Domingo a jueves: 9:00 - 17:00.
Viernes y vísperas de fiestas: 9:00 - 14:00.
Yad Vashem está cerrado los sábados y días festivos judíos.
Domingo a jueves: 9:00 - 17:00.
Viernes y vísperas de fiestas: 9:00 - 14:00.
Yad Vashem está cerrado los sábados y días festivos judíos.
Malka Rendel nació en 1927 en la ciudad de Nagyecsed, Hungría, y era la más joven de una familia ortodoxa de ocho hermanos. El padre de Malka, David-Aaron Freundlich, murió en un accidente antes de su nacimiento, y su madre, Sara, dirigía la tienda de tejidos de la familia tras su muerte. Sus dos hermanos mayores emigraron a la tierra de Israel (Mandato Británico de Palestina) antes de la Segunda Guerra Mundial.
Al entrar en la ciudad en 1944, los alemanes cerraron los negocios propiedad de judíos, les prohibieron comerciar y les ordenaron llevar la «Estrella Amarilla». A Malka se le asignó la humillante tarea de limpiar la calle frente a sus amigos húngaros. En mayo de 1944, los judíos de la ciudad fueron deportados al Mátészalkaghetto. Toda la familia extendida vivía en un solo apartamento. Tres semanas después, Malka y su familia fueron deportados al campo de Auschwitz en un vagón de ganado, un viaje de unos seis días. Al llegar, Malka trató de agarrar a su madre y a una de sus hermanas, pero la mayoría de la familia fue enviada a un lado y Malka y sus hermanas, Miriam y Rahel, fueron enviadas al otro. Su madre le dio dos galletas y le dijo a sus hermanas: «Cuidad a Malka». De todos los miembros de la familia, solo Malka y sus hermanas Miriam y Rahel sobrevivieron a la selección.
Después de tres meses, Malka y sus hermanas fueron enviadas al campo de concentración de Płaszów, donde trabajaron en una cantera cargando piedras con sus propias manos, bajo un frío glacial. Las personas a su alrededor morían constantemente por las explosiones de rocas. Las tres fueron devueltas a Auschwitz y de allí fueron enviadas a Neustadt, a una fábrica de tejido de paracaídas. En Janucá, las mujeres robaban aceite e hilos para encender velas improvisadas. «Me hizo sentir como en casa, que no nos quitaron todo», dijo Malka. A medida que se acercaba el Ejército Rojo, Malka y sus hermanas se vieron obligadas a emprender una «marcha de la muerte» hacia el campo de concentración de Gross-Rosen. Los prisioneros que no podían seguir caminando eran fusilados. Por la noche dormían uno en brazos de otros para mantenerse calientes. Para sobrevivir, Malka imaginó a su madre, su hogar y los alimentos que solía comer. Malka y sus hermanas fueron trasladadas a Bergen-Belsen, donde murieron Miriam y Rahel. Fueron arrojadas por la ventana sobre una pila de cadáveres. «Aquel recuerdo todavía me persigue» recordó entre llanto Malka.
«Mamá les dijo que me cuidaran y me dieron su pan. Si no lo hubiera comido, tal vez hubieran sobrevivido».
«A veces no puedo creer que pasé por todo esto. Entonces me remango y miro el número en mi brazo, lo que me prueba que sí sucedió».
Después de la liberación, Malka fue trasladada a Suecia, donde fue hospitalizada. Tomó clases de sionismo y hebreo de emisarios que venían de la tierra de Israel (Mandato Británico de Palestina), en una escuela creada para los sobrevivientes. Malka abordó un barco de refugiados a la tierra de Israel, pero fue atrapada y encarcelada en los campos de detención británicos en Chipre, donde continuó estudiando hebreo hasta su posterior emigración. Se convirtió en maestra y, después de jubilarse, enseñó hebreo a nuevos inmigrantes (olim jadashim).
Malka y Yehoshua tienen tres hijas, once nietos, 36 bisnietos y un tataranieto.
The good news:
The Yad Vashem website had recently undergone a major upgrade!
The less good news:
The page you are looking for has apparently been moved.
We are therefore redirecting you to what we hope will be a useful landing page.
For any questions/clarifications/problems, please contact: webmaster@yadvashem.org.il
Press the X button to continue