Estructura de la lección:
- Introducción – Carta al instructor (madrij)
- Desarrollo de la actividad
- Vivir con lo prohibido
- Ser joven
- Mensajeros y documentación
- Educación y cultura
- Religión
- Ser uno mismo
- Conclusión, el significado de la resistencia en nuestros días
Introducción - Carta al instructor (madrij)
Durante la Segunda Guerra Mundial, el objetivo del Gobierno nazi de exterminar a los judíos no estaba dirigido solamente a la existencia física. Los nazis pretendieron mucho más. Quisieron borrar al pueblo judío en todo ámbito posible, cultural, espiritual, religioso. Impusieron medidas destinadas a deshumanizarlos. Quema de libros, boicot comercial, prohibiciones de tránsito, vestimenta, prácticas religiosas, educación, y participación son sólo algunos de los ejemplos. Muchas de las comunidades judías europeas, con una creación cultural inmensurable, fueron trasladadas y encerradas en guetos donde la lucha por la comida y la subsistencia pasaron a ocupar el primer lugar en las prioridades diarias.
Entre los judíos nació una oposición al intento nazi de deshumanización y degradación. Una resistencia que luchó por mantener la dignidad y la humanidad frente a las medidas inhumanas impuestas. Lucharon por impedir que les quiten su esencia de seres humanos manteniéndose limpios, rezando a escondidas con riesgo de ser descubiertos, organizando actividades culturales, periódicos, escuelas, orquestas, teatros, asistencia mutua.
Las Tnuot Noar (movimientos juveniles) cumplieron un papel muy importante en la organización de la resistencia. Jóvenes educadores asumieron funciones y responsabilidades en el liderazgo comunitario, actuando mayormente desde la clandestinidad.
El objetivo de esta unidad es el estudio de las formas de resistencia no armada, que pusieron en práctica los judíos para mantener su dignidad en una época en que las persecuciones y las matanzas eran moneda corriente; en que las prohibiciones abarcaban casi todos los ámbitos de la vida diaria; y el hambre era un fenómeno común en todos los estratos de la comunidad.
También se hará foco en el papel que asumieron los jóvenes, en la respuesta que ofrecieron los movimientos juveniles y en los dilemas que enfrentaron. Durante el abordaje nos preguntaremos sobre nuestra función hoy en día como educadores, miembros de movimientos juveniles, sobre el significado de la resistencia que perdura aún en nuestro tiempo. Preguntas sobre los mismos valores que se plantearon jóvenes como nosotros en la época del dominio nazi y que siguen siendo relevantes hoy en una sociedad libre, y cómo las respondemos.
La unidad se divide en dos partes:
- Material de capacitación para el instructor (madrij), con preguntas destinadas a invitar al lector a reflexionar sobre lo que está leyendo.
- Propuesta didáctica para trabajar el tema con los educandos (janijim).
En el sistema nazi, donde los judíos se enfrentaban a un proceso de deshumanización que terminaba en la muerte, cualquier acto de oposición puede ser interpretado como resistencia.
Así nos describe la situación del gueto de Varsovia Jaim Kaplan
“(…) ¿cómo una comunidad entera puede sostenerse a sí misma cuando no tiene ningún contacto con la vida? Pues no existe ni una sola actividad, ni una sola profesión que no nos haya sido limitada y restringida. Pero aun así, no nos someteremos a las leyes de la naturaleza. Existe en nuestro interior cierta fuerza escondida, misteriosa y secreta, que nos hace proseguir que nos conserva en vida a pesar de las leyes naturales. Ya que no podemos vivir con lo permitido, viviremos con lo prohibido.”
Fragmento del diario de Jaim A. Kaplan sobre el gueto de Varsovia, 1940 Extraido de “El Holocausto en documentos” Yad Vashem, Jerusalén 1996, página 223.
Generalmente cuando se habla de resistencia en los guetos, se hace referencia a la resistencia armada, al enfrentamiento directo contra los nazis, al levantamiento en armas. Hay que entender que este proceso no fue inmediato. Tuvo lugar luego de un tiempo en que los judíos vivieron hacinados, privados de derechos, de comida, educación, perseguidos por una política que buscaba su degradación, pero paralelamente a esta lucha armada, se buscaron otras formas de resistencia.
