- Introducción
- Resistencia Espiritual durante el Holocausto
- Rebelión
- El levantamiento del ghetto de Varsovia
- Hacia los bosques
- La guerra contra los alemanes
Introducción
IntroducciónEl 23 de abril de 1943, unos pocos días después del estallido del Levantamiento del Ghetto de Varsovia, Mordejai Anielewicz, de 24 años de edad, comandante de la Organización Combatiente Judía [ZOB], Żydowska Organizacja Bojowa, escribía las siguientes líneas:
Resulta imposible expresar con palabras lo que hemos atravesado. Una cosa está clara, lo que sucedió va más allá de nuestros sueños más osados. […] Yo siento que están ocurriendo grandes cosas y que lo que nos atrevimos a hacer es de enorme importancia.... […] ¡La paz sea contigo, mi amigo! ¡Quizás todavía nos volvamos a encontrar! El sueño de mi vida se ha hecho realidad. La autodefensa en el ghetto se ha tornado en realidad. La resistencia armada judía y la venganza ya son hechos concretos. Yo he sido testigo de la magnífica, de la heroica lucha de los judíos en la batalla.
M. Anielewicz
Ghetto, 23 de abril de 1943
Aún hoy, más de sesenta años después del Levantamiento del Ghetto de Varsovia, las palabras de Mordejai Anielewicz resuenan como la esencia de la revuelta. El Levantamiento del Ghetto de Varsovia nació como resultado de la dura opresión a la cual se vio sometido el pueblo judío bajo la ocupación alemana. Al mismo tiempo, su manifestación física rompió los límites de la imaginación.
Durante muchos años, la sociedad israelí aisló el Levantamiento del Ghetto de Varsovia y otros actos de resistencia durante el Holocausto de su contexto histórico. Durante los primeros años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la conmemoración del Holocausto ponía su foco en las “voces” de los rebeldes. Esto obedecía a dos fundamentos principales: en primer lugar, la sociedad israelí, que estaba involucrada en la Guerra de la Independencia y en una lucha por su carácter, adoptó el modelo de la lucha armada como una expresión del espíritu del pueblo, y en segundo lugar, este foco le sirvió a los sobrevivientes, que intentaron reconstruir sus vidas y encontrar un sentido personal de la identidad.
Con posterioridad, y como resultado de cambios producidos en la sociedad israelí, la naturaleza de la conmemoración del Holocausto, y de la revuelta armada en particular, también cambió. Temas relacionados con la vida cotidiana durante el Holocausto y el asesinato de los judíos de Europa atrajeron la atención de un importante sector del público israelí y desviaron el foco de las historias del levantamiento.
Un examen de la resistencia judía durante el Holocausto en su contexto histórico revela la terrible trampa en la que la población judía se encontró a sí misma cuando tuvo que enfrentarse a decisiones en un mundo carente de decisión. Cada acción tenía una consecuencia que en la mayoría de los casos estaba expresada en términos de vida y muerte. Un examen de la forma en la cual los judíos enfrentaban durante el Holocausto la realidad en que éste ocurría enfatiza la determinación mental que se requería, tanto del individuo como de la sociedad.
- Yitzhak Arad, Yisrael Gutman y Avraham Margaliot (Editores.), Documents on the Holocaust [Documentos del Holocausto], Yad Vashem, Jerusalén, 1981, pp. 315-316.
Resistencia Espiritual durante el Holocausto
Resistencia Espiritual durante el HolocaustoJaim Aarón Kaplan (1880-1942) era antes de la guerra un educador de una escuela judía de Varsovia. Comenzó a escribir su diario personal en el año 1933. Continuó escribiendo durante los años de la guerra y añadió detalles sobre la vida de los judíos de Varsovia. Fue asesinado en Treblinka.
Con el objeto de comprender la resistencia y la lucha de los judíos durante el Holocausto es importante recordar la terrible realidad en la que los judíos vivían, tal como lo expresó Jaim Kaplan: En el ghetto de Varsovia: “Todo está prohibido para nosotros, pero nosotros hacemos todo.” La complejidad del tema de la resistencia judía durante el Holocausto, la exploraremos a través de tres conceptos relacionados – lucha, resistencia y supervivencia. Estos conceptos serán examinados en diversos contextos, esto es: círculos culturales y humanos, incluyendo hogar y familia, amigos y movimientos juveniles, la comunidad como un grupo político, la comunidad religiosa, y la continuidad de la existencia de la familia judía en el futuro.
