Domingo a jueves: 9:00 - 17:00.
Viernes y vísperas de fiestas: 9:00 - 14:00.
Yad Vashem está cerrado los sábados y días festivos judíos.
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País de Europa central que obtuvo su independencia en 1918, con el desmembramiento del Imperio Austro-Húngaro.
El 11 de marzo de 1938 el ejército alemán entró en Austria y dos días después anexó el país al Reich. La mayoría de la población austríaca aceptó complacida esta anexión (Anschluss). Su entusiasmo por la unificación con el Reich fue expresado también en multitudinarias manifestaciones antisemitas. Los miembros del Partido Nazi austríaco rápidamente comenzaron el proceso de exclusión de los judíos de la economía, la cultura y la vida social austríacas.
Para el 18 de marzo, las autoridades habían clausurado las oficinas de la comunidad judía y de las organizaciones sionistas en Viena, y arrestado a sus dirigentes. Durante las primeras semanas del Anschluss, los judíos fueron despedidos de sus puestos en teatros, centros comunitarios, bibliotecas públicas y universidades. A lo largo del territorio austríaco se efectuaron arrestos de judíos. Su situación llegó a ser tan terrible que entre febrero y marzo de 1938 el número de suicidios judíos se multiplicó por veinte.
Al poco tiempo se estableció una oficina en Viena dedicada a confiscar los bienes de los judíos. A finales de junio, todos los judíos y los cristianos casados con judíos fueron despedidos del sector privado. El objetivo inmediato de los alemanes era «estimularlos» a abandonar el país. El teniente coronel de las SS, Adolf Eichmann estableció en agosto de 1938 la Oficina Central para la Emigración Judía (Zentralstelle für jüdische Auswanderung) en el palacio Rothschild, confiscado por los nazis a sus propietarios.
Durante el pogrom de noviembre de 1938, la Noche de los Cristales Rotos (Kristallnacht), los judíos fueron atacados en toda Alemania y Austria. Muchas sinagogas fueron profanadas, hogares y empresas fueron saqueados. Después de ese pogrom, Eichmann comenzó a recluir a los judíos austríacos en campos de concentración nazis para extorsionarlos, obtener de ellos dinero y convencerlos de abandonar el país. Quien era liberado obtenía un plazo limitado para irse del país: si todavía se encontraba en Austria al finalizar el período de gracia, era enviado nuevamente a la cárcel. El pogrom también contribuyó a acelerar la desaparición de las comunidades judías. En mayo de 1939, 27 de los 33 Consejos Comunitarios Judíos habían sido disueltos.
Al comienzo de la guerra, 126.445 judíos habían logrado escapar de Austria y 58.000 quedaron en el país. De estos, aproximadamente 2.000 consiguieron emigrar hasta octubre de 1941, cuando los nazis cerraron totalmente la emigración judía del Reich.
En octubre de 1939, 1.584 judíos austríacos fueron deportados al distrito de Lublin, Polonia, como parte del plan Nisko y Lublin de concentración de todos los judíos de los países conquistados en una zona del Gobierno General (Generalgouvernement). En febrero y marzo de 1941, alrededor de 5.000 judíos austríacos fueron deportados a Kielce, Polonia, y exterminados durante 1942 en Belzec y en Chelmno. En octubre de 1941, los nazis comenzaron a deportar en masa a los judíos de Austria. Miles de ellos fueron enviados a Lodz y a guetos en la región del Báltico. Después de la Conferencia de Wannsee en enero de 1942, en la que se elaboró el exterminio coordinado de los judíos europeos, las deportaciones se aceleraron. Miles fueron transportados a Riga, Minsk y Lublin. Durante la segunda mitad de 1942, casi 14.000 fueron enviados al campo de concentración de Theresienstadt. La comunidad judía de Viena fue liquidada en noviembre de 1942, dejando en Austria a sólo 7.000 judíos, la mayoría de ellos casados con no-judíos. Los que poseían suficiente fortaleza física fueron enviados a realizar trabajos forzados. Las deportaciones en pequeña escala continuaron durante 194. Para fines de 1944 sólo permanecían en Viena 1.000 judíos.
En total, incluyendo a los que se habían refugiado en países que los nazis después ocuparon, más de 65.000 judíos austríacos perecieron en los guetos y campos de concentración de Europa oriental. Después de la guerra, Austria se transformó en el centro del movimiento clandestino Brijá (fuga), que trasladó a refugiados y sobrevivientes judíos del Holocausto a las costas europeas, desde donde zarpaban hacia la tierra de Israel (Palestina).
Zadoff, Efraim (Ed.), SHOA - Enciclopedia del Holocausto, Yad Vashem y E.D.Z. Nativ Ediciones, Jerusalén 2004. Basado en: Rozett, Robert & Shmuel Spector (Ed.), Encyclopedia of the Holocaust, Yad Vashem and Facts On File, Inc., Jerusalem Publishing House Ltd, 2000
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