Domingo a jueves: 9:00 - 17:00.
Viernes y vísperas de fiestas: 9:00 - 14:00.
Yad Vashem está cerrado los sábados y días festivos judíos.
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“Desde el 11 de septiembre” , un semanario británico informaba a sus lectores, “manifestaciones abiertas de antisemitismo son respetablemente bienvenidas a las mesas de los comensales en Londres”.
No solamente allí, en toda Europa.
Todavía está prohibido ser neonazi, pero se puede dudar de la legitimidad del Estado de Israel.
Los dirigentes del mundo musulmán usan un claro lenguaje de genocidio, de destrucción.
Al finalizar el año 2001, el diario israelí Yediot Ajaronot convocó a los más distinguidos historiadores a un diálogo sobre el carácter, la diseminación y la agresividad del nuevo antisemitismo.
¿Papá, se puede ya ser antisemita?
No sé cuántos niños cristianos bien educados hicieron esta pregunta a sus padres en las vísperas de Navidad del 2002. No sé qué les contestaron sus padres, avergonzados, enojados, sinceros.
Sé que se eliminó el freno y se creó una atmósfera que permite sacar al antisemitismo del ropero. Al igual que la peste negra, otra enfermedad mortal considerada como eliminada hasta el punto de cancelarse su vacunación, así también el antisemitismo regresó este año.
“Desde el 11 de septiembre”, un semanario británico informaba a sus lectores, “manifestaciones abiertas de antisemitismo son respetablemente bienvenidas a las mesas de los comensales en Londres”. No sólo en Londres, también en París, Barcelona, Berlín y Toronto. Y no exactamente desde el 11 de septiembre del 2001. El retorno del antisemitismo comenzó aproximadamente un año antes. Se diseminó silenciosa y profundamente: un intelectual judío americano preguntó en un largo artículo: ¿cómo es posible que yo sienta ahora que quieren eliminarnos, como lo sintió mi padre?
A los adultos ya les está permitido ser antisemitas. Está permitido preguntarse en voz alta qué demonios convierte a los judíos en un pueblo que le trae sólo problemas al mundo. Es posible, educadamente por supuesto, pedir a los judíos una explicación de por qué asesinan a sangre fría al pueblo palestino. Es posible, entre un reportaje sobre NASDAQ y uno sobre Tora Bora, mencionar casualmente que hay algo de verdad en las palabras de Bin Laden (“¿has visto qué noble y qué delgado es?”) sobre el origen del terror: Estados Unidos realmente apoya demasiado a Israel y a los judíos. La influencia judía masiva sobre los medios de comunicación, los bancos, las fábricas militares, la moda y el internet en todo país en los que ellos solamente “residen”, es un hecho concreto que no tiene discusión, ¿no es cierto?
A los adultos se les permite hoy ser antisemitas. Es posible abrazar amigos árabes que sostienen que se ha probado más allá de toda duda que el atentado en las Torres Gemelas fue planeado y ejecutado por el Mosad israelí. La prueba: “Todos los judíos se escaparon de ellas antes del atentado”. Es posible publicar sin reserva alguna artículos eruditos que examinan cuánto peor es la ocupación israelí en comparación con la ocupación nazi. Es posible estrechar con abierta calidez la mano de una persona que presenta la calumnia del crimen ritual como un ritual judío antiguo y justifica con cierta gracia por qué los judíos, como los primitivos simios, están condenados a desaparecer. Con una condición: que el huésped educado e ilustrado en historia oriental no sea, Dios no lo permita, un neonazi cabeza rapada y repugnante, sino un auténtico representante del auténtico movimiento islámico.
Pero sólo los adultos pueden ser antisemitas. Porque sólo los adultos saben conducirse con buenos modales aun cuando expresan comentarios sobre el carácter infame de los judíos. Sólo los adultos se adhieren estrictamente a la cultura del debate; frente a la opinión que dice que los judíos y su país pequeño y asqueroso son culpables de todos los problemas del mundo, se le dará una expresión equivalente a la opinión que dice que los judíos son culpables sólo de parte de los problemas del mundo. Sólo los adultos cuidarán su lenguaje y no gritarán, quizás en un momento de crispación nerviosa, “afuera los judíos”,.