Es importante enfatizar la dureza y las dificultades de las condiciones de vida en el ghetto de Varsovia. Las actividades en el ghetto tenían lugar sobre el telón de fondo de una realidad sombría para la población judía. Para poder conservar su condición humana, ellos enfrentaron una lucha de una magnitud inimaginable.
Según Jaim Kaplan:
16 de mayo de 1942
“La vida en el ghetto está paralizada y congelada. A nuestro alrededor hay muros, no tenemos espacio, ni libertad de acción. Todo lo que hacemos, lo hacemos ilegalmente; legalmente, no tenemos siquiera permiso para existir.”
Braja Karveser nació en los suburbios de Varsovia en 1925. Durante la guerra fue ingresada en el ghetto de Varsovia, y sólo ella pudo sobrevivir, de toda su familia. Después de la guerra se casó y vino a vivir a Israel en 1951.
Braja Karveser describe una lucha de naturaleza ideológica y espiritual:
“Los sábados por la mañana, nos reunimos para la actividad de un Grupo Juvenil Sionista, y yo me uno a la actividad. Los líderes juegan con nosotros, nos enseñan canciones en hebreo, y nos cuentan historias fascinantes acerca de Eretz Israel [la tierra de Israel]. Estas reuniones me brindan una gran cantidad de placer y alegría y trato de no faltar a ninguna. El almuerzo del Shabat [Sábado] es diferente al de todos los otros días de la semana. Comemos cholent [guisado tradicional de los sábados] con el sabor del ghetto. Este cholent contenía cebada, patatas, y estaba aderezado con un aceite más bien negro. A pesar de todo, yo recuerdo su sabor, increíblemente gustoso. Durante la tercera comida del Shabat, continuábamos escuchando historias acerca de Eretz Israel relatadas por mi padre, como en los viejos tiempos. Los sábados eran los días especiales en los cuales parecía como si no estuviéramos hambrientos, aún cuando no teníamos suficiente comida como para sentirnos satisfechos. La atmósfera especial del Shabat, la exaltación espiritual y la santidad parecían contribuir a crear la ilusión de una sensación de satisfacción.”
Braja Karveser habla acerca del “alimento espiritual”, una sensación de satisfacción que puede ser el resultado de la exaltación espiritual. Aunque es necesario evitar la creación de una imagen romántica de las experiencias vividas durante el Holocausto, todavía resulta posible hablar sobre la voluntad de encontrar un significado en las durezas de la vida en el ghetto.
Al comienzo de la guerra, los alemanes cerraron oficialmente las escuelas judías de Varsovia. Clases sobre diversas materias fueron organizadas, entre otros, por miembros de los movimientos juveniles, y se llevaban a cabo secretamente en apartamentos privados.
A pesar de las difíciles condiciones físicas en el ghetto, existió un sistema de educación y cultura muy amplio y diversificado. Al comenzar la guerra, se les prohibió a los judíos la operación de un sistema educacional, y fue por esta razón que emergió una red de escuelas clandestinas. En el ghetto se estudiaba hebreo, literatura, Biblia, la geografía de Eretz Israel, y las figuras sobresalientes de la historia del pueblo judío. Parte de estas actividades era llevada a cabo por los movimientos juveniles, con un intento de educar a los jóvenes del ghetto de acuerdo con los principios de cada movimiento.
Junto con los acontecimientos sociales y culturales, existía también toda una gama de actividades religiosas en el ghetto. Aunque la vida religiosa era principalmente la esfera de acción de quiénes en épocas normales eran observantes, los días religiosos de importancia, como Yom Kipur, adoptaban en el ghetto un nuevo significado.
Por ejemplo, Jaim Kaplan anota:
12 de octubre de 1940
“Durante el Año Nuevo hemos orado ilegalmente. La prohibición del culto comunal estaba todavía en vigencia. En secreto, en cuartos laterales cerca de las obscuras y cerradas sinagogas, rezábamos al Dios de Israel como los Marranos en el siglo quince.
Pero un día antes de la víspera de Día del Perdón, el Yom Kipur, nos llegó el periódico Zyd desde Cracovia, trayéndonos el permiso para el culto en comunidad. Sin embargo, este permiso no era incondicional. Todavía estaba prohibida la oración pública en las sinagogas, que permanecerían estando cerradas. La ley se ablandaba solamente para permitir la oración comunitaria en pequeños grupos en casas privadas, con la condición de que no hicieran ruido, y que no se produjeran aglomeraciones.
La comunidad judía de Varsovia no dejó nada sin decir en sus plegarias, sino que derramó sus súplicas ante su Padre Celestial de acuerdo con las antiguas tradiciones de Israel.”
