La Escuela Internacional para el Estudio del Holocausto
Ellos eran sus vecinos - Los perpetradores, los observadores pasivos
y los Justos de las Naciones
Los judíos vivieron cerca de sus vecinos como ciudadanos de sus países a lo largo de muchos años. En esta unidad encontraremos una diversidad de reacciones de la población local durante el Holocausto, presentando a los perpetradores y observadores pasivos y destacando a los Justos de las Naciones, la pequeña minoría que supo desplegar un extraordinario coraje para mantener los valores humanos en pie.
Los perpetradores y los observadores pasivos
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial viene repitiéndose la difícil pregunta: ¿cómo fue humanamente posible el Holocausto?
En la época que precedió al Holocausto Europa pasó por procesos acelerados de modernización. De las premisas de esos procesos se dedujo que el individuo que evoluciona, que se convierte en ilustrado, pasa por una evolución semejante de humanización y desarrollo ético. Como conclusión se supuso que las capacidades intelectuales del hombre influyen directamente sobre sus concepciones morales. El asesinato masivo en Europa del pueblo judío en el siglo XX conmovió esas premisas, colocó a la humanidad ante un espejo implacable y la forzó a confrontarse con preguntas difíciles sobre la naturaleza del hombre y su espíritu.
En un proceso que comenzó en Europa Occidental a fines del siglo XVIII, principios del XIX, los judíos fueron emancipados y se convirtieron en ciudadanos con igualdad de derechos en numerosos países. A pesar de las esperanzas depositadas en la emancipación no desapareció el antisemitismo del seno de la sociedad europea.
Basándose en sentimientos antisemitas y motivados por la fuerza de su ideología radical los nazis utilizaron la propaganda y la educación para llevar a cabo un cambio en la consciencia de la sociedad alemana. Por medio de la demonización del judío, la fijación de la imagen del judío eterno que se apodera del mundo y de la economía utilizando conceptos “limpios”, la separación entre la “raza pura” y los “profanadores de la raza”, con las purgas y la creación de un nuevo orden mundial, se liberaron las trabas, y las normas fundamentales se disiparon como si no hubieran existido. En 1933 el alemán todavía recordaba al judío que se sentaba junto a él en el teatro o que había combatido a su lado durante la Gran Guerra, pero cuando llegó el tren que llevaría a los judíos al campo de exterminio a principios de la década de los 1940, casi ya a nadie le importaba de los que habían estado a su lado en el parlamento, en el café o en el banco del colegio.
Los asesinos vivían en vecindad a las víctimas, y ambos moraban cerca de los Justos de las Naciones, esos pocos que pusieron sus vidas en peligro para salvar judíos. Entre esos extremos vivían en esa época millones de seres humanos, los “observadores pasivos”. Éstos no asesinaron, pero tampoco protestaron ni intentaron rescatar, y no pocos incluso se beneficiaron económicamente de la desposesión de los judíos y de su exterminio. El estudio y la enseñanza del Holocausto exigen una aproximación a cada uno de esos grupos. Todos vivían en conjunto antes del Holocausto y durante éste se separaron el uno del otro; al final dejaron al mundo para que se enfrentase con el intento difícil y exigente de comprender la realidad en la que se hace posible un genocidio. Con estas premisas y esta comprensión trataremos el tema de los asesinos.
La pregunta de cómo fue humanamente posible el Holocausto es compleja y difícil, y creemos que todavía no goza de una respuesta unívoca que permita responder a todos los estratos del fenómeno. Con todo el hecho de que el Holocausto no fue una catástrofe natural sino el resultado de las acciones de seres humanos sobre otros seres humanos exige del educador referirse a esta cuestión cargada de desafíos.
Pregunta para el debate
- En el pasado en las descripciones del Holocausto solían referirse a los asesinos como “bestias humanas”. En tu opinión: ¿por qué se utilizaba este concepto?
“Testimonio” Dan Pagis
No no, ellos definitivamente
eran seres humanos: uniformes, botas.
¿Cómo explicar? Ellos fueron creados a la imagen.
Yo era una sombra.
Yo tenía otro creador.
Y él en su merced no dejó nada en mí que muera.
Y yo hui a él, floté hacia arriba ligero, azul,
magnánimo casi diría, disculpándome:
humo a omnipotente humo
que no tiene cuerpo ni imagen.
Dan Pagis
Nació en 1930 en Rumania. En 1934 su padre emigró solo a la tierra de Israel para preparar un hogar para toda la familia. Su madre murió de improviso ese año y él creció en la casa de sus abuelos maternos. Fue deportado a Transnistria junto con ellos. Después del Holocausto regresó a su casa con su abuela, que también había sobrevivido. En 1946 emigró a la tierra de Israel en el marco de la Aliat Hanoar (Inmigración juvenil) en cuyo marco se incorporó al kibutz Merhavia. Estudió en el Seminario de los Kibutzim y enseñó en el colegio primario del kibutz Gat. En 1956 se mudó a Jerusalén y comenzó a enseñar en el Liceo Hebreo. Paralelamente comenzó su carrera académica. Desde 1976 fue profesor de literatura hebrea en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Publicó seis libros de poesías y uno para niños y se dedicó también a la traducción y redacción de libros. Falleció en Jerusalén cuando tenía 56 años. Su poesía “Escrito con lápiz sobre el vagón sellado” está grabada en el vagón recordatorio de Yad Vashem y en el monumento alusivo de Belzec en Polonia.