Hasta el 11 de septiembre, el antisemitismo se filtró gota a gota en el diálogo occidental. La generación que recuerda a Auschwitz y la generación que recuerda a la generación que recuerda a Auschwitz parecían ser bastante inmunes ante él. En cada ciudad, dice el profesor Yehuda Bauer, se abre un museo del Holocausto. Después del 11 de septiembre, los valores cambiaron. La antiglobalización gritona pasó de moda, y se puso de moda el antisemitismo suave. Suave: todavía está prohibido ser neonazi, porque eso es racismo, pero es posible ya ser antisemita, porque eso es “esencialmente” antirracista. Por supuesto que se puede y es respetable ser antisionista.
Al final de año 2001, el suplemento de los sábados de Yediot Ajaronot convocó a los más distinguidos historiadores de Israel a un diálogo en cuyo centro está el carácter, la diseminación y la agresividad del antisemitismo modelo siglo XXI. ¿Acaso en toda generación debe sentir el judío como si él mismo hubiera salido de Auschwitz?
- Profesora Dina Porat: No se puede hablar del “nuevo antisemitismo” como un fenómeno. Se puede hablar sobre el retorno y el fortalecimiento del antisemitismo previo y antiguo. Pensábamos que el antisemitismo en Europa había desaparecido, o por lo menos, se hallaba en el margen del margen. Hacia el fin del siglo, los gobiernos veían al antisemitismo como un desafío en contra del orden público, como una parte inseparable de un problema general de la democracia. Se aprobaron legislaciones contra el antisemitismo, hubo logros importantes para arrinconarlo. Pero ya en 1998 yo detecto un recrudecimiento.
- Profesora Porat: Los fenómenos antisemitas se extremaron y se agravaron. Volvieron a oírse expresiones de odio contra los judíos que se consideraban como tabú. Hoy hablar en contra de los judíos es casi de buen tono. Se habla libremente de conspiraciones judías internacionales y de Israel como la fuente de todos los problemas del mundo.
Profesor Dan Diner: Hubo un evento simbólico y provocador con respecto al continuo antisemitismo en Europa: la caída del muro de Berlín. Después de la caída del muro, estalló una ola de antisemitismo desde el sur de Francia hasta Escandinavia, desde el occidente hasta el oriente.
- Profesor Diner: Nos encontramos simultáneamente con un nuevo fenómeno, la globalización. Las personas pierden la cabeza, no entienden lo que pasa. La Bolsa internacional, el dinero nuevo, no hay límites. Conceptos como estado, nación, todo está en duda. Se busca a los culpables de la nueva situación y se encuentra a los judíos. Los campesinos en Polonia temen que la incorporación de su país a la Comunidad Europea liquide su fuente de trabajo. Y responden a este peligro de una manera “natural”, entre comillas: la Comunidad Europea, dicen, son los judíos. La Comunidad Europea se describe como una conspiración judía, cuyo objetivo es eliminar totalmente a los campesinos, en la Europa oriental en general y en Polonia en particular. Esto es bastante similar al desarrollo de Europa en las décadas de 1870 y 1880.
- Profesor Diner: En la era de la globalización, los judíos se convierten nuevamente en un símbolo. Y no sólo los judíos. Fuera de Estados Unidos, somos testigos de un fenómeno mucho más amplio: el antiamericanismo, que se conecta con el antisemitismo y que se le parece en no pocos aspectos. Yo definiría el antiamericanismo como un antisemitismo secundario.
- Profesor Diner: El año 1947 es para nosotros un símbolo, el año en que las Naciones Unidas reconocieron nuestro derecho a un estado. Pero la cuestión Israel-Palestina quedó abierta. Sólo fue absorbida por otro evento que sucedió en 1947 – el estallido de la guerra fría. Hasta 1989, la guerra fría dio forma a todo el mundo. Desde entonces, no hay más guerra fría y los conflictos que no fueron realmente solucionados hace 61 años vuelven a estallar. Uno de ellos es el conflicto entre nosotros y los palestinos. Otro es el conflicto en Cachemira, y hay más. Se los percibe en efecto como restos del pasado colonial.
- Profesor Shlomo Ben-Ami: Hay un antisemitismo que no se realiza políticamente, está sólo en la conciencia. Conozco un país donde impera un fuerte antisemitismo y que no perjudica a nadie. Ese país es España. El antisemitismo español no mata judíos, no cierra sus negocios, no rompe sus escaparates, en realidad no les hace nada. El antisemitismo está profundamente arraigado en el catolicismo español, es casi una norma. Lo llamaremos “antisemitismo inocuo”. ¿Es acaso inocuo? En determinadas condiciones – crisis económica, aparición de un demagogo político carismático, la confusión creada por la globalización – se puede convertir en un antisemitismo mortal.