Israel Gutman divide el análisis de la resistencia en dos períodos:
“a. El período de las persecuciones, la discriminación y la guetoización (en Europa oriental). b. Los años de la solución final Durante la primera etapa cuando fueron perseguidos y confinados en los campos, los judíos consideraban al régimen nazi como un sistema destinado a privarlo de sus derechos, separarlos del resto de la población y socavar los medios de su subsistencia. Por lo tanto destinaron la mayor parte de sus esfuerzos a salvaguardar su existencia y a mantener la dignidad humana. Consideraban que tenían que reclutar sus fuerzas físicas y espirituales para posibilitar que la mayor parte de los judíos pudiera sobrellevar el período de la ocupación – que estaban convencidos que sería corto – sin sufrir daños (…) En ese período los organismos clandestinos compartían la visión general: hay que pasar el difícil período de prueba y sobrevivir. Cada organización política siguió ostentando su ideología y continuó creyendo en ella como en el período previo a la guerra. La tarea fundamental era fortalecer a la población para que pudiera confrontarse con las dificultades que le esperaban. Ya en este período se destacó la gran actividad de los movimientos juveniles en la creación de marcos clandestinos para sus miembros.”
Israel Gutman, Holocausto y Memoria, Jerusalén: Centro Zalmar Shazar de Historia Judía y Yad Vashem, 2003.
- ¿Cuáles son las cosas que todo hombre, niño, mujer necesitan para vivir dignamente?
- ¿De cuáles de ellas se encarga el movimiento juvenil?
Cuando hablamos de resistencia espiritual nos referimos a los intentos de las personas de mantener su humanidad frente a la política nazi de deshumanización. Están incluidas varias formas de resistencia (cultural, educacional, religiosa, entre otras). Estas expresiones de resistencia nos muestran que la supervivencia física no es el único objetivo, incluso para personas que se encuentran en terribles condiciones.
Los judíos lucharon por seguir viviendo. Rezando, comiendo, aprendiendo, educando o incluso simplemente oponiéndose fueron las distintas formas que encontraron para mantener su dignidad y resistirse al objetivo nazi de eliminación en todos los niveles posibles. La creación de escuelas clandestinas permitió que los niños sigan teniendo un marco tanto educativo como de contención; teatros, orquestas y otras actividades culturales brindaron la posibilidad de abstraerse aunque sea unos instantes de la terrible realidad en la que se hallaban inmersos; sistemas de documentación y sistemas clandestinos de comunicación les permitieron una mejor forma de organización, de estar informados sobre lo que acontecía en otras comunidades y nos dan la posibilidad a nosotros hoy en día de leer e investigar sobre lo ocurrido. Mantener la religión a la sombra de las prohibiciones y “mantenerse limpio”, conservó la esperanza y les permitió mantenerse vivos y dignos.
Jaim Guri, escritor, poeta y periodista israelí escribe sobre la resistencia:
Resistió quien consiguió un trozo de pan
Resistió quien dio clases a ocultas
Resistió quien escribió o distribuyó un diario clandestino poniendo fin a falsas ilusiones
Resistió quien introdujo secretamente un libro de la Torá
Resistió quien falsificó documentos “arios” que salvaron vidas
Resistió quien condujo a los perseguidos de una tierra a otra
Resistió quien describió los acontecimientos enterrándolos en papel
Resistió quien ayudó a los más necesitados
Resistió quien pronunció aquellas palabras que lo llevaron a su propio fin
Resistió quien erguió el puño contra los asesinos
Resistió quien transmitió mensajes entre los sitiados , y consiguió traer provisiones y algunas armas
Resistió quien sobrevivió
Resistió quien combatió armado en las calles de ciudades , montañas y bosques
Resistió quien se rebeló en los campos de exterminio
Resistió quien se rebeló en los guetos, entre muros caídos, en la revuelta mas destituida de esperanzas que supo alguna vez el ser humano.
“Resistió quien sobrevivió…”
- ¿Piensas que resistir requiere tomar un papel activo?
- ¿Por qué piensas que Jaim Guri tiene que describir todas las formas de resistencia?
En la lucha por la dignidad, en la búsqueda de alternativas a los objetivos nazis, los movimientos juveniles, cumplieron un papel esencial. Jóvenes rondando los 20 años de edad, que hasta la guerra se ocupaban de la educación y recreación de sus educandos y la formación y preparación de grupos de aliá (inmigración a Israel), se vieron envueltos en muchas nuevas responsabilidades.
