«El tiempo no es como aquí en la Tierra…Los habitantes de ese [otro] planeta no tienen nombres, no tienen padres y no tienen hijos…Respiran de acuerdo a otras leyes de la naturaleza, no viven –ni siquiera mueren- de acuerdo a las leyes de este mundo. Su nombre era su número.»
Ka-Tzetnik (Yehiel Dinur)
Los judíos eran obligados a trabajar en granjas agrícolas, en la reparación de caminos, tala de bosques y en especial, en establecimientos de la industria armamentística.
También las industrias privadas aprovecharon la mano de obra esclava de los prisioneros judíos que eran constantemente golpeados por sus guardianes y veían a menudo cómo sus raciones eran recortadas. Sin medicinas ni tratamiento médico, hambreados y torturados, más de medio millón de judíos perecieron en los campos de trabajo.