Lea más…
A primera vista, el rescate de judíos a manos de otros judíos no debería llamar la atención dado que parecen ser acciones naturales, rutinarias. Sin embargo, los casos de rescate por judíos, de los que hay muchos ejemplos, no eran sobrentendidos. El Holocausto puso en duda normas sociales establecidas, valores y relaciones y condujo al debilitamiento de los lazos de solidaridad dentro de la comunidad judía. En una situación en la que cada individuo estaba condenado a la persecución y la amenaza de destrucción, el instinto de supervivencia física se volvió dominante. No obstante, aún en esas condiciones, muchos judíos arriesgaron sus vidas para salvar a otros judíos, familiares y meros extraños. Más de una vez renunciaron a la posibilidad de escapar para ayudar a otros judíos.
Las organizaciones judías intentaban salvar judíos sacándolos de los campos por medio del pago de rescates, colocándolos en instituciones para niños o en casas privadas y organizando su emigración desde países dominados por los nazis o sus colaboradores. Los judíos que vivían bajo identidades asumidas conseguían a veces rescatar a otros judíos ayudándolos a pasar a la clandestinidad, proporcionándoles información, haciéndolos pasar a áreas situadas fuera de la esfera de influencia nazi o consiguiendo para ellos documentos que daban constancia de ser trabajadores cristianos esenciales para la economía de guerra alemana.
Los judíos intentaron también retrasar o prevenir la deportación de judíos a campos de exterminio por medio de negociaciones con funcionarios nazis o regímenes aliados a ellos. En los guetos y campos de concentración, establecieron sociedades de asistencia que suministraban ayuda a huérfanos o individuos necesitados. De ese modo muchos fueron salvados de una muerte segura.