- Profesor Robert Wistrich: La situación de los judíos en Francia hoy es la más grave desde la Segunda Guerra Mundial. Yo converso con personas allí, y oigo cosas que nunca había oído. Desde septiembre de 2002, hubo en Francia decenas de atentados contra judíos y sus instituciones. Los judíos se sienten amenazados: la comunidad musulmana en Francia cuenta con por lo menos cinco millones de personas. El diálogo intelectual es hostil hacia Israel y la opinión pública es antisemita. En Gran Bretaña, uno de los más destacados publicistas preguntó si la creación del Estado de Israel no ha sido un error que ahora debe ser corregido. Israel es un peligro para la paz mundial, es la causa de la Tercera Guerra Mundial. La idea de que el Estado de Israel nació de un pecado tiene muchos adictos. Yo veo eso como algo gravísimo.
- Profesor Yehuda Bauer: Yo propongo diferenciar entre el mundo no islámico y el mundo islámico. En Occidente, el antisemitismo quedó, en mi opinión, como algo insignificante. Ahora es más común, y aceptado en tales o cuales círculos, y provoca mucha incomodidad, pero no más que eso. No hay en Occidente partidos antisemitas que deban ser tenidos en cuenta. No hay antisemitismo oficial. No así en el mundo musulmán. Dentro del mundo musulmán se está desarrollando un fenómeno nuevo que no penetra en la conciencia del mundo no-islámico. Tampoco se parece al antisemitismo árabe “viejo”, sobre el que se ha escrito bastante. Hablo del fundamentalismo musulmán total, que aspira al gobierno mundial así como lo hicieron el comunismo y el nazismo. El objetivo es destruir lo viejo, la civilización de “los judíos y los herejes”, como ha dicho Bin Laden, y erigir sobre sus restos un régimen islámico absoluto. Los judíos son considerados como una nuez, como el núcleo duro del mundo en contra del cual lucha el fundamentalismo musulmán. Los judíos e Israel – no diferencian entre los dos. Esta amenaza musulmana para nosotros utiliza un pronunciado lenguaje de genocidio, de destrucción.
- Profesor Bauer: Hay un paralelo entre los diversos fundamentalismos: el nazi y el comunista –los cuales fueron una especie de religión– y el religioso. El fundamentalismo musulmán comienza en 1928 en Egipto y en mi opinión es algo nuevo y peligroso. Nos amenaza a nosotros y amenaza a los musulmanes no-fanáticos y al nacionalismo árabe. Yo considero que ésta es la amenaza antisemita más grande del principio del siglo XXI.
- Profesor Porat: La diferencia entre ellos se desdibuja. Los antisemitas de hoy no diferencian entre el país de los judíos y los judíos.
- Profesor Ben-Ami: Yo estoy en contra de la diferenciación entre la cuestión judía y la cuestión israelí en el diálogo árabe-occidental. La memoria de Europa concibe a Israel como conectada absolutamente a la cuestión judía. Los judíos pagan el precio de la resistencia política contra Israel.
- Profesor Diner: Somos un estado independiente. Nos encontramos en conflicto, el conflicto es real, nacional. Yo sugeriría tratar de separar entre el conflicto y el antisemitismo. Yo sugiero una fórmula: tratar al conflicto israelí-palestino como si no hubiera antisemitismo, y tratar al antisemitismo como si no hubiera un conflicto israelí-palestino. Debemos diferenciar entre estas cosas. Para nuestro bien.