- ¿Por qué crees que los movimientos juveniles tuvieron un papel tan importante?
- ¿En qué se diferencian los jóvenes de los adultos?
- Jaim Kaplan: Educador nacido en Branovitz (Bielorusia), Jaim Kaplan vivió en Varsovia y desde 1933 escribió un diario en el que refleja la decadencia de la vida de la comunidad judía durante el Gobierno Nazi y la Segunda Guerra Mundial. Dejar un diario es un acto de resistencia contra la intención de borrar la historia.
“El joven está más preparado para afrontar momentos difíciles. No tiene responsabilidad sobre una familia y no se ve envuelto en las dudas y dificultades que aquejan a la relación entre padres e hijos. Por naturaleza, el joven tiende a vivir situaciones peligrosas y el movimiento clandestino fue terreno fértil para las vivencias juveniles. La juventud está dispuesta a cambios, a comienzos radicales, de la misma manera que le es difícil adaptarse a una realidad injusta, que es sensible y rebelde ante la humillación.”
Israel Gutman, “La rebelión de los sitiados” extraído de Inquietudes, dilemas y reacciones: Los movimientos juveniles bajo el dominio nazi, Jerusalem: Yad Vashem, Departamento de Educación, 1995, pág. 33
Esa disposición al cambio de los jóvenes es la que caracteriza a los movimientos juveniles que surgen en Europa en los primeros años del siglo XX como respuesta al mundo competitivo y materialista adulto. Los movimientos juveniles sionistas, se ocupaban principalmente de la preparación de sus jóvenes para la inmigración a Palestina con la intención de crear una sociedad más justa en un Estado judío. La capacidad de analizar esa realidad injusta y querer cambiarla es la que llevó a los líderes de la juventud, al estallar la guerra, a asumir nuevas responsabilidades que incluían tomar papeles activos en la organización de la comunidad y en la resistencia contra la deshumanización de los judíos pretendida por los nazis. Desde el primer momento en la guerra, los líderes de los movimientos juveniles se diferenciaron del liderazgo comunitario adulto: mientras que muchos adultos buscaron formas de abandonar las ciudades, los instructores y la conducción de los movimientos juveniles que se encontraban en la parte soviética de Polonia, decidieron volver a la zona ocupada por los nazis a hacerse cargo de sus educandos y sus movimientos.
Los movimientos juveniles se vieron en la necesidad de replantear sus objetivos, de repensar su razón de ser, de afrontar un nuevo tipo de trabajo.
“(…) Nosotros, los jóvenes judíos, no podemos liberarnos de la influencia de la situación sobre la juventud en general. A esto se añade el desarraigo de los judíos del país y el odio que nos acompaña a los judíos. La guerra y la ocupación nazi han revelado de manera muy aguda la tragedia de nuestra juventud. Nos hemos visto transformados en un grupo proscripto, atacado y humillado, objeto de desprecio y de mofa. La juventud judía se ha desgastado y marchitado física y espiritualmente en los campos de trabajo nazis. Los niños judíos fueron apartados de las escuelas y de toda educación. Ante todo, blandean sobre nosotros la espada de la escasez y del desempleo que acorta la existencia y la vida de miles de individuos, envejece a la juventud judía antes de tiempo y transforma a sus miembros en gente desgastada, apática y llena de dudas, sin fe ni capacidad de transformar su vida. ¿Qué debemos hacer en semejante situación? ¿Hacia dónde debemos dirigir nuestra atención? Es natural que no podamos plantear un camino único para la totalidad de la juventud judía. Existen varias enfermedades y varios modos de curarlas. Una situación es la de los jóvenes que llenan las calles y los patios, que quedaron sin escuela y sin supervisión, y en los que se puede observar todos los aspectos indeseables del mundo adulto. Pasan el tiempo comprando y vendiendo. Distinta es la situación de los jóvenes que tienen educación. Estos se alejan, y se muestran poco dispuestos a adentrarse en la vida de las masas judías.”
Fragmento de un artículo de R. Domsky en el periódico clandestino de movimiento Dror Hejalutz de Varsovia, Dror N° 03, agosto 1940. Extraído de El holocausto en documentos, p. 231
- ¿Qué te diferencia como joven del resto de la comunidad?
- ¿Qué cosas piensas que los movimientos juveniles pueden haber hecho ante esta situación?
