Domingo a jueves: 9:00 - 17:00.
Viernes y vísperas de fiestas: 9:00 - 14:00.
Yad Vashem está cerrado los sábados y días festivos judíos.
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En septiembre del 2000 la violencia resurgió en el Medio Oriente, y en el mundo ascendió una nueva y destructiva forma de fanatismo religioso extremo. Junto con los estallidos de violencia, durante este año fuimos también testigos de una nueva ola de actos antisemitas y de retórica antisionista en todo el mundo, en la opinión de muchos carente de parangón desde los tiempos del Holocausto.
En septiembre del 2001 se reunió en Durban, África del Sur, la Convención de la Naciones Unidas contra el Racismo, Discriminación Racial, Xenofobia e Intolerancia. En la convención se oyeron voces que comparaban el sionismo con el racismo y trazaban un paralelo entre la actitud de los israelíes para con los palestinos y el genocidio perpetrado por los alemanes en seis millones de judíos durante el Holocausto. Esas nociones casi ingresaron en la declaración final de la convención.
Después del ataque terrorista en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, se diseminaron rumores generalizados en el mundo árabe que afirmaban que el ataque era parte de “la conspiración judía mundial”, y también a lo ancho del mundo occidental provocaron la expresión de sentimientos antisemitas y sostuvieron que el ataque terrorista se debió a la prolongada intervención de los Estados Unidos en el Medio Oriente y su apoyo a Israel.
Al mismo tiempo, en los últimos años el Holocausto ha llegado a la cumbre del interés público, y es utilizado como herramienta educativa contra el racismo. Sin embargo, a menudo funciona como una herramienta manipulativa para los objetivos políticos antisionistas y antisemitas.
Yad Vashem de Jerusalén conversó acerca de esos eventos y sobre las tendencias predominantes hoy día en el tópico del Holocausto y el antisemitismo, con cuatro personalidades importantes que actúan en esos ámbitos: el viceministro de Relaciones Exteriores, rabino Mijael Malkior; la directora del Instituto de Investigación del Antisemitismo y el Racismo en la Universidad de Tel-Aviv, profesora Dina Porat; el asesor científico del Instituto Internacional de Investigación del Holocausto en Yad Vashem, profesor Israel Gutman; y el presidente del directorio de Yad Vashem, Avner Shalev.
Avner Shalev dice: “En los últimos años han aumentado la concientización y la consideración del significado del Holocausto tanto entre judíos como entre no judíos, y la paradoja es que, a pesar de que nos alejamos de él en el tiempo, más personas lo conocen y de una manera u otra están influidas por el Holocausto.”
La memoria del Holocausto ha servido durante muchos años como incentivo para proteger y ayudar a los judíos y el Estado de Israel, pero últimamente se ha ampliado el uso del Holocausto y de conceptos relacionados con él en contextos variados, incluyendo ataques contra judíos y el Estado de Israel.
Según Dina Porat, miembro de la delegación de Israel a la convención de Durban, “el significado y la posición del Holocausto cambiaron durante la última década, no tanto para el pueblo judío sino mucho más para otros países y pueblos. El Holocausto es utilizado hoy en día en el mundo principalmente como un código cultural de educación, de la democracia contra el fascismo y de la defensa de los derechos del Hombre. El Holocausto se utiliza también como el símbolo general extremo del sufrimiento. Por ejemplo, representantes de diversos países en Durban afirmaron que la declaración de la convención no debía decir que no se debe olvidar el Holocausto, sino que no se deben olvidar los Holocaustos, porque hubo muchos Holocaustos y no sólo del pueblo judío. Esto puede verse también en los pedidos de indemnizaciones por esclavitud en base al modelo de las indemnizaciones de los sobrevivientes del Holocausto. La centralidad del Holocausto en la cultura mundial provoca que todo aquél que esté interesado lo utilice para sus asuntos propios: objetivos educacionales, políticos y democráticos o, lamentablemente, la propaganda en contra de Israel”.
Israel Gutman ve un peligro en el uso del Holocausto en otros contextos: “Esos son intentos de ver en el Holocausto uno de los eventos que tuvieron lugar durante generaciones, y no un fenómeno único que está relacionado directamente con la persecución de los judíos y el antisemitismo. Hay quienes intentan explotar factores tales como el conflicto judío-árabe y distorsionar los hechos históricos, pero debe recordarse que el Holocausto fue una traición a los judíos por parte de la civilización y su abandono a un asesinato atroz que no ha sido perpetrado jamás en ningún pueblo sin una confrontación directa con él.”