- Profesor Benny Moris: Desde siempre existe una base antisemita en el Islam, derivada entre otras cosas de la sensación de que el Islam, como una fuerza mundial, debe ocupar el lugar del cristianismo y del judaísmo, y antes que nada del judaísmo. En el Corán se cuenta que Mahoma luchó contra tribus judías, y ellos trataron de detenerlo y de ayudar a los enemigos del Islam a vencerlo; este cuento antijudío se encuentra en el Corán y es transmitido de una generación de fieles a otra. Ello todavía no convierte al Islam mismo en una religión antisemita. Sólo en el siglo XIX se agregó a la creencia islámica un nuevo plano de antisemitismo occidental moderno. Lo hicieron penetrar los sacerdotes y misioneros. Se empezó a traducir también al árabe la literatura eminentemente antisemita, como los Protocolos de los Sabios de Sión. Cuando estalló el conflicto entre el sionismo y los palestinos, encontraron los palestinos referencias y argumentos en contra de los judíos tanto en las publicaciones antisemitas occidentales como en las instituciones del Islam. Haj Amin el-Huseini, el primer líder del pueblo palestino, era antisemita. Veía a los judíos tal como los veía Hitler: el judaísmo era el elemento básico del mal del mundo. Esta herencia pasó al fundamentalismo islámico, en sus diferentes manifestaciones. A pesar de esto, la palabra “destrucción” en relación con el fanatismo musulmán es temprana y sería mejor no usarla.
- Profesor Bauer: Absolutamente, y su lenguaje es el del genocidio.
- Profesor Moris: El Hamas y el Jihad Islámico combinaron el antisemitismo tradicional del Islam fanático con la lucha nacional palestina. La plataforma del Hamás, que fue redactada en 1988, acusa a los judíos de querer extenderse sobre toda la región, desde el Nilo hasta el Éufrates. Acusa a los judíos de las revoluciones francesa y rusa, de la Primera Guerra Mundial, de la Segunda Guerra Mundial, de la creación de las Naciones Unidas. En otras publicaciones los integrantes de Hamás y de Jihad comparan frecuentemente a los judíos con simios,. Desde su punto de vista, los judíos e Israel son una sola cosa. Identifican totalmente a Israel con el judaísmo, en tanto que el judaísmo es responsable de todo el mal del mundo.
- Profesor Ben-Ami: Vean con qué rapidez el diálogo europeo adopta ideas como genocidio para describir lo que nosotros les hacemos a los palestinos. Con qué facilidad usan los políticos europeos conceptos tomados del Holocausto de los judíos. Yo sostengo que así se expresa el mecanismo espiritual colectivo de Europa. La Europa cristiana nos persiguió, nos quiso destruir a todos. Nosotros, los judíos, pusimos la marca de Caín en su frente. Y ella trata de liberarse de la marca de Caín, encontrar un bálsamo para su alma torturada, acusándonos de un genocidio similar. Las intifadas palestinas, cuando son descriptas en los medios de comunicación europeos como genocidio perpetrado por los judíos, curan la conciencia de Europa. La opinión pública europea encontró un tesoro, y arroja sobre Israel, sin diferenciaciones ni matices, el debate sobre el Holocausto que ella misma creó.
Profesor Wistrich: Parece que no. El argumento de que el sionismo es una reencarnación del nazismo y aun peor que él no empezó en Europa, aunque ahora tenga sus adeptos europeos. Empezó en el mundo espiritual musulmán, y fue traído por él al congreso en contra del racismo en Durban. Israel fue acusado de racismo y de depuración étnica; la propaganda árabe jugó, con mucha sofisticación, con los tonos sensibles de la conciencia europea. Es que Europa quiere dejar atrás su pasado colonialista y expiarlo. ¿Cómo? Odiando a Israel.
- Profesor Wistrich: En los últimos años, la ONU publica resolución tras resolución que van dejando gradualmente a Israel fuera de la familia de las naciones civilizadas. Se representa a Israel como un país leproso, que no tiene igual. Si no fuera por el veto americano, no sé dónde estaríamos con respecto a la ONU y cuál sería nuestra situación.
Profesor Ben-Ami: Si no fuera por el veto americano, nos habrían expulsado de la ONU.
Profesor Wistrich: En Israel se tiende a desdeñar las resoluciones de la ONU, y esto es un gran error. La acumulación de resoluciones anti-israelíes en la ONU podría causar una delegitimización absoluta del estado de los judíos. ¿Es esto antisemitismo? A veces pienso que esta conducta es peor que el antisemitismo.
Profesora Porat: La ONU está sufriendo una islamización. Hay en la ONU 56 países islámicos. Sudán – ¡Sudán! – ocupa el lugar de Estados Unidos en el comité por los derechos humanos. ¿Dónde se ha oído algo así? Mary Robinson, comisionada de los derechos humanos, quiere ser la próxima secretaria de la ONU y se rinde ante la presión árabe musulmana.