Debido a la prohibición de las reuniones de hombres, no sólo la plegaria pública se vio interrumpida, sino también otras actividades públicas. Por ejemplo,
1 de agosto de 1940
““El día 20 de Tamuz, organizamos un encuentro recordatorio en memoria de Herzl y Bialik […] hablaron varios oradores […] todos estaban sentados con la cabeza gacha y los ojos llenos de tristeza, casi como si estuviéramos avergonzados de mirarnos el uno al otro a la cara. Las reuniones de esta clase no reforzaban el conocimiento, pero la costumbre persistía, y eso era lo realmente importante.”5
Nosotros no sabemos a qué se estaba refiriendo Kaplan, pero podemos ofrecer algunas sugerencias Frecuentemente, una persona puede suponer como luce su propio rostro mirando los rostros de las personas que se hallan próximas a ella. La terrible realidad del ghetto – la miseria, el hambre y las penurias – dejaron su marca sobre los rostros de los judíos y reflejaban la propia desesperación del individuo. Aunque tendemos a atribuir poder y unidad a un grupo, estar sentados en grupo a veces intensificaba el sentimiento propio de desamparo e impotencia.
Las palabras de Kaplan podrían considerarse también como cierto tipo de crítica a la actividad cultural en el ghetto. Posiblemente, la preocupación por las vidas de Herzl y Bialik – símbolos de la renovación del pueblo judío – servía como una dolorosa ilustración de la discrepancia entre la visión ideológica y la realidad del ghetto. Todavía entonces, para algunas personas era importante el mantener diversas costumbres, en particular durante los tiempos de crisis. Un intento de mantener la rutina diaria les proporcionaba a algunos judíos una suerte de fortaleza interior, permitiéndoles apreciar sus vidas cotidianas y percibirlas con un nuevo significado y un valor añadido.
La primera cita de Kaplan presentada decía: “La vida en el ghetto no fluye - está paralizada y congelada.” Unos de los grupos que habían sido desestabilizados al comienzo de la ocupación alemana era el de la familia judía. En la realidad de la guerra, esta desestabilización se veía reflejada, entre otras cosas, por el hecho de que la gente se abstenía de llevar a cabo bodas y de crear familias.
Estas citas se refieren a los diversos estratos y a la complejidad de la resistencia espiritual durante el Holocausto. Claramente, la voluntad de mantener una vida “plena” durante el Holocausto tenía dos facetas: un encarnizado deseo de mantener la vida judía tal como había sido durante cientos de años, y un intento de otorgarle algún significado a un período en el cual los alemanes humillaron a los judíos y los deshumanizaron.
- Chaim Aharon Kaplan, Scroll of Agony: The Warsaw Ghetto Diary of Chaim A. Kaplan, [Jaim Aarón Kaplan, El rollo de la Agonía: el diario del ghetto de Varsovia de Jaim A. Kaplan], Bloomington, Indiana University Press, 1999, pp. 332-333.
- Aviva Karveser Sadan, Living on the Line of the End: The Story of Bracha Karveser, the Girl from the Warsaw Ghetto [Viviendo en la línea del Fin: La historia de Braja Karveser, la chica del ghetto de Varsovia] (Hebreo.), The Ghetto Fighters’ House, 19 95, pp. 28-29.
- Chaim Aharon Kaplan, Scroll of Agony: The Warsaw Ghetto Diary of Chaim A. Kaplan, [Jaim Aarón Kaplan, El rollo de la Agonía: el diario del ghetto de Varsovia de Jaim A. Kaplan] Bloomington, Indiana University Press, 1999, p. 207.
- Ibid, pp. 174-175.
Rebelión
RebeliónLa resistencia armada de los combatientes judíos involucró tremendas dificultades y enormes riesgos, incluyendo el miedo a los castigos colectivos, las inmensas dificultades para la obtención de armas y las calamitosas circunstancias de todas comunidades enteras en las cuales había bebés, niños, gente anciana y otros que no tenían la capacidad, la voluntad, o la fuerza, para combatir con armas, y cuya batalla era la lucha cotidiana por la supervivencia. Como resultado de todo ello, los jóvenes insurgentes judíos actuaron con un enorme coraje cuando se rebelaron, contra todas las adversidades, “para llenar tres líneas en la historia,” en las palabras atribuidas a Aarón (Dolek) Liebeskind, un joven combatiente judío del ghetto de Cracovia que fue asesinado por los alemanes. (Yael Peled (Margolin), Jewish Cracow 1939-1943, Resistance, Underground, Struggle [Cracovia Judía 1939-1943, Resistencia, Clandestinidad, Lucha] (Hebreo solamente), Ghetto Fighters House y Ha-Kibbutz Ha-Meuchad, 1993, p. 6.) La idea de la rebelión se vincula frecuentemente con los ideales, los conceptos románticos, y la juventud. No queremos separar estas nociones de la rebelión, pero sí queremos enfatizar las dificultades y los riesgos involucrados, y el precio que exigía.