Preguntas para el debate
- “No no, ellos definitivamente eran…” ¿A qué pregunta está respondiendo el autor en la primera estrofa de la poesía?
El intento de evitar definir a los nazis como seres humanos corrientes provenía de la dificultad de reconocer que personas dotadas de la capacidad de discernir entre el bien y el mal cometieran actos de ese tipo. - ¿Con qué medios describe a los asesinos? ¿Y por qué utiliza tantos signos de puntuación?
Pagis utiliza numerosos signos de puntuación en oraciones cortas para enfatizar la imposibilidad de definir a los asesinos. Utiliza un idioma coloquial, “no no” o “¿Cómo explicar?”. La descripción simbólica de la imagen nazi, “uniformes y botas”, le ayuda a definir quiénes son. Aquí el poeta es asistido por la relación con el trauma causado por las botas nazis. Junto a la descripción simbólica del asesino el escritor utiliza en forma irónica un concepto bíblico: “creados a la imagen”. La ironía está formada por la brecha existente entre las botas y el uniforme y la “creación a la imagen.”
Preguntas para el debate
- ¿Qué relación hay entre imagen y sombra?
- ¿A qué se refiere Pagis cuando dice que tenía otro creador y que ellos “eran seres humanos”?
La imagen es algo concreto, es tridimensional; la sombra, por el contrario, no tiene existencia propia, es bidimensional, una reflexión torcida de la realidad que depende la gracia del sol. El poeta no puede explicar la brecha sin la presunción de que existen dos creadores. No presupone que se trata de la creación de dos criaturas diferentes, sino de una diferencia tan esencial que hace imposible aceptar que una creación tan distinta fuese producto de un mismo creador. Según la concepción judía, todos fuimos creados a semejanza de Dios, y el hombre tiene libre albedrío para elegir qué hacer con la ventaja espiritual que recibió, cómo interpretará con sus acciones y elecciones el hecho de que se diferencia de la bestia, de que él mismo conforma su propia humanidad. Es posible afirmar que el poeta está diciendo que si esos son seres humanos, si la ideología nazi con todas sus implicaciones son la elección y la ventaja del hombre, entonces me convierto necesariamente en una sombra.
Preguntas para el debate
- ¿Qué asociación les viene en mente cuándo tratan de imaginar la oración “Y yo hui a él, floté hacia arriba ligero, azul?”
- ¿Por qué utiliza la metáfora “humo a omnipotente humo que no tiene cuerpo ni imagen”?
Aquí el orador pregunta con términos bíblicos: en lugar de “del polvo vienes y al polvo volverás” (Génesis 3, 19) dice: “humo a omnipotente humo”. El “omnipotente” incorpóreo y desprovisto de imagen es la fuerza divina, pero en la poesía el “omnipotente” es el humo, que simboliza los crematorios, quien no posee cuerpo ni imagen. Hay aquí una metáfora de la descripción del poder divino, pero la “omnipotencia” no es parte de ese poder infinito, sino del hombre que hace funcionar a los crematorios y de ese modo produce el humo. El Holocausto hizo conmover el orden del mundo al aprovecharse de las capacidades y fuerzas humanas para decidir quién vivirá y quién morirá. La poesía deja en manos del lector interpretar quién carece de cuerpo e imagen: sólo el “omnipotente” o también el orador.
Los asesinos Frantz Stangl y Rudolf Hoess
Frantz Stangl
Policía profesional, de origen austriaco, miembro del partido nazi desde cerca de 1931, fue uno de los ejecutores del plan de “Eutanasia”
Durante la guerra fue nombrado comandante del campo de exterminio de Sobibor y más tarde del de Treblinka. Después de la guerra escapó a Italia, Siria y por último a Brasil. En 1967 fue arrestado por la policía brasileña y extraditado a Alemania. Fue juzgado por sus crímenes y condenado a prisión perpetua. Murió en 1971.
La entrevista a continuación nos permite formular preguntas educativas. Los alumnos se confrontan con un material de lectura que contiene descripciones horrorosas de un crimen, relatado por el perpetrador en un tono completamente lacónico. Gracias a la curiosidad de Gitta Sereny que entrevistó a Stangl y nos brindó este excepcional documento, podemos descubrir el estado de ánimo y la rutina diaria de uno de los perpetradores más notorios. Las grandes preguntas quedan pendientes: ¿cómo fue posible el Holocausto? ¿Cómo es posible que una persona pueda continuar con su rutina diaria junto a las escenas aquí descriptas? Es imposible referirse al Holocausto sólo desde la perspectiva de las víctimas, porque entonces queda el hecho sin sus responsables, como si fuera un golpe del destino. El Holocausto no fue una tragedia natural o un accidente, fue un acto ejecutado por seres humanos a otros seres humanos.