Bin Laden no inventó nada
- Igal Carmon: Yo siento personalmente un cambio para peor. Cuando viajo al extranjero, frecuento muchos círculos no judíos, y empiezo a escuchar a mucha gente que dice: estos judíos, tienen la culpa de todo. Bin Laden nos atacó por causa de ellos, por su causa desperdiciamos tres horas para subir a un avión, por su causa la economía no se recupera. Empiezan a mirar a Israel como un hueso en la garganta del mundo. Es legítimo demandar “una solución al problema de Israel”.
- Carmon: Bin Laden no inventó nada. Hay tres bases permanentes en el antisemitismo musulmán. La primera es una base religiosa islámica, con todos sus diversos elementos. La segunda base es la demonización de los judíos, que los musulmanes adoptaron del cristianismo: los Protocolos, las calumnias de crimen ritual, y las diferentes imágenes negativas del judío. La tercera base del antisemitismo musulmán es el Holocausto, su negación o su uso en diferentes variantes. Estas tres bases no están conectadas a Israel, no a su política y no al conflicto. En libros de estudio secretos, se predica eliminar a los judíos como se elimina a las cucarachas. A ello se le agrega ahora el nuevo mito, que se convirtió para los medios de comunicación árabes musulmanes en un hecho incuestionable: los judíos fueron los que hicieron estallar el 11 de septiembre las Torres Gemelas en Nueva York, como una conspiración y provocación anti-árabe. Ésta es la innovación.
- Profesor Morris: Yo no lo conozco. Desde el punto de vista de la ideología islámica dominante, nosotros, los judíos, estamos fuera del territorio humano. Esto es cierto casi para todos. El experto en cuestiones judías en el mundo árabe, Abdel Wahab el-Mansiri, escribió una enciclopedia completa cuyo propósito es probar que los judíos son criaturas inferiores más allá del territorio humano. Es muy popular en el Hamás.
- Carmon: En las publicaciones del Hamás sobre los judíos existen comentarios que están casi más allá de las teorías nazis. Hemos transferido los resultados de una investigación sobre el punto al Instituto Wiesenthal, y aún ellos dudaron en publicarlos. Simplemente no se puede creer que alguien pueda escribir sobre los judíos cosas peores de las que escribieron los nazis. Y el sionismo, por supuesto, está presentado como el heredero de los nazis. ¿Saben ustedes que cada semana un periódico árabe importante publica un artículo de agradecimiento a Hitler? Los franceses fueron quienes obligaron a un periódico egipcio a retirar del sitio de internet una investigación que “prueba” que las calumnias del crimen ritual son absolutamente verdaderas; en estos temas las leyes francesas son excelentes.
Cada asentamiento es un argumento en nuestra contra
- Profesor Ben-Ami: Los musulmanes y los árabes están preparados a llegar a una paz política, estatal y territorial con Israel, no están preparados para una paz profunda. No quieren renunciar a la idea de Israel como una semilla extraña a la región. Israel continúa siendo para ellos una entidad “no justificada”, atravesada en el área, cuya existencia temporaria es aceptada como el menor de los males, y por lo tanto con el tiempo desaparecerá cuando se realice alguna u otra revolución. Nuestras contrapartes en el diálogo del lado árabe no se han conciliado intelectualmente con Israel, no hay una conciliación moral, no hay una conciliación en la perspectiva histórica. Me han dicho más de una vez: ¿cómo te atreves a tocar nuestras escrituras históricas y religiosas? De mi experiencia en las negociaciones con los palestinos, llegué a la conclusión que no se puede descifrar el código genético del conflicto israelí-árabe.