Sin embargo, no fue el uso del Holocausto en demandas y en diversas fraseologías lo que capturó un lugar central en la cobertura de la convención de Durban por parte de los medios de comunicación, sino las manifestaciones en las calles de la ciudad contra el sionismo y contra el Estado de Israel. En las manifestaciones, se erigieron carteles con consignas tales como “Sionismo = Racismo” e “Israel el país del apartheid”, y fueron distribuidos camisas y panfletos de contenido obviamente antisemita.
De acuerdo con Mijael Malkior, “en Durban desaparecieron los restos de la diferenciación entre judíos, israelíes y sionistas […] Para ellos, somos todos lo mismo, y quieren causarnos daño a todos. Vinieron a Durban 163 países, y todos ‘pusieron en la picota’ sólo al Estado de Israel, en lugar de ocuparse de los asuntos importantes para los que se llevó a cabo la convención”.
Israel Gutman ve en los últimos sucesos una señal de alerta: “Se renueva una campaña antisemita a la que tratan de darle carácter y dimensión globales. Lo que fue preparado para la convención de Durban, lo que se dijo entre susurros y alusiones sobre la catástrofe del 11 de septiembre y la propaganda descontrolada acerca de la misma, son intentos de explotar y resucitar la perversidad barbárica de los puntos más altos del antisemitismo y presentarla como un fenómeno humano cuyas soluciones son humanas”.
Avner Shalev opina que “no hay ninguna duda que detrás de esas expresiones y murmuraciones están presentes opiniones antisemitas básicas y leyendas del tipo de “Los protocolos de los Sabios de Sión “[…] En los años ‘90, parte de los que discutían sobre el tema intentaron trasladar el debate histórico en la investigación del Holocausto a factores marginales y escapar del asunto más básico y más claro por los que acaeció el Holocausto – el antisemitismo”.
Porat también ve al antisemitismo como la fuente de los rumores y la instigación en contra de Israel: “Nosotros, en el Instituto de Investigación del Holocausto y el Racismo en la Universidad de Tel-Aviv, no vemos un reavivamiento en la teoría de la conspiración judía, porque la misma está viva y existe desde hace muchos años, y es el tema principal utilizado hoy día por el antisemitismo, además de la negación del Holocausto. La teoría existe todo el tiempo, y viste y desviste nuevas formas, tales como esos rumores falsificados. Ésa es la esencia del antisemitismo – la brecha entre la realidad y la imagen distorsionada, y esta imagen a veces se convierte en realidad […] Si bien debe destacarse que por cierto la disposición a condenar sólo a Israel en la convención de Durban estaba asentada en una base antisemita, había también intereses relacionados con el petróleo, la política y la economía.”
Sin embargo, aun después de entender los móviles económicos y políticos, todavía es asombroso ver el apoyo y la legitimidad que otorgaron organizaciones y representantes de países europeos modernos a las ideas antisionistas y antisemitas que fueron propuestas en Durban.
Avner Shalev intenta explicar: “Después de muchos años de contención, de silencio y de negación, comenzó al fin del siglo XX en diversos países de Europa una confrontación con el Holocausto, y ella provocó en muchos sentimientos desagradables. Una reacción de la población de Europa fue la de ver en ello una etapa en un proceso sano de confrontación con el pasado, durante el cual se reciben, internalizan e incorporan valores democráticos y modernos. Pero este proceso fue acompañado, especialmente en Europa occidental, de reacciones opuestas de radicalización en facciones derechistas, de incremento en el antisemitismo y de una nueva ola bajo la superficie que trata de rechazar el sentimiento de culpa de los mismos perpetradores, de los colaboracionistas, y especialmente de los que permitieron que ocurrieran el Holocausto y el robo de la propiedad […] Esta ola provoca la crítica extremista contra Israel, la falta de imparcialidad en los medios de comunicación con respecto a Israel y el fortalecimiento y legitimación de las corrientes antisemitas tradicionales y de la ira de los árabes. Por supuesto que a todo esto también contribuyó la ponzoñosa propaganda extremista árabe, que durante los últimos años siguió una ruta de negación del Holocausto y otra ruta que utiliza conceptos del Holocausto y los explota en extremo en contra de Israel. El antisemitismo es una enfermedad principalmente de la sociedad cristiana, y ahora, debido al conflicto israelí-árabe, también partes de la sociedad musulmana comienzan a enfermarse de él.”