- ¿Qué debían hacer? Por qué asumir tanta responsabilidad siendo jóvenes?
- Los jóvenes líderes de los movimientos juveniles, se preocuparon mucho por mantener el ejemplo personal en sus actividades y sus vidas, ¿cómo ves esto reflejado hoy en día en tu movimiento?
La lectura de la realidad que los jóvenes realizan es la que les permite tomar fuerzas para organizar todo tipo de actividades de resistencia.
“(…) Estos tiempos parecen marcados, entre los judíos, por una pérdida de la voluntad de combatir. Los métodos de terror de los invasores han quebrantado totalmente la voluntad de oposición – ni que hablar de la oposición física – y es al joven adolescente a quien le toca transformarse en fortaleza y torre del espíritu de libertad judío. Las necesidades actuales consisten en propagar entre las masas judías la fe en nuestra existencia y su sentido. Por consiguiente los jóvenes que se reúnen en nuestros grupos de “Mitorerim”[iniciados] y ”Maghsimim” [realizadores] deben construir células de resistencia espiritual, que despierten entre las masas judías fe en un porvenir mejor y el deseo de sobrevivir. Luchar contra el pesimismo que se está extendiendo y contra el estado de descorazonamiento constituye una de las tareas más importantes que los jóvenes mas adultos deben realizar en la población judía en general. Y ellos mismos, siempre y cuando guarden en su corazón fe en la existencia futura del pueblo judío considerado en su totalidad, también estarán listos para el esfuerzo práctico que, después de la guerra, solicitarán de ellos, las realidades de la vida en el país”
Fragmento de un diario clandestino de los jóvenes de Gordonia, Slowo Mlodych (“Los Jóvenes Hablan”) N° 25 (II), Junio de 1942. Extraído de: El Holocausto en Documentos, pagina 234
- ¿Por qué piensas que los jóvenes decidieron tomar ellos la responsabilidad de movilizar a la comunidad?
- ¿Crees que hoy en día los movimientos juveniles dan respuesta a marcos que los adultos no pueden proveer?
- ¿Hacia dónde hay que enfocar la actividad?
- ¿Qué necesita la comunidad judía?
- ¿Qué pueden hacer los jóvenes?
- ¿Qué herramientas tienen?
Los jóvenes de los movimientos juveniles crearon distintos marcos de resistencia en las diferentes áreas de la vida de la comunidad. Se ocuparon entre otras cosas de la educación, religión, comunicación y distribución de alimentos. Ante cada actividad o proyecto que se planteaban surgían muchos dilemas que generaban largos debates para tomar decisiones.
Uno de los primeros grandes logros de los movimientos juveniles fue romper el límite impuesto a la comunicación entre las diferentes comunidades. Los judíos tenían prohibido salir sin permiso de los guetos (en las ciudades en las que los había) y usar transporte público. Los movimientos juveniles rompieron esa imposición creando un sistema de comunicación propio, basado en mensajeros que haciéndose pasar por no judíos viajaban de un gueto a otro llevando y trayendo información sobre la situación de los judíos en las distintas ciudades y de la evolución de las actividades del movimiento.
La mayoría eran mujeres que se exponían constantemente y transportaban material clandestino poniendo en riesgo sus vidas.
Esto escribe Emanuel Ringelblum
“La historia de las heroicas muchachas, Jaika (Grossman), Frumka (Plotnicka) y otras merecería la pluma de un gran escritor. Son unas muchachas aventureras y valientes que viajan de aquí para allá a través de Polonia, de pueblos a ciudades con documentación “aria” que las identifica como polacas o ucranianas. Una de ellas incluso lleva una cruz que nunca se quita y echa de menos cuando se encuentra en el gueto. Día tras día enfrentan los mayores peligros contando tan sólo con su apariencia “aria” y con el pañuelo que se atan alrededor de la cabeza. Aceptan las misiones más peligrosas y las llevan a cabo sin protestar, sin un solo momento de vacilación.(…) Viajan de ciudad a ciudad, llegando a lugares como Volhyna y Lituania, donde ningún representante de institución judía pudo llegar. Fueron las primeras en traer las noticias de la tragedia de Vilna. Fueron las primeras en entregar mensajes de saludos y ánimo a los sobrevivientes de Vilna (…) Las Jaikas y Frumkas ocuparán el primer lugar en esta historia…”
Extraído de El Holocausto en documentos, Doc.111 pág. 264
Entre los enviados y mensajeros hubo también algunos no judíos. Entre ellos se destaca Irena Adamowicz
Leib Garfunkel, activista sionista que fue miembro del “Judenrat” de Kovno, cuenta en sus memorias:
“Su enorme voluntad de ayudar a los que estaban en el gueto fue la que la llevó en el año 1942 a los guetos de Vilna, Kovno y Shavli. Durante un día entero estuvo con un pequeño círculo de activistas sionistas en el gueto de Kovno explicándoles las penurias de los judíos en Varsovia, Lodz, Lublin, Cracovia, Lemberg, Bialistok, Vilna, etc. (…) Irena mezclaba en su discurso palabras de aliento y consuelo. Fue un gran día para los activistas sionistas que estuvieron con ella”.