- Profesor Diner: Tenemos un problema profundo que ignoramos en el diálogo político e intelectual. El problema concierne a la base de nuestra legitimidad y concierne al antisemitismo. Me refiero a los asentamientos. De acuerdo a mi evaluación, todos los asentamientos más allá de la línea verde son percibidos en el mundo como un intento renovado de consolidar el Estado de Israel y buscarle legitimidad. Cada nuevo asentamiento es, por lo tanto, un argumento en nuestra contra en el diálogo sobre la legitimidad, la socava y la debilita. Quiero utilizar ahora un concepto determinado por Abba Eban pero dándolo vuelta. Después de la Guerra de los Seis Días, definió Abba Eban los límites de 1967 como los límites de Auschwitz. Tenía razón, pero en un sentido diferente al que se refería: esos son “los límites de Auschwitz” en conexión con su legitimidad. Las naciones del mundo reconocieron al Estado de Israel sobre la base de los límites antetiores a la Guerra de los Seis Días a causa de Auschwitz. Su legitimidad en Occidente deriva de la memoria de Auschwitz y no de otra cosa. Es por eso que Occidente no acepta los asentamientos israelíes en los territorios de la banda occidental del Jordán y de Gaza. Ni un milímetro más. Occidente no acepta tampoco otras cosas que son parte de nuestra experiencia sionista. Y los árabes no aceptan siquiera la legitimidad de los límites de antes de 1967 basada en Auschwitz. Amru Musa, durante su visita a Jerusalén, se negó a visitar Yad Vashem. La única legitimidad que los árabes pueden aceptar es el hecho de que existimos, y nosotros existimos.
- Profesor Diner: No, pero va a desconectar el antisemitismo de nuestro conflicto con los palestinos. Es vital desconectar estas dos cuestiones críticas.
- Profesor Ben-Ami: Sin la legitimidad del Estado de Israel –en el sentido de límites fijos y reconocidos y acuerdos con los países vecinos– los antisemitas podrían perder la barrera de la vergüenza con respecto a los judíos. Las palabras del embajador francés en Londres en contra de Israel, como “país pequeño y asqueroso”, son definitivamente representativas. Muchas expresiones similares se escuchan en Europa. Expresiones que desde Hitler no se oyeron en Europa sobre los judíos, se dicen ahora. Israel es la que posibilitó su expresión. No son los judíos quienes posibilitaron a los antisemitas romper la barrera de la vergüenza, sino los israelíes, con sus acciones y sus errores. Es cierto que el objetivo de Israel –el objetivo estratégico, político, estatal y militar– no es terminar con el antisemitismo sino la existencia segura y en paz. Pero nosotros debemos ser concientes que hay aquí vasos comunicantes que no pudimos desconectar.
- Profesor Wistrich: El antisemitismo musulmán no es una consecuencia directa del conflicto israelí-árabe o israelí-palestino. Esto es un argumento absolutamente infundado. El antisemitismo existe y florece libremente en los países árabes con los cuales tenemos acuerdos de paz, tal como Egipto. El antisemitismo inunda la opinión pública, el periodismo y el intelectualismo en Egipto. Es común no sólo en los círculos fanáticos sino también en la izquierda nasserista, en las confederaciones de trabajadores. En los países árabes se publican sin límites las peores cosas que se han escrito jamás sobre los judíos desde la derrota de la Alemania nazi. El Estado de Israel se percibe allí como la personificación de “el judío colectivo”. Es cierto que la política de Israel influye sobre el público árabe, pero el odio a los judíos en el mundo árabe no depende del conflicto: es un odio a los judíos allí donde estén. Tiene una existencia autónoma.
- Profesor Ben-Ami: Yo no pienso que sufrimos un ataque de islamismo fundamentalista. Por el contrario, el fanatismo es una reacción patética, regresiva y defensiva del Islam frustrado, que no se pudo integrar al progreso y que huye de él. No pienso que la revolución en Irán llegó a algún lado.
- Profesor Diner: Nosotros olvidamos la historia. En Occidente hubo ya olas de antisemitismo contra Israel, olas de antisionismo acompañado por un discurso antisemita. Esto no sucedió desconectado de Israel, sino cuando Israel parece criminal de guerra. Como en la Guerra del Líbano.
- Profesor Wistrich: El fundamentalismo islámico es la amenaza más concreta para el pueblo judío, pero no es la única. Yo mido con preocupación el daño causado a Israel por los grupos de intelectuales árabes respetados y aceptados en Occidente, en su parte incluso estrellas de los medios de comunicación, que difunden el antisemitismo con dulzura y bajo el disfraz de la solución del problema palestino.
- Profesora Porat: Los intelectuales europeos y en particular la izquierda europea están inmersos ya hace más de diez años en temas de derechos humanos, defensa de los refugiados y condena del racismo. Se han creado en Occidente cientos de organizaciones no gubernamentales en contra del racismo, que dan el tono en el discurso de los intelectuales. En el pasado, este desarrollo nos fue favorable, ya que ayudó a detener el antisemitismo. Hoy en día, las cosas se dieron vuelta e Israel se encuentra culpado de racismo e incluso de antisemitismo, redefinido como “anti-palestinismo”.