Ellos eran solo una carga
Entrevista de Gitta Sereny con Franz Stangl
¿Acaso sería acertado afirmar que finalmente Ud. no sentía que ellos eran criaturas
humanas?
Una vez durante un viaje, años más tarde en Brasil... mi tren se detuvo junto a un matadero. El
ganado encerrado en el lugar, al oír el ruido se arrimó al cerco, y los animales fijaron sus ojos en el
tren. Se apretujaban uno contra otro, y me miraban del otro lado del cerco. Entonces pensé: míralos
recuerda a Polonia, antes que los metan en las latas.
¿Dijo Ud. “latas”? ¿A qué se refiere?
Después de eso no pude comer carne enlatada. Esos grandes ojos... que me miraban...sin saber que
en cualquier momento todos estarían muertos...
Entonces, ¿no pensaba que eran seres humanos?
Carga. Ellos eran carga.
¿Cuándo cree que comenzó a pensar de ellos como si fueran carga?
Creo que comenzó el día que vi por primera vez el Totenlager [la sección del campo en la que se asesinaba a las víctimas]. Recuerdo como Wirth estaba parado allí junto a las fosas repletas de cadáveres azulados. Eso no tenía ninguna relación con la humanidad. Era una masa, una masa de carne en putrefacción. Wirth dijo: ¿Que haremos con esta basura? – creo que esto es lo que me causó inconscientemente que pensara sobre ellos como carga.
Había allí muchos niños. ¿Nunca le hicieron pensar en sus hijos o cómo se hubiera sentido
si estuviera en lugar de esos padres?
No... no puedo decir que pensé en ese sentido... mire, rara vez los veía como individuos. Eran siempre
una masa gigantesca. A veces me paraba en el muro y los veía en el “caño” [el pasaje que conducía
las cámaras de gas] Pero ¿cómo puedo explicarlo? – ellos estaban desnudos, apretujados. Corrían
todos juntos, apurados por el látigo como...
¿No podía Ud. cambiar eso?... En su posición ¿no podía acaso poner fin al desnudo, a los
látigos, a las atrocidades del matadero?
No. No. No. Ese era el sistema. Wirth lo había inventado. Funcionaba. Y porque funcionaba era
irreversible.
[1]
Rudolf Hoess
Fue el comandante del campo de concentración y exterminio Auschwitz-Birkenau, en el que fueron asesinados más de un millón de judíos y decenas de miles de polacos, gitanos, y miembros de otras naciones. Se inició como miembro de las SS, cumplió distintas funciones en la dirección del campo de concentración de Dachau y en mayo de 1940 fue enviado a Auschwitz, donde fue el fundador, organizador y comandante del campo. En el verano de 1941 preparó el campo para que funcionase como sitio de exterminio masivo y desde enero de 1942 dirigió la operación de matanza masiva de judíos en las instalaciones de Birkenau.
Al finalizar la guerra se escondió bajo una identidad falsa, pero en marzo de 1946 fue identificado, arrestado y extraditado a Polonia. El tribunal supremo de ese país lo condenó a la pena de muerte. Fue ejecutado en la horca en el campo de Auschwitz –escenario de sus crímenes- el 16 de abril de 1947.
Mientras estaba en la prisión de Cracovia escribió su autobiografía. Entre otras cosas señaló lo siguiente:
"No nos quedaba a ninguno la menor duda de que la orden de Hitler tenía que ser obedecida como sea, y que era deber de la SS ejecutarla. No obstante, todos nosotros estábamos atormentados por dudas secretas. Yo mismo no me atrevía a admitirlas.
Con objeto de hacer que mis subordinados cumpliesen con su deber, era psicológicamente esencial
que yo mismo pareciese convencido de la necesidad de esta orden truculentamente severa... Tenía que
parecer frío e indiferente […] Ni siquiera podía apartar los ojos no sea que dejara traslucir mis
naturales emociones. No me quedaba más remedio que ver las cosas con ojos fríos…"
[2]
Preguntas para el debate
- ¿Qué significado podemos atribuirle al hecho de que tanto Stangl como Hoess hablan después de la guerra?
- ¿Cómo tratan de justificar y explicar sus acciones?
- ¿Qué los diferencia? ¿Y qué tienen en común en sus opiniones?
- ¿Por qué incluimos junto a cada una de las citas la biografía del perpetrador?
- ¿Cuál es el argumento central de Pagis respecto a los asesinos?
- ¿A qué se refiere cuando afirma que eran seres humanos: uniformes, botas? ¿Cómo puede ello explicar los argumentos de los dos asesinos?
La descripción de Stangl crea una sensación de alejamiento, la apariencia de ser una persona desprovista de sentimientos, una especie de robot. En cuanto a Hoess, justamente la complejidad que señala acentúa el hecho de que “eran definitivamente seres humanos”. El enfoque en los comentarios de dos individuos centrales en el aparato de exterminio, en los que no hay referencias a los aspectos éticos de sus acciones, resalta más aún la cuestión de la esencia del ser humano.