De: Heroísmo Judío, Israel Gutman, págs. 72-73
Al término de la guerra restableció el vínculo con sus amigos judíos. Se mantuvo en contacto con miembros de kibutzim en Israel y fue invitada a visitarlos. Durante su visita a Israel se le concedió el título de “Jasidat Humot Haolam” (Justa entre las Naciones) y un árbol fue plantado en su honor.
Los “Justos entre las Naciones” también expresaron resistencia. Supieron definir su límite personal, al que estuvieron dispuestos a llegar: arriesgando sus vidas, ya que ayudar a los judíos estaba prohibido y castigado con la muerte, llevaron a cabo todo tipo de acciones para salvar judíos, desde ocultarlos en sus casas, conseguirles permisos de trabajo o contratarlos, sumándose a su lucha o a su resistencia y luchando por su propia dignidad.
- Emanuel Ringelblum (1940-1944), fue un historiador judío nacido en Polonia. Perteneció al partido sionista socialista Poaléi Zion y trabajó con el Joint Distribution Committee (JDC). Viendo que lo que le estaba sucediendo a los judíos no tenía precedentes, resolvió registrar en forma completa los hechos para dejar un documento para los historiadores futuros. Creó Oneg Shabat, el archivo secreto del gueto de Varsovia. Junto con sus colegas recogió información y escribió artículos sobre ciudades, pueblos, el gueto y el movimiento de resistencia judía. Los materiales de archivo y las crónicas escritas por Emanuel Ringelblum constituyen la más completa y valiosa fuente de información de que disponemos sobre los judíos en Polonia bajo ocupación nazi y representan claramente una forma de resistencia frente al intento nazi de borrar a los judíos de la historia.
- Irena Adamowicz nació en Varsovia. Hija de una familia polaca, católica y observante. Activista en el movimiento Scout. Algunos años antes del comienzo de la guerra, junto a otros amigos de su movimiento, se acercó al movimiento Hashomer Hatzair, en un clima de camaradería que la llevo a hacer amistades personales con integrantes del movimiento. Visitaron la “Hajshará” (preparación para la inmigración), y aprendieron algo de hebreo. Durante la guerra trabajó como asistente social en Varsovia y viajó a diversos lugares llevando material e información poniendo en riesgo su vida. No sólo transmitía mensajes, también alentaba a los judíos en los guetos. Fue la primera en llegar al gueto de Kovno en 1942 adonde relató acerca de las enormes penurias de las comunidades judías de Polonia y Lituania.
En diciembre de 1939 fueron cerradas todas las escuelas de Varsovia, no existían marcos de educación y los movimientos juveniles patrocinaron la apertura de escuelas clandestinas. Sin embargo, muchos de los niños no asistían debido a que eran los encargados de conseguir la comida afuera del gueto y transportarla hasta el mismo.
“En vistas del año lectivo 1940, surgió el tema de los estudios: Los alemanes no permiten el funcionamiento de escuelas. Cerraron todas las escuelas judías… no hay escuelas “Tarbut”, “Tzisho” (escuela del Bund) ni otras… así nació la idea de no esperar más, si no de crear una escuela secundaria en la clandestinidad, entonces nos organizamos y fundamos el “gymnasium” clandestino.