- Profesora Porat: El tema de los derechos humanos fue el centro del congreso de Durban y fue secuestrado, inteligente y astutamente, por los árabes y los musulmanes. Ellos identificaron el espíritu antirracista de los tiempos y lo reclutaron en contra de Israel. En 1997 la ONU reconoció por primera vez que el antisemitismo es racismo. Desde nuestro punto de vista, esto fue una declaración importante porque no necesitó una legislación separada en contra del antisemitismo. He aquí han pasado tres años y no faltó mucho para que en el 2001 la ONU declarara que el judaísmo es en realidad racismo.
- Profesora Porat: Hubo cuatro congresos regionales preparatorios para el congreso de Durban. Tres de ellos presentaron buenas y equilibradas propuestas de resoluciones. No pensaron en insertar el Medio Oriente en Durban. Pero el cuarto congreso regional se llevó a cabo en Teherán, y de él provino toda la dura fraseología anti-israelí que apareció en los borradores de la declaración de Durban. ¿Qué hizo aquí el mundo árabe? El mundo árabe nominó a Israel como el racista principal y lo ubicó, sólo a él, en el banquillo de los acusados. Y así fue que un congreso que debería haber servido como encuentro histórico entre el Tercer Mundo y el Primer Mundo y para debatir la corrección de las injusticias del colonialismo, se convirtió en el campo de batalla de los ataques desenfrenados contra Israel y el pueblo judío en Israel. Las delegaciones árabes eran infinitas. No dejaron de decir discursos en contra nuestra, y yo estaba sentada sola en la sala. Luego de unos días de dominación absoluta árabe sobre los debates y conducta personal desagradable –incluyendo los gritos contra nosotros de quien hoy es el ministro de Relaciones Exteriores de Egipto: ¡Asesinos! ¡Asesinos!– todos se sintieron hartos. Los árabes y los musulmanes simplemente pasaron todos los límites y colmaron todas las medidas. Los participantes no-árabes entendieron que las cosas fueron demasiado lejos y dejaron de ser racionales. Tal vez esto pasó cuando exigieron escribir la palabra Holocausto con minúscula. De todos modos, el congreso volvió a la normalidad a último momento. Y eso me llena de un cierto optimismo.
- Profesor Ben-Ami: En Durban se volvió a demostrar que el movimiento nacional palestino cuenta con niveles de apoyo entre los mayores de la historia reciente para cualquier otro movimiento de liberación nacional.
- Profesor Diner: Por nosotros.
- Profesor Ben-Ami: Sí, exactamente, ese es el contexto. El apoyo masivo a los palestinos se nutre del hecho que están enfrentados con los judíos. En una ocasión en que se le negó a Arafat la visa para entrar a los Estados Unidos, la Asamblea de las Naciones Unidas pasó a Ginebra para oír su discurso. ¿Por Arafat? ¿Para escuchar las agudezas del presidente de la OLP? No. Sólo por nosotros. Nosotros, los judíos sionistas, destrozamos todos los modelos, todos los patrones. Somos también el pueblo de la Biblia, también el pueblo de la diáspora, también un pueblo perseguido, también un pueblo sobreviviente y también un pueblo que vuelve a su lugar de origen después de dos mil años. Confundimos al mundo.
- Profesor Diner: Nosotros los judíos confundimos al mundo occidental y al mundo entero. En la emancipación judía, ¿qué exigimos? Derechos humanos: completa igualdad y ciudadanía completa. Y he aquí, que después de haberlas recibido, ya exigimos también derechos colectivos como pueblo. Y eso confunde a los gentiles.
- Profesor Ben-Ami: Nosotros somos examinados todo el tiempo. Un país examinado. Nuestra legitimidad en los ojos de los no judíos está abierta todo el tiempo, todo el tiempo es condicional. Y de aquí nuestra batalla por la legitimidad. Esta es la palabra clave.