Zinovi Tolkachev (1903 – 1977)
Artista judío nacido en Bielorrusia en 1903. Estudió arte y trabajó como pintor de carteles. Se unió al Komsomol (el movimiento juvenil comunista) y en 1921 fue nombrado jefe del departamento de educación política de aquél en las regiones de Podolsk y Shulov. Era miembro del Partido Comunista y continuó sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Kiev. En 1940 fue nombrado profesor de este instituto. Entre 1941 y 1945 sirvió en el Ejército Rojo; en 1944 fue incorporado como dibujante oficial del ejército a las fuerzas que liberaron el campo de Majdanek y más tarde el de Auschwitz. Por esa época dibujó las series “Majdanek”, “Auschwitz” y “Flores de Auschwitz”. En 1945 fueron publicadas las dos últimas en forma de álbumes en los que fueron presentados los sobrevivientes que encontró y eventos sobre los cuales brindaron testimonio. Los álbumes fueron exhibidos en Polonia y copias de éstos enviadas a los jefes de estado aliados. Tolkachev falleció en Kiev en 1977.
Observen las siguientes obras de Zinovi Tolkachev (1903-1977):
Preguntas para el debate
- ¿Qué es lo primero que llama su atención al observar las pinturas?
- ¿Qué situación se presenta?
- ¿Quiénes son los personajes representados en las pinturas?
- ¿Qué detalles eligió pintar Tolkachev y cuáles prefirió esconder? ¿Por qué eligió justamente esos? ¿Cómo coloca a los personajes?
Presten atención que en la pintura “La formación” Tolkachev coloca a los asesinos y sus víctimas unos frente a otros, y en el fondo se divisa uno de los cuatro crematorios de Auschwitz-Birkenau.
Preguntas para el debate
- ¿Qué símbolos aparecen en las pinturas?
- ¿En qué se asemejan y en qué difieren las pinturas?
- ¿Qué otras preguntas nos traen a colación las obras de Tolkachev?
Las víctimas anónimas tienen su propia imagen en el dibujo de Tolkachev. Los perpetradores, por su parte, se convierten en una masa, personajes sin rostro distinguible. En la obra “Dios está con nosotros” Tolkachev presenta al asesino de la cintura para abajo, nuevamente sin rostro. En otras palabras, no es un ser humano.
Está concepción privaba en el arte sobre el Holocausto a continuación de éste y comenzó a cambiar recién después del juicio de Eichmann en 1961; desde entonces se le atribuyó un rostro humano al asesino. Antes era representado constantemente como un monstruo sin cara, o de forma grotesca, o de la cintura para abajo. En el soldado resaltan los símbolos, como la hebilla con la inscripción “Dios está con nosotros”, que provoca numerosas preguntas. El personaje está presentado pisando niños, sin hesitar. El soldado nazi aparece con todos su simbología: la culata del arma, la bota que pisotea, la hebilla del cinturón y la inscripción, y, resaltados, la cruz esvástica y el águila nazi.
Preguntas para el debate
- ¿En qué se parece el modo de referirse de Pagis y Tolkachev a las víctimas por una parte y los perpetradores por la otra? ¿En qué difieren?
Epílogo
El intento de presentar a los perpetradores por un lado y a las víctimas por el otro como seres humanos provoca respuestas ambivalentes del artista y el poeta. Se nota un esfuerzo especial de mostrar, para los lectores y espectadores, a esos dos grupos de forma apropiada. De hecho ambos eligen hacerlo de formas opuestas. En Tolkachev el asesino no posee rostro, que es lo que expresa la unicidad del individuo, y la víctima tiene rasgos diferenciados; en la poesía de Pagis, la víctima es una sombra y el asesino fue creado a la imagen y tiene imagen. En ambos la separación entra los dos grupos es clara y Pagis declara sin hesitar que los dos tuvieron creadores distintos.
Preguntas para el debate
- Hemos profundizando en la cuestión de los asesinos en tanto seres humanos ¿cómo es posible explicar el proceso por el que pasaron para que muchos de ellos tomaran parte en asesinatos masivos?
El experimento de la cárcel de Stanford
Se hicieron y se siguen haciendo intentos de explicar el fenómeno, aunque parecería que no existe una respuesta completa e inequívoca. Uno de los experimentos más conocidos es el que había realizado el psicólogo Stanley Milgram de la Universidad de Yale. El experimento buscaba examinar la obediencia de los participantes a órdenes impartidas por una autoridad, que les exigía realizar actos contrarios a su conciencia o a sus valores. Una gran proporción de ellos cumplieron las instrucciones a pesar de que estas contradecían sus valores morales. Otro experimento fue dirigido por el profesor Philip Zimbardo en la Universidad de Stanford. En éste un grupo de estudiantes fueron divididos en forma aleatoria para cumplir el rol de guardia o prisionero durante dos semanas en una prisión imaginaria. En poco tiempo el comportamiento de los “guardias” se volvió tan brutal que Zimbardo decidió interrumpir el experimento seis días después de haber comenzado. En su libro “El efecto Lucifer”, que examina la pregunta cómo es que personas buenas y normales se vuelven crueles y malvadas, explica que a pesar de que la mayoría de los individuos aceptan que la línea divisoria entre malo y bueno es inexpugnable, y se ven a sí mismos del lado “bueno” y a los otros del lado “malo”, la realidad demuestra que esa línea es elástica y penetrable. Es posible seducir a buenas personas a cruzar la línea. No hacen falta drogas para cambiar a la gente. Es posible hacerlo por medio de procesos sociales y psicológicos. Entre los procesos que define como importantes para provocar el cruce de la línea entre lo bueno y lo malo destaca el de deshumanización como básico y central. La deshumanización es un proceso en el cual un grupo de personas es presentado como inferior respecto al grupo señalizador. Por medio de símbolos, imágenes y estereotipos se produce la deshumanización del grupo señalado, lo que facilita tratarlo en contraposición a las varas de medida morales corrientes.