(…) El “gymnasium” funcionó hasta las acciones de 1942. Para esa época tenía 120 alumnos y 13 maestros. Los alumnos se organizaban en grupos de 5 en distintas casas. (…) había exámenes y clases de todas las materias y se llevaban a cabo todas los asuntos formales que un “gymnasium” necesita tener. La llamaban “Gimnasia Dror” [en hebreo]. Y además de todo lo que debía ser enseñado, se enseñaban allí también cosas que no se impartieron nunca en ningún gymnasium hebreo en Polonia. Cosas especiales, características de los movimientos juveniles. Celebraciones del 1 de mayo, día de Tel Jai, Janucá y pláticas sobre cuestiones sociales. El “Gymnasium” era muy parecido a un movimiento juvenil. Los alumnos más grandes se transformaron en instructores de los más jóvenes. Cada uno daba según lo que podía. Itzjak Katzenelson4 dirigía talleres de teatro, había obras… todo se hacía en torno a la escuela y al movimiento”
Extraído de: I. Zuckerman, Sheva shanim hahen, jalom jayai kam vehaia, Yad Vashem
Todos estos esfuerzos no eran suficientes para resolver y superar la situación dominante. Cuando el hambre debilita y absorbe todos los sentidos, también aplaca la capacidad de soñar y de abstraerse de lo que ocurre dentro del gueto para poder hablar sobre lo que ocurre fuera de él y los asuntos que nos ocupan en un día normal. Los movimientos juveniles se enfrentaron al interrogante de si podían dirigirse a toda la juventud o si debían limitar su actividad a aquellos que gozaban del mínimo de condiciones que permite concentrar la mente en pensamientos abstractos y en problemas del espíritu y el mundo.
- ¿Qué se puede hacer ante esta situación?
- ¿Hasta qué punto tiene que ocuparse el movimiento juvenil de sus miembros?
- ¿Tienen los movimientos juveniles que ocuparse también de alimentar a sus integrantes?
En la edición mayo-junio 1941 del diario del Dror se lee lo siguiente:
“No renunciaremos a la parte que por razones materiales no puede acudir asiduamente a las charlas y encuentros. No rechazaremos a los hambrientos por el sólo hecho de que están pensando en su hambre. Debemos ocuparnos de aliviar su situación y permitirles optar por nuestro camino. Integramos a todos los que están dispuestos a seguir el camino de la realización. En nuestra opinión, no debemos negar a una persona que se convirtió en sionista, socialista y pionero, por el sólo hecho de que el hambre fue lo que lo movió. Si una persona es capaz de encontrar su camino en medio del hambre y los sufrimientos, debemos respetarlo y hacerlo partícipe de nuestro camino.”
De: Heroísmo Judío, Israel Gutman, pág. 78
- Itzjak Katzenelson, educador y escritor. Nació en Minsk en 1886. A los 10 años emigró con sus padres a Lodz, donde en 1906 comenzó a trabajar como educador en la escuela hebrea. Dejó la ciudad al ser conquistada en 1939 trasladándose a Varsovia. A los 54 años (1940) se sintió rejuvenecer cuando el movimiento Dror le pidió ayuda en la organización del movimiento en la clandestinidad. Katzenelson publicó poemas en los diarios clandestinos, fundó un elenco de teatro, educó a niños abandonados y huérfanos y dio clases de Tanaj y hebreo en la “Gimnasia Dror”. Entre los años 1940 y 1942 escribió cerca de 30 obras. Luego del levantamiento en el gueto en abril de 1943, fue enviado al campo de Vittel en Francia en donde escribió un diario que hoy en día es un importante documento sobre el Holocausto. Un año más tarde fue enviado a Auschwitz donde fue asesinado.
En su intento por deshumanizar a los judíos, los nazis también prohibieron la práctica de cualquier rito o acto religioso. Esta medida se aplicaba en forma diferente en cada región pero aspiraba a que los judíos borrasen del calendario todos los eventos que observaban tradicionalmente. No estaba permitido encender velas, congregarse en sinagogas, festejar un seder familiar o disfrazarse en Purim. Era difícil observar el ciclo anual, cada día debía ser idéntico al anterior. Sin embargo, a pesar de las prohibiciones, los judíos continuaron haciendo todas estas cosas. Cada acto religioso, congregación, o preparación para una festividad daban una esperanza a los judíos y los acercaban nuevamente a la comunidad.
Los dilemas frente al calendario judío no tardaban en aparecer: ¿Cómo festejar la fiesta de la libertad (Pésaj) en esta situación? ¿Cómo alegrarse para festejar Purim? ¿Cómo ayunar en Iom Kipur cuando ese trocito de pan es el que nos mantendrá vivos?