Debemos iniciar la discusión con la reacción judía al castigo colectivo. La mayoría de los judíos del ghetto creían que en tanto obedecieran las órdenes de los nazis, se encontrarían a salvo. Por el contrario, los miembros de los movimientos juveniles, el pueblo joven, afirmaban que el ghetto se enfrentaba a la destrucción de todas maneras, y que era por lo tanto necesario prepararse para el día de su aniquilación. Por esta razón, las acciones del movimiento de resistencia eran percibidas con frecuencia como actos de impulso juvenil que ponían en peligro a todo el ghetto. Jacob Gens, que presidía el Judenrat de Vilna, también creía que el trabajo productivo para los alemanes podría salvar al ghetto, en tanto que las actividades clandestinas constituían un peligro claro y presente para las vidas de la población del ghetto.
A pesar de esto, Gens se ocupó de dialogar con miembros del movimiento juvenil aún cuando no estuviera de acuerdo con su modus operandi.
Dijo Gens:
“He visitado recientemente a la Gestapo y hablé con el jefe de la SD [servicio de seguridad de la SS] acerca del asunto de las pistolas […]. Él me dijo: ‘El ghetto es sumamente necesario desde el punto de vista económico, pero se están poniendo ustedes en peligro a sí mismos como tontos, y si aparece la cuestión de la seguridad, yo los borraré del mapa. Y si acaso todavía decides correr el riesgo, llegarás a tener 30, 40 o 50 pistolas – aún entonces no serían ustedes capaces de salvarse a sí mismos, sino que solamente acelerarían su desastre.’ ¿Por qué razón te llamé? Porque una vez más arrestaron a un judío por negociar por una pistola […]. No deben ustedes quitar el ojo el uno del otro, y si hay exaltados, es vuestra obligación informar a la policía. Eso no es alcahuetear. Eso sería si usted se mantuviera en silencio y el pueblo sufriera.”
6
La rebelión requiere habitualmente una disposición psicológica junto con atributos especiales, y esto depende de muchos factores tales como la edad, el compromiso con la familia, la percepción ideológica y otros más. Es importante que el llevar a cabo una rebelión en la cual la única victoria es la muerte, es imposible para la mayoría de la gente.
A pesar del deseo de los miembros de los movimientos juveniles de reclutar a toda la población del ghetto en su lucha contra los nazis, los movimientos clandestinos judíos generalmente estuvieron solos.
La población judía se hallaba sometida al abuso y al terror cotidiano. El castigo colectivo era una amenaza real y tangible, que paralizaba la voluntad de actuar y afectaba directamente a las decisiones concernientes a la acción armada.
Mordejai: Tenemos dos opciones – decidir que cuando sea despachado el primer judío de Bialystok, nosotros iniciaremos una reacción: que desde mañana ninguno va a la fábrica, que cuando tenga lugar la aktion, a ninguno de nosotros se le permite esconderse. Todos se movilizan para la acción. Tenemos la obligación que ni siquiera uno de los alemanes salga del ghetto con vida. De que ni siquiera una sola fábrica quede intacta – y no es imposible que luego de llevar a cabo esta acción todavía tengamos alguna posibilidad de estar vivos. Sin embargo – luchen hasta el último hombre, hasta el fin. Esta es la primera opción.
La segunda opción es salir a los bosques […]
Itzjak: Debemos elegir una de las dos opciones que conducen a la muerte: la primera opción es stand up como luchadores, y eso ciertamente es la muerte. La segunda opción también entraña la muerte, salvo que la muerte llegará tan sólo dos o tres días después. Ambas opciones deben ser examinadas. Nosotros debemos decidir alguna acción […]
Hershel: Y aunque decenas de jóvenes que ahora se están yendo hacia los bosques no están buscando la guerra, la mayoría de ellos viven aquí una vida de mendigo, y su final será sin duda alguna una muerte de mendigo […] A nosotros nos queda tan solo una cosa, por lo tanto, y es organizar un acto de resistencia colectiva en el ghetto, a cualquier precio, considerar al ghetto como nuestra “Musa Dagh”* y agregar un capítulo de honor a la Bialystok judía, y a nuestro movimiento.7
* Esta es una referencia al libro “Los Cuarenta Días de Musa Dagh” que relata el genocidio de los armenios por los turcos durante la primera Guerra Mundial, escrita por el novelista checo-judío Franz Werfel.
