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El destino de los judíos de Europa occidental en los primeros años de la guerra

Después de la invasión y la ocupación nazi de los Países Bajos, Francia y Bélgica en mayo y junio de 1940, se implementó gradualmente un política antijudía, a través de la legislación, el registro y el despojo. Más tarde, los judíos fueron obligados a llevar una estrella de David y comenzaron los preparativos para su deportación a los campos de exterminio.
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Holanda

Los alemanes invadieron Holanda en mayo de 1940. Si bien la reina y el gobierno se exiliaron en Gran Bretaña, el aparato burocrático siguió funcionando bajo la supervisión de las autoridades de ocupación. En Holanda se hallaban en esa época cerca de 140.000 judíos, entre ellos refugiados de Alemania, Austria y el Protectorado de Bohemia y Moravia (las Tierras Checas). La política antijudía se fue desarrollando de forma escalonada, pasando primero por el despido de empleados judíos del servicio estatal en septiembre de 1940, siguiendo con la orden de registrar a todas las empresas de propiedad judía y la realización de un censo de todos los judíos residentes en Holanda considerados como tales por las leyes raciales. Estas medidas permitieron la expoliación de propiedades y la limitación del derecho de movimiento de los judíos. Los alemanes ordenaron la formación de un Consejo judío (Joodse Raad) encargado de hacer cumplir sus directivas y organizar la vida interna de los judíos. Desde entonces la política antijudía se volvió más radical: se los obligó a llevar una estrella de David y se comenzó con los preparativos para su deportación a los campos de concentración y exterminio.

El sábado 22 de febrero de 1941, el barrio judío fue sellado y se realizó una redada de jóvenes judíos. Los 389 detenidos fueron enviados al campo de Buchenwald. En el lapso de tres meses murieron cerca de 50 de ellos. Los restantes fueron traladados a Mauthausen. De todo el grupo sobrevivió sólo uno, que fue escondido en el hospital de Buchenwald. La misma suerte corrieron 200 judíos arrestados en junio y otros detenidos en septiembre de 1941, que fueron deportados directamente a Mauthausen.

Francia

En junio de 1940, cuando Francia fue ocupada, residían en ella 330.000 judíos. La mitad eran franceses nativos y los restantes inmigrantes y refugiados. Francia fue dividida en dos regiones: la parte norte y la zona atlántica se hallaban bajo ocupación militar alemana, y en la parte sur se formó el régimen de Vichy, un estado nacionalista y antisemita bajo el liderazgo del mariscal Pétain. Éste régimen colaboró con los nazis y sus órdenes fueron ejecutadas por la policía francesa.

El 4 de octubre de 1940 se publicó el Estatuto de los Judíos que abolió los derechos civiles de los judíos. Paralelamente comenzó el registro de los mismos y la expropiación de sus bienes. Miles de judíos, la mayoría de ellos refugiados e inmigrantes fueron enviados a campos de detención como los de Gurs, Les Milles y Saint Ciprian. El campo de detención más importante estaba en Drancy, en las cercanías de París. En esos campos perecieron aproximadamente 3.000 judíos, que fueron las primeras víctimas del Holocausto en Francia. En el verano de 1942 los judíos franceses fueron obligados a llevar el distintivo de la Estrella amarilla como primer paso a su deportación.

Bélgica

Alemania invadió Bélgica el 10 de mayo de 1940 y completó su conquista en tres semanas. El aparato administrativo belga siguió funcionando bajo la supervisión alemana. Durante los dos primeros años de la ocupación, los judíos perdieron sus fuentes de sustento, sus negocios fueron liquidados sistemáticamente y sus bienes confiscados. Se les impuso el toque de queda nocturno, los niños fueron expulsados de las escuelas y se decretó una ley que permitía reclutarlos para trabajos forzados y que los obligaba a llevar el distintivo amarillo como paso previo a su deportación.

Italia

En Italia se impusieron las leyes raciales ya en 1938. Sin embargo, hasta la ocupación alemana en septiembre de 1943, Mussolini no colaboró con la deportación de los judíos italianos bajo control italiano e hizo oídos sordos a las exigencias de Hitler al respecto. Gracias a la actitud de los comandantes italianos en Albania, Croacia y la zona del sur de Francia ocupada por Italia, los judíos gozaron de cierta protección.