¿Cómo podemos explicar según lo estudiado sobre la ideología nazi, el hecho de que muchos se convirtieron en asesinos?
Casi todos los historiadores consideran al antisemitismo de larga data –que en cierta medida se convirtió en una especie de código cultural en la sociedad europea- como el factor que señaló el camino a Auschwitz. A pesar de la igualdad de derechos que recibieron, los judíos siguieron siendo considerados inferiores, distintos, a ojos de amplios sectores de la población. Bajo la influencia de la ideología nazi, la propaganda y la educación, pasaron por un proceso de demonización que abonó el terreno para el exterminio.
Un elemento importante está relacionado con el proceso que pasan los ejecutores con respecto a ellos mismos. Se produce un proceso de negación de la identidad propia y de creación de una identidad anónima del ejecutor, que se esconde detrás del título, los símbolos y la pertenencia al grupo. También la evasión de responsabilidad personal tiene un papel central en la capacidad de personas normales de comportarse de modo cruel. Otro factor es la existencia de un sistema destinado a educar en la obediencia ciega a la autoridad.
Pregunta para el debate
- ¿En qué forma se reflejan las conclusiones de Zimbardo en las obras presentadas?
Muchos de los nazis procesados adujeron en su defensa que actuaron bajo un régimen de terror; que se vieron arrastrados por un líder carismático; que fueron detrás de una ideología que otorgaba significado y objetivos; o que eran un eslabón pequeño dentro de un sistema completo (tal como lo hizo Eichmann cuando fue enjuiciado en Israel).
Preguntas para el debate
- ¿Es posible conformarse con esos argumentos para explicar las acciones de los perpetradores?
- ¿Esos argumentos lo libran de responsabilidad por sus acciones?
El historiador Yaakov Lozowick, que investigó el sistema burocrático del asesinato en masa, escribe:
“Eichmann y muchos de sus colegas adoptaron la ideología nazi en toda su virulencia, plagada de hostilidad hacia un montón de grupos, especialmente los judíos. Algunos sostienen que la devoción ideológica de esa época era básicamente una cínica estrategia de supervivencia, una maniobra ejecutada por millones que no querían atraer la atención de las autoridades o que simplemente querían seguir adelante con sus vidas, mientras esperaban impacientes a un eventual cambio de gobierno que daría paso al regreso a cierta normalidad. Es posible entender por qué, después de la guerra, millones se aferraron a esa historia. Pero es más difícil comprender por qué cualquier persona razonable les creyó. De todos modos, cuando se trata de Eichmann y sus colegas, dado el enorme volumen de las evidencias disponibles, se hace muy difícil equivocarse.
Ideología, presiones sociales, arribismo y prepotencia son fenómenos universales. Tanto como cinismo, arrogancia y orgullo desmedido, crueldad y carencia de integridad son endémicos en todas las sociedades. Asesinato en masa –y ciertamente asesinato burocrático por parte del estado por un largo periodo- son mucho más infrecuentes.
La razón aparente es que la mayoría de las personas, la mayor parte del tiempo, comprenden el significado de sus acciones. Pueden estar dispuestos a mentir para tener éxito, pero no a asesinar. Pueden adherirse a una ideología para mejorar el mundo, pero se resistirán a matar a sangre fría en nombre de ella o a convertirse en cómplices de asesinato en su nombre. La persona común no se convierte en asesino. Si lo hace es porque el camino tomado está basado en una decisión lúcida. Nadie se convierte en asesino meramente bajo la presión de circunstancias anónimas. Como está escrito en el libro de Génesis: “Y seréis como dioses, conociendo el bien y el mal.” La grandeza del hombre reside precisamente en la capacidad de discernir: aun cuando los individuos no pueden controlar las circunstancias históricas que gobiernan sus vidas, tiene la capacidad perdurable de elegir entre el bien y el mal.”[3]
Pregunta para el debate
- ¿Por qué, en opinión de Lozowick, a pesar de la existencia de mecanismos de deshumanización, terror, etc., no es posible exonerar de responsabilidad a los perpetradores de grados intermedios?
Después del Holocausto surgieron preguntas de todo tipo en cuanto a la naturaleza humana. ¿Qué podemos aprender de la existencia del mal?
