un intento atrevido de ocuparse de un tema que el cine todavía no había abordado. El filme recibió el Oscar al mejor filme y Gregory Peck el Oscar al mejor actor. Es muy recomendable ver el filme, y puede ser ofrecido al alumno o al grupo de alumnos que se interesen en el cine como base para un trabajo singular.
La integración del ejemplo de los Estados Unidos en la enseñanza del capítulo sobre antisemitismo puede ayudar al educador de varias maneras. Este ejemplo se desvía de la sucesión normal del estudio del tema y presenta un país muy conocido a los alumnos, un país que para muchos de ellos es incluso un modelo de cierta admiración. El antisemitismo que se expresa aquí no se origina en una tradición de muchos años, sino en la percepción de la superioridad de los blancos anglosajones protestantes (WASPs), percepción cuyo origen se encuentra en las teorías de darwinismo social y racismo que no están dirigidas sólo contra los judíos. Incluso a su punto más elevado en los años treinta, el antisemitismo no era común en estados Unidos como un fenómeno popular tal como lo era en Europa, y a nivel político y público fue condenado abiertamente. Las reacciones de los judíos a esas manifestaciones de antisemitismo también fueron moderadas, y ante todo, no provocaron el crecimiento de un movimiento sionista amplio ni despertaron los deseos de emigrar a otros lugares. La creencia general de los judíos fue que esos son estallidos que desaparecerán. Los judíos de Estados Unidos con toda seguridad no están identificados con el estereotipo del judío tradicional presentado en las caricaturas y los panfletos antisemitas. Por medio del debate sobre el fenómeno del antisemitismo en Estados Unidos es posible mostrar a los alumnos la complejidad de las circunstancias históricas que provocaron los estallidos antisemitas y la estrecha conexión que existe entre crisis socioeconómicas y manifestaciones de antisemitismo.
Bibliografía:
Fenómenos antisemitas después del Holocausto
Al quedar en claro el alcance del Holocausto que atormentó al pueblo judío en la Segunda Guerra Mundial, el antisemitismo se convirtió en una palabra indigna, especialmente en el nivel público y político de sus manifestaciones. Esto es obvio y claro, ya que después del Holocausto el antisemitismo se vio como generador de la ideología nazi que provocó el asesinato de los judíos, y estaba claro que merecía ser condenado. Sin embargo, el antisemitismo no desapareció después del Holocausto, sino que tomó nuevas formas.
La negación del Holocausto y el antisemitismo
Preguntas de debate
Desde los años setenta comenzaron fenómenos y manifestaciones que recibieron el nombre de negación del Holocausto. Los negadores del Holocausto utilizan los medios de comunicación de masas y la propaganda y además el principio de libertad de expresión e información en forma muy sofisticada. Hay una dificultad en enfrentarse con ellos, ya que referenciar sus argumentos les proporciona reconocimiento, pero ignorarlos completamente es también problemático y abandona el escenario de los medios de comunicación a los negadores sin ninguna respuesta. Por lo tanto, debemos encontrar un camino para demostrar que los argumentos de los negadores son absurdos y poner en descubierto sus motivos reales, y junto con esto impedirles la legitimidad de corriente revisionista pseudo-innovadora de la historia de la época de la Segunda Guerra Mundial, como algunos de ellos intentan presentarse. Se pueden distinguir dos tipos de argumentos principales de los negadores del Holocausto.
El Holocausto no existió, es decir, el asesinato planificado y total de los judíos no ocurrió. Si hubo judíos que murieron esto fue por la guerra, en la que naturalmente hay muchos muertos, y en esta guerra hubo millones de muertos de todos los pueblos. Para demostrar este argumento se citan datos presuntamente técnicos sobre la capacidad de los crematorios de Auschwitz, que de acuerdo con los negadores no eran capaces de ninguna manera de llevar a cabo una masacre de las dimensiones reportadas. Los negadores intentan refutar el argumento de las grandes cantidades de judíos que murieron y presentarla como imposible técnicamente. Las cantidades exageradas que los judíos difunden son, en su opinión, parte del complot judío internacional para conseguir diversos objetivos, especialmente económicos, de judíos privados y del estado de Israel como representante del pueblo judío.
No es posible que haya habido una decisión esencial ideológica de exterminio de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, porque no hay en ningún lugar ninguna orden escrita de Hitler para actuar de esa manera. Todo lo que se presenta como demostración de que el Holocausto ocurrió es presentado por los negadores como una ficción inverosímil.
Muchos de los negadores del Holocausto son antisemitas, parte de ellos ex nazis, que pretenden conseguir una rehabilitación para sí mismos y para su visión del mundo. Por medio de la negación de lo que se considera como el crimen más abominable, se niega también la ideología que lo generó. La negación del Holocausto es por lo tanto un camino para devolver la legitimidad a la visión antisemita, y a ellos mismos la honorabilidad que tenían en el pasado.
Negación del Holocausto, antisemitismo, racismo y xenofobia
Preguntas de debate
El antisemitismo, el racismo y las doctrinas neo-nazis son considerados indignos después del Holocausto. La expresión pública de comentarios sobre razas inferiores y superiores choca con la desaprobación incluso en círculos conservadores derechistas religiosos en diversos países del mundo. Y sin embargo si el Holocausto no ocurrió, y nos es más que “el fraude más grande del siglo veinte”, como es el título del libro de uno de los negadores, entonces las ideas que se susurran de boca en boca en habitaciones cerradas pueden volver a expresarse en público y aparecer en las plataformas partidarias.