- Profesor Diner: Yo quiero citar aquí un judío inteligente como muy pocos en nuestra generación. Nahum Goldmann, en sus memorias, relata una conversación que sostuvo con Ben-Gurión en su casa en Jerusalén, una noche a fines de los años 50. Ya a horas tempranas de la mañana, de repente Ben-Gurion suspira y dice: “Nahum, yo seré sepultado aquí en Israel. Pero no estoy seguro de que mi hijo Amos será sepultado aquí.” Goldman se extraña: “¿Cómo tú, Ben-Gurión, puedes decir algo así?” Y le contesta Ben-Gurion: “Yo me pregunto, ¿cuál es la base de nuestra existencia aquí? Nuestra legitimidad es la Biblia, ¿no es cierto? Pero la promesa fue hecha por nuestro Dios y no compromete a los árabes. El Holocausto”, continúa Ben-Gurion, “es otra base de nuestro derecho a un estado. El Holocausto, los árabes están de acuerdo, fue una gran desgracia – ¿por qué los alemanes no nos desocupan la zona del Rhin?” Goldman escucha, escucha y le dice a Ben-Gurión: “Yo sólo espero que los líderes árabes no piensen como tú.”
- Profesor Bauer: Yo no tengo ninguna duda que aun si el Estado de Israel se comportara ejemplarmente en todas sus acciones, el antisemitismo no desaparecería del mundo. ¿Por qué? Porque la actitud negativa hacia los judíos está enquistada profundamente en la cultura de Occidente, de la cual nosotros somos parte fundamental. Las escrituras sagradas cristianas están compuestas por dos libros: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, que en gran parte fueron escritos por judíos y sobre judíos. Hay aquí un legado cultural inmenso. Y he aquí que estos judíos extraños hacen algo extraño y erigen un país propio en la tierra de Israel. El pueblo de los que regresan se encuentra con el pueblo de los nativos. El antisemitismo que ya existía recibe un impulso adicional.
- Profesor Bauer: No totalmente. Muchas cosas que Israel hace últimamente en los territorios, como prohibir a Arafat participar en la misa de Navidad, ayudan a los antisemitas. No son la razón de la ola de antisemitismo, no son su factor principal, pero ayudan un poco a que el discurso antisemita encuentre a quien lo escuche.
- Profesor Diner: La globalización tiene muchas facetas. El proceso no es claro. Junto con la propagación del antisemitismo, la globalización también propaga las vacunas contra el antisemitismo. El Holocausto se está convirtiendo en uno de los temas fundamentales de la Unión Europea.
- Profesor Ben-Ami: Como resultado de la globalización, se puede crear una situación de dilución de la importancia de los judíos –de su diferenciación y su unión– en la memoria histórica de la sociedad occidental. El estatus especial de los judíos puede desgastarse con el aumento de la globalización. La cuestión de la identidad judía se convertirá en una de las muchas cuestiones de las que se ocupa la sociedad global.
- Profesora Porat: Yo no creo que la globalización empañará la imagen negativa del judío tal como aparece en la propaganda antisemita. El estatus del judío como símbolo y la imagen de los rabinos malos no desaparece. Se hizo más fuerte: globalización es dinero y dinero es judíos. Si realmente el 11 de septiembre comenzó la Tercera Guerra Mundial, ella no contribuye al desvanecimiento del antisemitismo y sus símbolos. Más bien al revés.
- Profesor Diner: El 11 de septiembre concluyó en Occidente la etapa en la cual movimientos terroristas o de guerrilla disfrutaron de un cierto aura y apoyo silencioso por parte de la opinión pública. Desde el 11 de septiembre no hay más legitimidad en el uso indiscriminado de la fuerza. La tolerancia con respecto a la muerte de civiles bajó a cero y nosotros, en alguna medida, disfrutamos de ello. Nadie está dispuesto a justificar una acción terrorista, tampoco en la Europa anti-israelí. Todo terror es hoy condenable.
- Carmon: Después del 11 de septiembre se inició el enfrentamiento global entre Occidente y el fanatismo musulmán. Es el momento adecuado, desde nuestro punto de vista, para hacer dos cosas. Nosotros, los israelíes y los judíos, debemos comenzar una extensa lucha contra todas las bases antisemitas tal como se revelan en las nuevas organizaciones terroristas. Sacarles las máscaras y no ignorar a ninguno. Estados Unidos se encuentra en un estado combatiente y en Europa existe una base de amplias leyes contra el antisemitismo.
- Carmon: Debemos ser más morales de lo que hemos sido hasta ahora. Porque nosotros, como ya se ha dicho aquí, somos un país sometido a examen.
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