Podemos estudiar la capacidad del individuo de elegir el mal, e identificar el proceso de descenso a los abismos de la maldad. Con todo, parecería que justamente Zimbardo, que investigó el tema, sugiere una aproximación distinta que contiene un valor educativo. En su opinión, por el impacto de los sucesos de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto la investigación puso el foco en la cuestión del mal; sin embargo si los investigadores llegaron a la conclusión de que es posible influir sobre personas normales para que en ciertas condiciones lleguen a comportarse de una forma que ellos mismos definirían en otras circunstancias como intolerable, se hace necesario comprobar de qué modo es posible causar que se adhieran al bien también bajo presiones ambientales o de una autoridad. Ante la banalidad del mal Zimbardo busca implementar como reacción la banalidad del heroísmo, no de un superhéroe o de quien se sale de la norma, sino de aquellos que siguen fieles a su mundo de valores a pesar de las circunstancias. Hace un llamado a crear una situación en la que se alienta a niños y jóvenes a imaginar el heroísmo. Los individuos tendrían que pensar de sí mismos como “héroes a la espera”, y concentrarse en alejarse del mal. Según su concepción se debe educar a los niños de que es posible que en algún momento se deberán enfrentar con una encrucijada en la que hay tres senderos: el primero, convertirse en cómplices o perpetradores de actos de maldad y crueldad; el segundo, elegir el camino de la indiferencia, cuyo significado es pecar de inacción; el tercero, no renunciar a sus valores, preferir el bien, lo cual convierte a la persona en un héroe.
Lo significativo es si estamos dispuestos a elegir el camino que destaca a los héroes simples, los que esperan la oportunidad correcta para hacer funcionar al heroísmo. Esto puede ocurrir sólo una vez en la vida; aquél que pierda la oportunidad vivirá con el conocimiento de haber podido ser un héroe y haber dejado pasar ese momento.
Después del Holocausto la responsabilidad de la humanidad no es sólo la de alejarse del mal sino también de hacer el bien. Según Zimbrano hacer el bien involucra una actitud proactiva. Si nos entrenamos a pensar e imaginarnos como personas que buscan hacer el bien y fieles a nuestras pautas morales, en la hora de prueba tendremos la fuerza de hacer frente al mal.
No obstante la elección entre el bien y el mal está en manos de cada uno. La sociedad y los educadores tienen responsabilidad sobre los códigos culturales y éticos que recibe y crea. Los códigos antisemitas que no son condenados ni denunciados por el público crean una base de legitimidad que puede conducir a la indiferencia, crueldad y por último al asesinato.
Los Justos de las Naciones
En un mundo de debacle moral generalizada, hubo una pequeña minoría que supo desplegar un extraordinario coraje para mantener los valores humanos en pie. Ellos fueron los Justos de las Naciones que remaron contra la corriente general de indiferencia y hostilidad que prevaleció durante el Holocausto. Contrariamente a la tendencia generalizada, estos salvadores veían a los judíos como seres humanos comunes y corrientes, incluidos dentro de su universo de obligaciones.
El nombre de Justos de las Naciones proviene de la tradición judía. Durante cientos de años los no judíos (gentiles) que se comportaban con benevolencia hacia los judíos o les proporcionaban ayuda, eran apodados de esta manera.
La mayoría de los salvadores comenzaron como observadores pasivos.
En muchos casos el cambio ocurría cuando eran confrontados con la deportación o la matanza de judíos. Algunos habían permanecido indiferentes en las etapas tempranas de la persecución, cuando los derechos de los judíos habían sido restringidos y sus propiedades confiscadas, pero llegó un punto en el que decidieron actuar, pasar una barrera que antes no estuvieron dispuestos a cruzar. A diferencia de otros, ya no pudieron consentir con las cada vez más duras medidas que afectaban a los judíos.
A veces eran los judíos los que se dirigían en busca de ayuda.
En el encuentro con judíos llamando a sus puertas, los observadores pasivos debían tomar una decisión inmediata. Ésta era a menudo un gesto humano instintivo, un impulso irreflexivo, seguido sólo después por una elección moral. Frecuentemente se trataba de un proceso gradual, en el que los salvadores se involucraban de modo creciente en la ayuda a los judíos perseguidos. El consentimiento a ocultar a alguien durante una redada –proveyendo refugio por un día o dos hasta encontrar otro lugar- podía convertirse en un rescate de meses e incluso años.
¿Cuáles son los criterios básicos para ser merecedor del título de Justo?
Las condiciones básicas para el otorgamiento del título son:
- El involucramiento de la persona en la salvación de uno o varios judíos de la amenaza de muerte o deportación a los campos de la muerte.
- Riesgo para la vida, la libertad o la posición del salvador.
- La motivación inicial de su acción debía ser la pura intención de ayudar a judíos perseguidos. Por ejemplo, no ser a cambio de pago alguno o cualquier otra recompensa, tal como la conversión de la persona salvada, la adopción de un niño, etc.
- La existencia de testimonio de aquellos que fueron ayudados o, al menos, alguna documentación inequívoca que pruebe la naturaleza del rescate y sus circunstancias.
¿Cómo son honrados los Justos?