La decisión de optar por la lucha armada requería necesariamente la obtención de armas. Obtener armas durante el Holocausto era una tarea muy difícil, prácticamente imposible. Se necesitaba disponer de un coraje muy poco frecuente, una cantidad importante de dinero, y conexiones con miembros no judíos de la resistencia clandestina. Pero sin embargo, aún cuando se reunían todas estas condiciones previas, no siempre era suficiente. Y aún cuando los miembros de los movimientos clandestinos poseían armas, en la mayoría de los casos no sabían cómo utilizarlas. A fin de cuentas, los combatientes de los movimientos juveniles lograron obtener un número muy pequeño de armas.
El tema de la obtención de las armas estaba cargado con muchas cuestiones morales. La gran cantidad de dinero requerida para la compra de las armas podría haberse utilizado para paliar los sufrimientos físicos. En otras palabras, los miembros de las organizaciones juveniles tenían que decidir entre armas o alimentos y resguardo. Nuestro objetivo aquí no es examinar o juzgar a los miembros de los movimientos juveniles, sino tratar de comprender que el mundo en el cual ellos vivían era un lugar en el que cada decisión creaba un nuevo dilema. Un examen de la lucha con la vida y con la muerte nos abrirá una ventana hacia la realidad del Holocausto.
La resistencia armada durante el Holocausto debe ser examinada dentro del contexto de la vida cotidiana en los ghettos. En última instancia, la mayoría de los judíos estaban condenados a muerte y tan solo unos pocos podían rebelarse en el camino hacia una muerte cierta.
Hay que resaltar que los únicos pobladores que podían participar en las rebeliones armadas eran los jóvenes solteros y estaban liberados de responsabilidades. La mayoría de los miembros de los movimientos clandestinos estaban motivados ideológicamente, en tanto que la mayoría de la población judía – padres de niños, los niños mismos, los ancianos, los enfermos y los millones que fueron asesinados antes de que las condiciones estuvieran maduras para la rebelión – no podían tomar parte en el levantamiento armado.
Marek Edelman nació en 1921 en Varsovia. Durante la Guerra fue miembro del movimiento “Bund”, y como tal se unió a la resistencia en noviembre de 1942. Él fue uno de los vice comandantes del Levantamiento del ghetto de Varsovia. Sobrevivió la guerra, siguió viviendo en Polonia y es considerado allí como un héroe nacional.
El texto que sigue es parte de una entrevista realizada a él por Hanna Kral con relación a los dilemas que mencionamos antes.
“Entonces estábamos acumulando armas.
Las íbamos a contrabandear desde el lado ario (tomábamos dinero a la fuerza, de diversas instituciones y de particulares); también publicábamos periódicos, y nuestras chicas de contacto los llevaban con ellas por toda Polonia…
- ¿Cuánto debían pagar ustedes por un revólver?
-Entre tres y quince mil. Cuanto más nos acercábamos a abril, mayor era el costo: la demanda del Mercado estaba creciendo cada vez más.
-¿Y cuánto debían pagar ustedes por esconder un judío del lado ario?
-Dos, cinco mil. Distintos precios. Dependía de si la persona tenía aspecto de judío, si tenía acento al hablar, si se trataba de un hombre o de una mujer.
-Eso significa que por el precio de una sola arma hubiera sido posible ocultar una persona durante un mes. O quizás dos personas, posiblemente hasta tres.
-También era posible, con un arma, rescatar a un judío de un Szmalcownik [Polacos que chantajeaban a judíos que se ocultaban].
-Si se hubiera visto entonces frente a una elección – un revólver o la vida de una persona durante un mes …
-Nunca estuvimos frente a tal tipo de elección. Quizás sea mejor que no hayamos estado.8
- Yitzhak Arad, Yisrael Gutman y Avraham Margaliot (Editores), Documents on the Holocaust [Documentos del Holocausto] (Hebreo), Yad Vashem, Jerusalén, 1981, p. 361.
- Arieh Carmon, Yair Oron (Editores), Jewish Vitality in the Holocaust, [La Vitalidad Judía durante el Holocausto] , Ministry of Education, Jerusalén, 1975, p. 59.
- Hanna Kral, Shielding the Flame – An Intimate Conversation with Dr. Marek Edelman, the Last Surviving Leader of the Warsaw Ghetto Uprising [Protegiendo la llama – Una conversación íntima con el Dr.Marek Edelman, el último sobreviviente de los líderes del levantamiento del ghetto de Varsovia], Henry Holt Company, Nueva York, 1986, pp. 63-64.