Israel Gutman también considera que las ideas antisemitas estuvieron siempre en Europa: “El asesinato de los judíos de Europa no fue obra de un solo Hitler. Fue posible sólo en una Europa poseída por ideas antijudías, y no hubiera podido ocurrir sin la participación de muchas personas que fueron formadas en el espíritu del nazismo, sin su silencio y su resignación y su disposición a ello, ante todo en Alemania pero también en la serie de países de la ocupación nazi.”
“En cada generación el antisemitismo viste una máscara nueva para ocultar su rostro desagradable, y hoy día vemos la máscara del 'nuevo antisemitismo', es decir esa conexión entre el antisemitismo clásico y el antisemitismo de Bin Laden y el islamismo extremista”, dice Malkior.
Entonces, ¿qué se puede o se debe hacer con respecto al “nuevo antisemitismo”, como lo llama Malkior? ¿Hay que confrontarlo con nuevos caminos o sólo continuar actuando con las herramientas de información y educación existentes?
En opinión de Dina Porat, “no debemos salir de todos los últimos eventos con la sensación de que todo el mundo está en nuestra contra y que somos desdichados, me parece que no es productivo ni correcto. Debemos recordar que en los últimos tiempos hubo también eventos muy positivos como la visita del Papa, la convención de Estocolmo, la derrota de Irving en el juicio por calumnias que fue una gran victoria para aquéllos que combaten a los negadores del Holocausto, y también la declaración final de los países en la convención de Durban. Debemos ampliar el esclarecimiento y dirigirnos mucho más a las grandes cadenas de medios de información internacionales. Creo que hay un amplio apoyo a Israel, especialmente después de los eventos del 11 de septiembre, y hay un entendimiento más profundo del mundo musulmán […] No creo que debamos ampliar los programas educativos sobre el antisemitismo en instituciones como Yad Vashem, existen suficientes programas sobre el tema, y Yad Vashem puede constituirse en una de las herramientas poderosas del Estado para reclutar apoyo, en el esclarecimiento de su posición y para ver la situación en forma proporcional”.
Avner Shalev decribe la organización de Yad Vashem a raíz de los últimos eventos: “Yad Vashem se prepara y actúa diariamente en la educación y el fortalecimiento de aquéllos que combaten el antisemitismo. Aquéllos cuyo objetivo es fortalecer la democracia y actuar contra el antisemitismo y el racismo necesitan materiales precisos sobre el Holocausto, y Yad Vashem actúa para proporcionar materiales históricos e investigaciones actualizadas en el tema. Además, nos preparamos para una confrontación adecuada por medio de herramientas educativas y nos integramos en el esclarecimiento que se lleva a cabo como respuesta a los últimos eventos.”
El rabino Mijael Malkior ve la necesidad de un tipo nuevo de confrontación: “Los eventos en la convención de Durban –antes y durante su desarrollo– expusieron la nueva tendencia del antisemitismo […] La situación requiere una nueva preparación, y por ende hemos renovado las actividades del Foro de Coordinación de la Lucha contra el Antisemitismo’ que tengo el honor de presidir […] y también hemos creado paralelamente un equipo reducido de reacción que es capaz de actuar en tiempo real, tanto como sea necesario.” Además, “se decidió la erección de un foro internacional de personalidades renombradas que entienden que el peligro del antisemitismo amenaza a toda la sociedad democrática y están dispuestos a unirse a una acción en el plano educativo, el de esclarecimiento y el legal […] Los antisemitismo nunca descansan, y no debemos abandonar nunca el campo de batalla”, dice Malkior.
Por lo tanto, las opiniones con respecto a los últimos eventos son variadas, y las influencias a largo plazo de esos eventos no son claras aún. Por lo tanto, tal vez valga la pena considerar la propuesta del profesor Israel Gutman: “No sé si hace falta hacer sonar todas las campanas en este momento, pero es importante que seamos conscientes del origen del odio y la mentira y del potencial oculto del antisemitismo.”
Carteles exhibidos en la convención de Durban.
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