Las personas reconocidas como “Justos de las Naciones” reciben una medalla especialmente acuñada con su nombre, un diploma de honor y el privilegio de tener sus nombres grabado en el Muro de Honor en el Jardín de los Justos de las Naciones en Yad Vashem.
Los honores son presentados a los salvadores o a su familiar más próximo en Israel o en sus países de residencia por medio de los buenos oficios de los representantes diplomáticos de Israel. Habitualmente participan en las ceremonias representantes gubernamentales locales y reciben una amplia atención mediática.
La Ley de Yad Vashem (decretada en 1953) autoriza a la institución “conceder ciudadanía honoraria del Estado de Israel a los Justos de las Naciones, y ciudadanía conmemorativa si éstos han fallecido, en reconocimiento a sus acciones”. Desde 2002 se viene publicando una Enciclopedia de los Justos (en inglés) que enumera los casos de salvación reconocidos por Yad Vashem.
Debemos tomar en cuenta que muchas veces el alumno puede recibir una impresión de que los Justos eran seres con cualidades sublimes, que los convierten en diferentes al resto de los seres humanos. Por lo tanto, desde el punto de vista educativo, corremos el riesgo que al ser considerados "ángeles", sus acciones no tendrán un efecto directo sobre el ser humano común. Por eso es necesario aclarar y resaltar que se trata de personas comunes que eligieron seguir viendo al judío perseguido como ser humano, por razones de previo conocimiento o por la voz de la conciencia. Estas personas, tenían como otros, cualidades positivas y otras negativas, y muchas veces, abogaban por filosofías o concepciones según las cuales no era natural ayudar a un judío, pero en el momento crucial prevalecieron los sentimientos humanitarios de esa minoría.
Por lo tanto, en el centro del debate educativo deben estar preguntas como:
¿Qué es lo que lleva a la persona a convertirse en Justo? ¿Cómo ocurrió, que dentro de un grupo de personas, sólo una o dos de ellas actuaron en bien del prójimo, sin tener cualidades especiales o un mundo de valores homogéneos?
Es muy difícil encontrar un común denominador en las historias personales de los Justos de las Naciones. Lo que podemos decir es que el proceso de deshumanización de los judíos, que condujo a su asesinato, llevado a cabo por los nazis o como consecuencia de las condiciones terribles a las cuales fueron sometidos, no influyó sobre ellos; el común denominador entre estos es la percepción del judío como ser humano.
Las historias de los Justos de las Naciones, nos permiten, por lo tanto, ocuparnos de lo bueno y lo humano en el prójimo; conocer aquellas personas capaces de hacer prevalecer sus principios morales ante un mundo que los rechaza y analizar las implicaciones de las elecciones que realiza el ser humano.
Es importante destacar que esta clase se centraliza en historias que triunfaron, pero debemos recordar que hubo muchos intentos de salvar a judíos que culminaron en fracaso total, con el asesinato de los judíos y de sus salvadores.
Para ampliar sobre el tema, pulse aquí
Comience la clase proyectando parte del testimonio de Fanny Rozelaar, presentando las siguientes preguntas para reflexionar y debatir:
- ¿Cuáles fueron las dificultades con las que tuvieron que enfrentar Fanny y su marido en el escondite?
- ¿Cuáles fueron las dificultades de los salvadores?
A continuación citaremos las palabras de los sabios en la Mishná (la Ley Oral judía) – (tratado Sanhedrín, 4:5):
“Quien salva una sola vida, es como si salvara un mundo entero"
Y preguntaremos a los alumnos:
- ¿Por qué, a tu entender la Mishná sostiene que todo aquel que salva una vida, salva un universo entero?
- Por qué, si es un acto tan noble, pocos fueron los que salvaron judíos durante la Shoá?
Las respuestas pueden variar:
El antisemitismo en diversas expresiones y formas en la mayoría de los países.
El temor por el castigo que podían recibir aquellos que otorgaban alguna clase de ayuda, tanto por parte de las autoridades, y especialmente de los nazis y sus colaboradores, como por parte de la población local.
La renuencia a realizar algún acto que sea incompatible con las normas sociales aceptadas.
La tendencia natural de aferrarse a la familia y no comportarse de manera altruista.
Las palabras de Elie Wiesel, (1928-2016), sobreviviente del Holocausto, Premio Nobel, historiador y vicepresidente del Consejo de Yad Vashem, nos hacen reflexionar sobre este tema:
"En aquellos tiempos no había oscuridad en todas partes. En el cielo y en la tierra, todas las puertas de la compasión parecían haber sido cerradas. El asesino asesinaba y los judíos morían y el resto del mundo adoptaba una actitud de complicidad o de indiferencia. Sólo unos pocos han tenido el valor de interesarse. Estos pocos hombres y mujeres eran vulnerables, estaban asustados, indefensos - lo que los hacía diferentes de sus conciudadanos... ¿Por qué eran allí tan pocos...? " [4]
Debata con los alumnos esta cita y pregunte:
¿Cuál es la premisa que presenta Elie Wiesel?
El objetivo de esta clase será llamar la atención de los alumnos a la importancia básica del pensamiento propio dentro de una realidad cambiante y de normas sociales que dependían del tiempo y del lugar.