El levantamiento del ghetto de Varsovia
El levantamiento del ghetto de VarsoviaEl 19 de abril de 1943, en la víspera de la Pascua, estalló una rebelión en el ghetto de Varsovia. Para esa fecha, quedaban entre cincuenta y setenta mil judíos en el ghetto, y la mayoría de ellos no luchó. Su participación en el levantamiento adoptó la forma de ocultarse y rehusarse a salir cuando los alemanes los buscaban. Esta es la razón por la cual el levantamiento del ghetto de Varsovia es considerado como una rebelión de masas.
Los judíos prepararon lugares para esconderse con la esperanza de resistir por unos pocos meses, hasta el fin de la guerra. Otros sintieron que realmente no había salida y que su fin era inevitable. En el conjunto, la mayor parte de los judíos no imaginaba una rebelión de masas exitosa contra las fuerzas armadas alemanas.
-¿Porqué eligieron ustedes justamente ese día, el 19 de abril?
-No la elegimos nosotros. Los alemanes la eligieron. Este era el día para el cual estaba programado el inicio de la liquidación del ghetto. Había llamadas telefónicas desde el lado ario – que ellos ya tenían casi todo listo, que el muro estaba siendo rodeado por fuera.9
El levantamiento del ghetto de Varsovia comenzó el 19 de abril, y un pequeño número de combatientes con muy pocas armas lograron sostener su posición durante algunas semanas. El éxito del levantamiento reside en el hecho de que ocurrió a pesar de todo. Dado que el levantamiento del ghetto de Varsovia fue una de las primeras acciones de combate civiles masivo contra los alemanes, ocupa un lugar propio en la historia, y en la historia judía en particular.
De acuerdo a la última carta de Mordejai Anielewicz, escrita a sus camaradas de armas:
Es imposible expresar con palabras lo que nosotros hemos atravesado. Una cosa queda clara, lo que sucedió excede nuestros sueños más atrevidos. Los alemanes huyeron dos veces del ghetto. Una de nuestras compañías se sostuvo durante 40 minutos y otra por más de 6 horas. La mina colocada en el área de los "cepilleros" [un área del ghetto en la cual había fábricas de cepillos] explotó. Varias de nuestras compañías atacaron a los alemanes que se dispersaban. Nuestras pérdidas humanas eran mínimas. Esto también es un logro. Y. [Yejiel] cayó. Él cayó como un héroe, en la ametralladora. Siento que están ocurriendo grandes cosas, y que lo que nos atrevimos a hacer es de gran, de enorme importancia....
A partir de hoy debemos cambiar de método y adoptar la táctica de los partisanos. Tres compañías de batalla saldrán por la noche, con dos tareas: reconocimiento y obtención de armas. Recuerden ustedes, las armas de corto alcance no son de utilidad para nosotros. Esas armas las utilizamos muy rara vez. Lo que necesitamos con urgencia son: granadas, rifles, ametralladoras y explosivos.
Es imposible describir las condiciones bajo las cuales están viviendo ahora los judíos del ghetto. Sólo un puñado de ellos será capaz de resistir. El resto morirá, antes o después. Su destino está sellado. En la mayoría de los lugares de escondite en los que miles de ellos se están ocultando, no es posible encender una vela por falta de aire.
Con la ayuda de nuestro transmisor hemos escuchado el maravilloso informe sobre nuestra lucha realizado por la estación de radio "Świat"[mundo en polaco]. El hecho de que seamos recordados más allá de los muros del ghetto nos alienta en nuestra lucha. ¡Que la paz sea contigo, mi amigo! ¡Quizás todavía nos volvamos a ver! El sueño de mi vida ha llegado a hacerse realidad. La autodefensa en el ghetto se ha tornado en realidad. La resistencia armada judía y la venganza son hechos concretos. Yo he sido testigo del magnífico, del heroico combate de los hombres judíos en la batalla.M. Anielewicz
Ghetto, 23 de abril de 194310
En su carta, Anielewicz dice, “El sueño de mi vida ha llegado a hacerse realidad.” y “Siento que están ocurriendo grandes cosas, y que lo que nos atrevimos a hacer es de gran, de enorme importancia.” A pesar de su juventud, Anielewicz ha tomado plena conciencia de su gran responsabilidad por este acontecimiento histórico extraordinario.
Finalmente, la mayoría de los combatientes del ghetto de Varsovia fueron muertos en las batallas o asesinados durante los meses posteriores al levantamiento. Sin embargo, sus acciones y su razonamiento constituyen un importante capítulo en el estudio tanto histórico como humano del levantamiento del ghetto de Varsovia.
- Ibid, p. 3.