En esos tiempos, el rabino Itzjak Nisenbaum
Heroísmo Judío, Israel Gutman
- ¿Qué se debe hacer en Iom Kipur, se debe ayunar o no?
- En tu opinión, ¿qué es consagrar la vida?¿ Qué otros ejemplos encontrás?
Shabat en el gueto
“Recuerda el día Sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todas tus obras, mas el séptimo día es el Shabat para Dios; no habrás de hacer trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo ni tu esclavo ni tu sirvienta, ni tu bestia, ni el extranjero dentro de tus portales, pues en seis días Dios hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó en el séptimo día. Por ello Dios bendijo el día de Shabat y lo santificó.”
Éxodo XX:8-11
Una de las principales ideas del Shabat es la distinción de un día en la semana. Dedicar un día al descanso, a la reflexión, olvidarse un día de la rutina de la semana. Esto se aplica a todas las criaturas de la tierra, sin excepción. Para el Shabat hay que prepararse, se acostumbra a vestir elegantemente y a comer una comida abundante y rica. Estas costumbres contribuyen a generar el ambiente especial del Shabat y honrar el día. La santidad de este día es la que da al judío una meta a la que aspirar durante la semana.
- ¿Cómo se puede tener un día especial en el gueto?
- ¿Se puede salir de la rutina, olvidar por un momento?
- ¿Cómo se logra que el judío espere el día de Shabat?
- ¿Qué piensas que significaba poder celebrar el Shabat en el gueto?
El testimonio de Brajá Karvaser nos relata el Shabat en el gueto de Varsovia:
“Los sábados por la mañana, nos encontrábamos en la actividad del grupo joven sionista. Los líderes jugaban con nosotros, enseñándonos canciones en hebreo y contándonos historias fascinantes sobre Eretz Israel. Esos encuentros me proveían de una gran sensación de disfrute e intentaba no perderme ni siquiera uno. Los almuerzos de Shabat eran diferentes que los de los otros días de la semana. Comíamos cholent con el sabor del gueto. Tenía patatas y era condimentado con aceite negro. Más allá de todo, recuerdo ese gusto, ese sensacional gusto. Los sábados eran los días especiales en los que parecía como si no estuviéramos hambrientos, incluso aunque no hayamos comido suficiente comida para sentirnos satisfechos. La atmósfera especial del Shabat, de exaltación espiritual y de santidad parece que contribuía a la sensación de estar llenos.”
Braja Karveser Sadan, Living on the Line of the End: the Story of Bracha Karveser, the Girl from the Warsaw Ghetto, The Ghetto Fighters House, 1955. Extraído de: Resistance.
- El Rabino Itzjak Nisenbaum, uno de los lideres del sionismo religioso y uno de los pocos dirigentes del judaísmo polaco que permanecieron en Polonia y no se unieron a la masa de refugiados que huyeron antes de la guerra o en los primeros meses de la ocupación.
Consagrar la vida era oponerse a cumplir todas las obligaciones impuestas por los nazis, seguir orando, estudiando, trabajando, intentar ser fiel a uno mismo, como uno quiere ser, no dejarse humillar, no dejarse destruir como ser humano. Una de las mayores dificultades de los movimientos juveniles consistía en la necesidad de inhibir la conducta libre y espontánea, las canciones en conjunto, los paseos en grupo, elementos todos que manifiestan el espíritu jovial y efervescente de muchachos colmados de ideas y ávidos de vivencias. Gusta Davidson, activista del “Akiva” en la ciudad de Cracovia, lo expresa en el diario íntimo que escribió estando en la cárcel de Cracovia:
“Cien veces nos advirtieron ¡No vayáis en grupos! Cien veces volvimos a decidir: ¡No nos volveremos a reunir! Y alcanzaba con que dos compañeros se encuentren en la calle, y ya se agregaba otro más, y al cabo de un rato ya iban marchando en larga fila, ocupando toda la acera, con sus cabelleras desordenadas, sus claros rostros descubiertos, sus pasos seguros y rítmicos llamando la atención de los transeúntes, de los cuales nunca se saben sus pensamientos e intenciones. Sabían que no debían comportarse como lo hacían, pero cuando estaban juntos se sentían tan fuertes que perdían el temor tanto a los enemigos declarados como a los encubiertos”
Extraído de: Heroísmo Judío, pág. 75
El joven no puede inhibir su conducta, necesita ser él mismo, como quiere, natural.
