Domingo a jueves: 9:00 - 17:00.
Viernes y vísperas de fiestas: 9:00 - 14:00.
Yad Vashem está cerrado los sábados y días festivos judíos.
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Herman Bernstein, el Embajador estadoundente en Albania escribía en 1934:
«No hay rastro de discriminación alguna en Albania contra los judíos. Este es uno de esos escasos países de Europa en el que no existen prejuicios y odios religiosos, aún cuando sus propios habitantes están divididos en tres religiones.»
La familia Mandil era originaria de Yugoslavia, donde Moshé poseía un floreciente negocio de fotografía. Cuando los alemanes invadieron el país en abril de 1941 la familia huyó a la provincia de Kosovo que se hallaba bajo control italiano y en la cual los judíos gozaban de cierta protección. Hacia fines del verano de 1942 los fugitivos fueron trasladados a Albania, o sea hacia el interior de las zonas de ocupación italiana. En este país la mayoría de la población, un 60%, es musulmana. Los Mandil -Moshé, Ela y los hijos Gavra e Irena- se establecieron en la capital Tirana. Buscando negocios de fotografía Moshé se topó con la tienda que era propiedad de uno de sus antiguos aprendices, Neshad Prizerini. Éste no sólo le ofreció empleo sino que invitó a toda la familia a permanecer en su casa.
Moshé conoció en el nuevo lugar de trabajo al joven aprendiz de Prizerini, Refik Veseli de 17 años, que había sido enviado por sus padres desde la lejana aldea de Kruja para aprender el oficio de fotógrafo. Cuando los alemanes ocuparon Albania la situación se volvió sumamente peligrosa para los judíos, Veseli sugirió a la familia Mandil trasladarse a la casa de sus padres en las montañas. El grupo partió para lo que sería un largo trayecto a lomo de mulas sobre terreno montañoso, usando caminos laterales, viajando sólo de noche y ocultándose en cuevas durante el día para evitar ser descubiertos por las tropas alemanas.
En Kruja, Moshé y Ela fueron escondidos en un cuarto situado sobre el granero, mientras que los niños se mezclaban con los hijos de la familia Veseli. Algún tiempo después de su arribo Xhemal, el hermano de Refik, trajo consigo otra familia de Tirana, a Ruzhica y Yosef Ben Yosef y la hermana de Yosef, Finica. Las dos familias permanecieron con los Veseli hasta la liberación en 1944. Hacia el fin de la guerra la actividad militar en la zona se había vuelto muy intensa por los combates librados entre alemanes y partisanos. La aldea fue bombardeada y se efectuaron pesquizas en el área.
Después de la guerra, la familia Mandil retornó a Yugoslavia, estableciéndose en Novi Sad, donde Moshé abrió nuevamente un negocio de fotografía. Refik fue invitado a vivir con ellos y continuar su entrenamiento como aprendiz de fótografo. Residió con ellos hasta la emigración de la familia Mandil a Israel. A pesar de la distancia las dos familias siguieron manteniendo el vínculo entre ellas.
En 1987 Gavra Mandil escribió a Yad Vashem relatando su historia. En su carta destacó que se sentía obligado en nombre de todos los que fueron salvados en Albania de honrar a todo el pueblo albanés y a sus salvadores en particular. Y agregó:
«Ellos no habrán sido educados en la herencia de Goethe y de Schiller, pero otorgaron suma importancia a la vida humana, en la forma más natural y comprensible.»
La ayuda notable otorgada por albaneses a judíos perseguidos está basada en el Besa, un código de honor. Besa significa literalmente 'guardar la promesa'. Quien actúa de acuerdo a ello es alguien que cumple con su palabra, alguien a quien se puede confiar la propia vida y la de su familia. Aparentemente este código de honor surgió de la fe musulmana de acuerdo a como la interpretan los miembros del pueblo albanés.
En 1987 Yad Vashem decidió reconocer a Vesel y Fátima Veseli y a sus hijos Refik, Hamid y Xhemal como Justos de las Naciones, siendo los primeros albaneses en recibir tal distinción. Gavra Mandil se dirigió al presidente de Albania -en esos días un país aislado y prácticamente inaccesible, bajo un régimen stalinista- para que permitiera a Refik y a su esposa viajar a Israel para participar en la ceremonia.
«En aquellos días en los que el peligro y la muerte estaban por todas partes, el pequeño y valeroso pueblo albanés demostró su grandeza. Sin alardes y sin pedir nada a cambio cumplió con su deber humano elemental y salvó las vidas de los refugiados judíos», escribió Gavra Mandil.
Gavra incluyó en la carta fotos que su padre había tomado en Tirana el 28 de noviembre de 1944 durante el desfile de la victoria, en las cuales aparecía el presidente Hoxha. Refik Veseli y su esposa recibieron permiso de viajar y tomaron parte en la ceremonia en su honor en Yad Vashem.
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