- Yitzhak Arad, Yisrael Gutman y Avraham Margaliot (Editores), Documents on the Holocaust [Documentos del Holocausto], Yad Vashem,
Hacia los bosques
Hacia los bosquesEsconderse en el bosque significaba entre otras cosas unirse a los partisanos, combatientes de la guerrilla organizada. Por supuesto que no cualquier ghetto tenía algún bosque en las cercanías, de modo que tal decisión no estaba al alcance de todos los judíos.
La mayoría de los judíos no podría haber vivido en el bosque. Antes de discutir las dificultades de la vida en el bosque, es importante que nos enfoquemos sobre la decisión de abandonar el ghetto. La soledad, los sentimientos de culpa y la necesidad de abandonar un mundo familiar, son solamente algunos de los factores que hacían difícil para los judíos el tomar la decisión.
La misma decisión de salir hacia el bosque era muy difícil. La poca gente que optó por ello se encontró con dificultades muy especiales en su intento de vivir en el bosque.
Los judíos eran en su mayoría habitantes de la ciudad antes de la guerra y muy rara vez tenían alguna experiencia en la vida de campo. No eran capaces de encontrar alimento en el bosque, no sabían guiarse en su camino, ni cómo construir un refugio, y generalmente se veían enfrentados a problemas físicos que no podían manejar. Además de los temas físicos, también estaban presentes los dilemas psicológicos. Un ejemplo de ello es la relación de los padres con sus hijos y la inversión de las responsabilidades. La obligación más básica de los padres es la de proteger a sus niños de todo daño. Durante el Holocausto los padres eran con frecuencia incapaces de proteger a sus hijos. Aún más que eso, a veces se veían obligados a tomar decisiones que implicaban un gran riesgo para sus hijos, exponiéndolos a peligros, como se describe en el siguiente ejemplo, de la historia de Aliza Barak (entonces Ressler) de Eslovaquia, que sobrevivió con su familia:
“Mi madre expresó su enérgica oposición: ‘¡El estar dando vueltas por el bosque te ha vuelto loca! ¿Cómo te atreves siquiera a pensar en la niña yendo por sí misma al pueblo, a un lugar que es completamente extraño para ella? ¡Estás enviando a la niña directamente a su perdición! ¡No lo aceptaré, no lo soporto!’ Papá, por supuesto, estaba preparado para ir, pero su apariencia lo traicionaría enseguida; y Mamá no conocía el idioma local, de modo que la única opción que quedaba, era yo […]
No mucho tiempo después de esto, escuché hablar murmurando, y sollozando, con un sonido que crecía a medida que me acercaba. Sentí un enorme alivio cuando reconocí las voces de mi familia. Comencé a correr con fuerza renovada, tropecé sobre las ramas que yacían en mi camino, y entonces trastabillé y caí. Sin embargo, cuando mi familia estuvo realmente cerca, una visión terrible se presentó ante mis ojos: Papá estaba de pie frente a Mamá con sus hombros muy caídos, Mamá estaba gritando y llorando, sacudiéndolo con sus dos puños cerrados y chillando: ‘¡Tú mandaste a nuestra hija a su muerte! ¿Dios, porqué accedí? Vamos, vamos todos y entreguémonos al transporte, porque solamente allí encontraremos a la niña.’ De pronto, cuando percibieron mi presencia, hubo un silencio embarazoso. Las manos de Mamá se deslizaron hacia abajo. Papá corrió hacia mí con sus ojos llenos de lágrimas, tomó los paquetes de comida, me abrazó y me apretó contra su corazón murmurando: ‘¡Nuestra niña querida, esta es otra vez que Dios te envió para ayudarnos, y lo lograste! Esta es otra buena señal, y no es imposible que podamos salir de este infierno sanos y salvos.’”11
La madre de Aliza se vio forzada a pagar un precio emocional insoportable para salvarle la vida, y este es la inversión de los roles de padre e hijo. Si es normal que los padres sean los responsables de alimentar a sus hijos, aquí en el bosque la madre se ve forzada a arriesgar a su hija para preservar la vida de la familia entera.
- Aliza Barak -Ressler, The Screams of a Child: The Story of the Survival of a Family in Slovakia [Los gritos de un niño: la historia de la supervivencia de una familia en Eslovaquia] (Hebreo), Yad Vashem, Jerusalén, 2000, p. 110-111.
