Amparo Otero nació en Cuba en 1896. Había emigrado junto con su familia a Francia y vivía en París, donde se casó con Yacob Pappo, un judío de origen búlgaro. En 1933 su esposo falleció, dejándola con su hijo de un año.
Cuando los alemanes ocuparon Francia, Amparo se unió a los muchos franceses que huían hacia el sur, a la llamada zona desocupada. Se instaló en Siran, en la región de Cantal, donde vivía la familia de su hermana, y se ganaba la vida fabricando sombreros. A pesar de sus dificultades personales, Amparo sintió que era su deber ayudar a los necesitados. Fue activa en ayudar a otros refugiados, organizó eventos para niños cuyos padres eran prisioneros de guerra, y también llevó a niños a su casa: dos de estos niños eran la sobrina y el sobrino de su esposo, Jacqueline (n. 1935) y Haim (n. 1923).
Amparo también acogió a Liliane Frangi, cuya familia había huido de París en abril de 1942. La abuela de Liliane se había negado a abandonar su hogar, quedándose atrás y hasta que fue arrestada durante la redada del Velódromo de Invierno (Vel d’Hiv) de los judíos de París tres meses después, y luego fue deportada a Auschwitz. La familia Frangi fue primero al área de Marsella, pero cuando los alemanes ocuparon la Francia de Vichy en noviembre de 1942, huyeron a la zona italiana, que todavía era relativamente segura. En octubre de 1943, cuando ese área de Francia también quedó bajo ocupación alemana, la familia huyó a las montañas, pero envió a su hija Liliane, de 13 años, a Siran, donde Amparo Pappo la escondió.
Liliane contó a Yad Vashem que por su seguridad nunca fue a la escuela, y que Amparo Pappo le pidió al sacerdote local que le diera lecciones privadas, y también encontró a un miembro de la resistencia que era maestra de profesión y le enseñó matemáticas. En su testimonio, Liliane escribió que a medida que avanzaban los años, sus recuerdos de los tiempos de guerra ocupaban un lugar importante en sus pensamientos, a pesar de sus esfuerzos por dejar atrás ese período. Le preocupaba la idea de que no hizo lo suficiente para expresar su gratitud a la persona que le había salvado la vida. En un principio ella no conocía el programa Justos de las Naciones, y una vez que supo de su existencia, decidió presentar la solicitud para honrar a Amparo Pappo como Justa de las Naciones.
El 14 de julio de 2011, Yad Vashem reconoció a Amparo (Otero) Pappo como Justa de las Naciones.