- ¿Qué otras dificultades imaginas que surgieron en esa época?
- ¿Cómo piensas que se resolvieron?
- ¿Cómo ves manifestado esto hoy en día?¿ Tú puedes ser como realmente quieres?
El significado de la resistencia en nuestros días
Miles de veces hemos escuchado la frase: “recordar para no olvidar”, frase que cobra vida y fuerza no sólo en el contexto de la Shoá, sino en todos los ámbitos de nuestra vida. En este análisis hemos recorrido brevemente la lucha de muchos jóvenes judíos contra el deseo nazi de exterminar la existencia tanto física como espiritual de un pueblo. Ante ese intento de deshumanización se plantearon muchas formas posibles de resistir. Una de las más efectivas es la memoria. Muchos de los sobrevivientes de esa época de terror del siglo XX fueron salvados y resistieron por su memoria, porque recordaron y no olvidaron detalles, a sus familias, sueños o la simple esperanza de lo que añoraban antes de que todo eso sucediera: formarse y realizarse como individuos íntegros, como personas.
Para concluir, no podemos dejar de preguntarnos cuál es nuestro papel hoy en esa resistencia. Desde el lugar de líderes, educadores, madrijim, tenemos el deber de transmitir la historia para oponernos al objetivo de que sea borrada. Debemos resistirnos al olvido, levantarnos contra las injusticias y los intentos de exterminar pueblos, recordando a nuestros héroes, a todos ellos que con su vida y su historia nos educaron. Nuestra misión es siempre “recordar para no olvidar”, transmitir esta historia y educar con el camino que nos legaron, con su camino.
Honrar la vida
Eladia Blázquez
No...
Permanecer y transcurrir
No es perdurar, no es existir
Ni honrar la vida
Hay tantas maneras de no ser
Tanta conciencia sin saber
Adormecida.
Merecer la vida no es callar ni consentir
Tantas injusticias repetidas
Es una virtud, es dignidad
Y es la actitud de identidad
Mas definida.
Eso de durar y transcurrir
No nos da derecho a presumir
Por que no es lo mismo que vivir
Honrar la vida.
No...
Permanecer y transcurrir
No siempre quiere sugerir
Honrar la vida
Hay tanta pequeña vanidad
En nuestra tonta humanidad
Enceguecida
Merecer la vida es erguirse vertical
Mas alla del mal, de las caidas.
Es igual que darle a la verdad
Y a nuestra propia libertad
La bienvenida.
Eso de durar y transcurrir
No nos da el derecho a presumir
Por que no es lo mismo que vivir
Honrar la vida.
Libros consultados:
- Arad, Yitzhak – Gutman, Israel – Margaliot, Abraham, El Holocausto en documentos, Jerusalem: Yad Vashem, 1996
- Ben Sasson, Havi – Dunkelblum Steiner, Shlomit, Resistance, Jerusalem: Yad Vashem 2004
- Cohen, Asher – Cochavi, Yehoyakim, Zionist Young Movements during the Shoah, Israel: Institute for research of the shoah, The Strochiltz Insititute of University of Haifa, The Ghetto Fighters House, 1995
- Enciclopedia del Holocausto, Jerusalem: Yad Vashem, E.D.Z. Nativ ediciones, 2004
- Enlaces, Diálogo con el pasado, Jerusalem: Yad Vashem, Escuela Internacional para el Estudio del Holocausto, 2008
- Grossman, Jaika, La resistencia Clandestina, Buenos Aires: Ed.Milá, 1990
- Gutman, Israel, Heroismo judio durante la segunda guerra mundial, Tel Aviv, Ed. Aurora
- Gutman, Israel, Holocausto y Memoria, Jerusalém: Centro Zalmar Shazar de Historia Judía y Yad Vashem, 2003.
- Inquietudes, dilemas y reacciones: Los movimientos juveniles bajo el dominio Nazi, Jerusalem: Yad Vashem Departamento de Educación, 1995
- "חלום חיי קם והיה...", Escuela Internacional para la enseñanza del Holocausto, Yad Vashem.
- www.yadvashem.org , מרכז המידע אודות השואה, Centro de información sobre el Holocausto