La guerra contra los alemanes
La guerra contra los alemanesVilna, Polonia, judíos partisanos de la Organización de Partisanos Unidos que pelearon el los bosques de Rodniki retornando a la ciudad después de su liberación
En contraste con el telón de fondo de las dificultades físicas y emocionales que describimos antes, los judíos que vivían en los bosques buscaban venganza. Por ejemplo en el pueblo de Petrowic, en el Oeste de Bielorrusia:
“Un grupo de combatientes que estaba al acecho en una emboscada, en estado de alerta, todavía estaba a la espera de cumplir con su misión. La estación todavía debía ser incendiada; la espera era exasperante. Y una vez más, las sombras avanzaban lentamente hacia el edificio, arrojaban gasolina sobre las paredes de madera, y trataban de encender el fuego. Pero el fuego no se mantenía sobre las paredes, y cada momento adicional podía traer aparejado un nuevo peligro. A cierta distancia de la estación, la gente descubrió unos tableros de madera impregnadas con alquitrán. Los arrastraron hasta el edificio. Esta vez tuvieron éxito, y toda la estación fue presa de las llamas.”
12
Abba Kovner fue una de las figuras sobresalientes entre los partisanos, y líder juvenil durante el Holocausto. Kovner era miembro del movimiento juvenil ‘Hashomer Hatzair’. Durante el Holocausto, estuvo en el ghetto de Vilna y más tarde con los partisanos en los bosques de Lituania. Aún cuando era uno de los comandantes del movimiento clandestino en Vilna, Abba Kovner no logró salvar a su madre – ella permaneció en el ghetto y fue asesinada en Ponar.
Con frecuencia, la impotencia y la incapacidad de salvar a los padres y hermanos eran el resultado de las difíciles decisiones que les fueron impuestas a los judíos durante el Holocausto, decisiones que exigían el pago de un precio muy alto, aún años después.
En algunos de sus poemas, Abba Kovner describe la contradicción entre su imagen de luchador, partisano y líder, con su fracaso en la misión de salvar a su madre. Este tema es recurrente en sus poemas arrojando luz sobre las “elecciones inelegibles” con que se enfrentaron los judíos durante ese período. La trampa en la que los judíos se encontraron atrapados y el pesado precio exigido por las difíciles decisiones que se tomaron, socavaron las definiciones familiares que la palabra heroísmo tiene para nosotros.
Años después del Holocausto, Hasia Taubes, miembro del movimiento juvenil, que había escapado del ghetto, decía: “Abandonar a una madre – es una bancarrota moral.”
Yo volveré. Y ellos me llamarán, Salvador.
Armado volveré. Sentado sobre un caballo blanco.
¡No caballo blanco, y no salvador!
Por este sendero vendré. Debajo de la cerca
Como un topo, yo volveré a cada umbral.
Hermanos, dijo él, ¡yo les mostré el camino!
Una triste y angosta senda de vida.
Cubiertas por túnicas de luto, las madres se me acercarán
Y dirán, ¡Nuestro hijo! Y mi madre
Mi madre no dijo nada.
Estoy fatigado. Yo abrí un portal. En un instante descansaré
De mi viaje. ¡El bosque, el bosque!
(Y el bosque es grande y extraño)
En esta clase, hemos examinado las circunstancias que llevaron a algunas personas a elegir huir del ghetto para vivir su vida ocultándose en el bosque. El bosque poseía un doble significado – un lugar de refugio, y un lugar para tomar venganza. Pero al mismo tiempo, el bosque era una trampa para los judíos. Los alejaba de los alemanes que los esclavizaban, y en el bosque era evidentemente posible vivir una vida independiente, pero era una vida atemorizante y llena de amenazas, donde las leyes de la moral eran con frecuencia quebradas o desatendidas.
Los combatientes judíos de los ghettos, y los partisanos, se han ganado un lugar de honor en la historia judía. En esta clase, hemos estudiado el contexto en el que se desarrollaron las acciones judías en los ghettos y en los bosques durante el Holocausto, y a través de la lectura de sus historias, hemos reconocido el duro precio que tuvieron que pagar para transformarse en “héroes”.
Lectura recomendada:
Gutman, Holocausto y Memoria, Cap. 12: "El crimen y la impotencia - La resistencia judía al nazismo", pp. 215-235.
- The Book of the Jewish Partisans [El libro de los partisanos judíos] (Hebreo), Merhavia, Sifriat Hapoalim Publishing House, 1958, p. 177.
- Abba Kovner, The Complete Poems of Abba Kovner, Volume 1 [Poemas completos de Abba Kovner, Volumen 1] (Hebreo), Mosad Bialik, Jerusalén, 1996, p. 218.
- Dina Porat ”Beyond the Reaches of Our Soul” [Más allá de donde llega nuestra alma] [Hebreo], Am Oved, Tel Aviv 2000 p. 164.