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Los elementos fascistas gozaban de un considerable apoyo popular en Hungría. El gobierno del regente Horthy tenía un pacto de cooperación con Alemania, promulgó leyes antisemitas y reclutó a más de 100.000 varones judíos en batallones de trabajos forzados para el ejército. 42.000 perecieron por las pésimas condiciones de trabajo y el maltrato en esas unidades.
Al comenzar la invasión a la Unión Soviética, Hungría se unió a las fuerzas alemanas invasoras. Paralelamente entregó a los alemanes unos 18.000 judíos extranjeros refugiados, en su mayoría ciudadanos de Polonia y Rusia, que fueron asesinados en el territorio de Kamenetz–Podolsk.
Con todo, el exterminio sistemático de los judíos en Hungría comenzó en una etapa posterior, después de la ocupación alemana del país en marzo de 1944. Hasta entonces el número de víctimas había sido cercano a los 60.000. Desde el inicio de las actividades de Eichmann y su equipo en abril de 1944 comenzaron las deportaciones a Auschwitz. En el lapso de 56 días fueron enviados a ese campo de exterminio 424.000 judíos.
En octubre de 1944, al apoderarse del gobierno el partido «Cruz Flechada», miles de judíos de Budapest fueron asesinados a orillas del Danubio, y decenas de miles, especialmente mujeres, enviados en dirección a la frontera austríaca. En total fueron asesinados 565.000 judíos en los territorios controlados por Hungría durante la guerra.