Un ejemplo de esto es el intento del súper conservador Pat Buchanan de ganar la candidatura a la presidencia del partido republicano en las elecciones de 1996 en Estados Unidos. La plataforma de Buchanan está lleno de consignas racistas y antisemitas, pero hasta 1996 no se atrevió a presentar candidatura, a pesar de ser un columnista famoso en Estados Unidos. Además, el racismo existe en círculos negros extremistas liderados por Louis Farrakhan. El odio de estos círculos a los blancos en general fija su atención en los judíos como un ejemplo separado.
Farrakhan llamó a los judíos “chupa sangre” y afirmó que hicieron un trato con Hitler. La conexión entre el racismo y el antisemitismo vuelve a aparecer aquí, y en ella se encuentra también la negación del Holocausto: si hubo un trato entre Hitler y los judíos, entonces el Holocausto no es más que un invento, tal vez de los dos juntos…
Existe una clara conexión entre organizaciones derechistas radicales y organizaciones neo-nazis y el fenómeno de negación del Holocausto. Muchas de las publicaciones que se ocupan de la negación y de la distribución de material racista en muchos países, como Suecia, Estados Unidos, Canadá y Francia, están financiadas por organizaciones derechistas extremas u organizaciones neo-nazis.
Es importante ocuparse también del uso que se hace de sitios de Internet para distribuir propaganda antisemita. En el Internet existen grupos de debate antisemitas y hay sitios que presentan argumentos de negadores del Holocausto y de grupos racistas. También la televisión por cables permite, a quien posee los fondos necesarios, crear un canal y dedicarse a la propaganda antisemita y racista. Al mismo tiempo es importante recordar que en la era de la comunicación abierta, la autopista de la información y la aldea global las expresiones antisemitas y racistas se hacen públicas inmediatamente, y también la reacción a ellas es inmediata. Debemos puntualizar frente a los alumnos que viven en esta era de comunicaciones que las cosas no eran así en el pasado y que cualquier evento o expresión antisemita, o todo artículo en el periódico, no se hacían públicos inmediatamente en cualquier lugar del mundo.
Las organizaciones de extrema derecha en Europa y Estados Unidos llaman a la depuración de la sociedad de elementos inferiores que en su opinión no pertenecen a la estructura social que ellas desean. En Europa este fenómeno está conectado con la xenofobia. En Estados Unidos está conectado con el racismo contra los negros y muchas veces también contra los hispanos. En un examen de las publicaciones, manifiestos, discursos y demás de esos círculos encontraremos que en sus consignas aceptadas los judíos están incluidos casi automáticamente entre los elementos que hay que expulsar de la sociedad. Así es, por ejemplo, en organizaciones neo-nazis en Alemania, en partidos derechistas extremistas en Alemania y Austria y en el partido de extrema derecha de Le Pen en Francia.
El ejemplo de Le Pen ilustra muy bien las conexiones entre la xenofobia y el antisemitismo y la negación del Holocausto. Abajo se lee una noticia de Maariv [periódico israelí], de la sección de noticias del exterior, del 7 de diciembre 1997:
El líder del partido de extrema derecha de Francia, Jean Marie Le Pen, volvió a declarar que las cámaras de gases fueron “un detalle marginal” de la historia. “No es mi intención empequeñecer el asunto o burlarme de él”, declaró en un discurso en Munich, “pero si leemos un libro de 1000 páginas que se ocupa de la Segunda Guerra Mundial y de los 50 millones de víctimas que murieron durante la misma, sobre los campos de concentración se hablará sólo en dos páginas y sobre las cámaras de gases sólo en una 10 o 15 páginas”.
Hay quien sostiene que el apoyo de los franceses a Le Pen, que alcanza ahora un 15 por ciento, disminuirá notablemente cuando no haya tantos extranjeros en Francia. Con respecto a nuestro tema es importante recalcar nuevamente la conexión casi automática en la plataforma del partido de Le Pen entre el antisemitismo, la negación del Holocausto y la xenofobia.
En resumen, una combinación de las propuestas expuestas aquí para estudiar el capítulo ayuda a enfatizar el dualismo de los fenómenos antisemitas de nuestros días: por un lado, continuación de fenómenos del pasado, continuación que demuestra que hay una base permanente en todo el fenómeno – incluso en países en los que no hay o casi no hay judíos se la puede encontrar también en nuestros días, y por el otro lado, éste es un fenómeno que se encuentra principalmente en los márgenes sociales y en las organizaciones que apoyan la xenofobia y el racismo. Parecería que enfatizar este dualismo puede ayudar en la confrontación con las dificultades que fueron descriptas más arriba: conocimiento y entendimiento más profundos del clima político en el cual se desarrolló el antisemitismo moderno y la confrontación con fenómenos de incorporación de los estereotipos antisemitas y con las reacciones que provocan en los alumnos, que son también estereotípicas. La referencia a los ejemplos de nuestros días ayuda también a aumentar el interés y la sensación de relevancia del tema estudiado en los alumnos.
Bibliografía:
Efrat Belberg es coordinadora del estudio de la historia en la escuela secundaria de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
De: Beshvil hazicarón [En la senda de la memoria], 26, 1998, págs. 33-41
The good news:
The Yad Vashem website had recently undergone a major upgrade!
The less good news:
The page you are looking for has apparently been moved.
We are therefore redirecting you to what we hope will be a useful landing page.
For any questions/clarifications/problems, please contact: webmaster@yadvashem.org.il
Press the X button to continue