La capacidad fuera de lo común de los Justos de las Naciones por elegir el bien y la acción moral, simboliza la base de la humanidad, la posibilidad de elección que tiene el hombre.
En los actos de los Justos de las Naciones se refleja el proceso diario de elección y lucha contra la corriente.
Explique a los alumnos el proceso para convertirse en Justo de las Naciones.
Trabajo en grupos
Siete historias de Justos de las Naciones
El objetivo del trabajo en grupos será profundizar y conocer la historia de un Justo de las Naciones y de las personas que salvó. Las historias son diferentes unas de otras y se distinguen más que nada por la personalidad del salvador: mujeres, hombres, campesinos, intelectuales, con ideas políticas antialemanas, y otros. Cada una de las historias cumple con los requisitos establecidos y estas personas han sido reconocidas como Justos de las Naciones por sus acciones en tiempos de la Shoá. Por medio de la historia personal del salvador y de los salvados, le posibilitamos al alumno un estudio más profundo y una comprensión del fenómeno que fue la salvación durante la Shoá, no sólo desde el punto de vista histórico, sino principalmente personal y humano.
El alumno internalizará que ser observador pasivo era la regla; rescatar era la excepción. Por más difícil y atemorizador que fuese, el hecho de que algunos hubieran hallado el coraje para convertirse en salvadores demuestra la existencia de cierta libertad de elección, y que la salvación de judíos no estaba fuera de la capacidad de las personas comunes a lo largo de la Europa ocupada.
Los siguientes relatos fueron editados en base a datos del archivo de Yad Vashem.
- Grupo 1: La historia de Tamara Nikolayeva de Leningrado, Unión Soviética.
- Grupo 2: La historia de Janis y Johanna Lipke, de Riga, Letonia.
- Grupo 3: La historia de Andrée Geulen-Herscovici de Bélgica.
- Grupo 4: La historia de Jan Zhabinsky, director del zoológico de Varsovia, Polonia, y su esposa Antonina.
- Grupo 5: La historia de la Dra. Ella Lingens-Reiner y su marido Kurt de Austria.
- Grupo 6: La historia de María Olt de Hungría.
- Grupo 7: La historia del diplomático José Arturo Castellanos de EL Salvador.
Puede encontrar más historias personales sobre Justos de las Naciones pulsando aquí
Los grupos trabajarán sobre las mismas preguntas, en las cuales se basará el debate de resumen de la clase.
Puede obtener información sobre los diferentes países del trabajo grupal en: Ampliación para el docente: Trabajo grupal - información sobre los países
Plenario:
Complete con los alumnos una tabla de resumen con las preguntas que discutieron durante el trabajo grupal. Analicen los datos de la tabla:
- ¿Hay acaso líneas en común entre los Justos de las Naciones? En caso afirmativo, ¿cuáles son?
- A raíz de las grandes diferencias que se observan al analizar la tabla, ¿Qué creen en su opinión llevó a las personas a actuar de esta manera?
El trabajo grupal nos permite centrarnos en las actividades de los Justos de las Naciones en dos niveles. En un nivel, la lectura y el estudio de una narrativa histórica dentro del manantial de historias sobre salvadores de judíos durante la Shoá, nos permiten afinar la elección del individuo, la visión de su mundo y hasta cuanto su actitud individual no refleja un fenómeno social. En el segundo y paralelo nivel, hay un común denominador entre los salvadores de judíos, a pesar que actuaron en diferentes lugares, alejados unos de otros, que sus motivaciones eran diferentes y el grado de conocimiento con los judíos era distinto.
Existe un gran valor educativo al encontrar líneas comunes entre los distintos salvadores. Aquellos que salvaron a judíos durante la Shoá, los veían frente a sus ojos como seres humanos constantemente. El deseo de salvar, tanto por motivos cristianos o por ira y oposición al poder, debido al conocimiento previo con la víctima o debido a una alta moralidad, siempre se enfrentaba con un extremo riesgo y sacrificio necesarios para actuar de acuerdo a estas normas. A diferencia del contorno general, estas personas veían a los judíos como seres humanos corrientes, ligados a ellos por un compromiso moral.
El resumen de esta actividad se centrará en esa misma obligación moral que sentían esas personas al observar los rostros de los judíos. Esta sensación fue traducida a acción, a veces instintiva y que sólo un tiempo después recibió un valor moral, acción que expresaba entonces y refleja hoy para nosotros la relación directa, necesaria y moral entre el hombre y el prójimo.
Resumen:
Un proverbio jasídico (el jasidismo es un movimiento dentro del judaísmo) dice:
"Tres cosas son loables en el hombre:
Estar encorvado pero seguir erguido,
gritar en medio del silencio
y aislarse en la plaza del mercado."
- ¿Cómo podemos explicar estas frases?
- ¿Cómo se reflejan los Justos de las Naciones y sus acciones en estas palabras?
- ¿Acaso hay una respuesta a la pregunta de Elie Wiesel en estas frases?
El objetivo de esta reflexión (debate) es llevar a los alumnos a internalizar el principio importante del individualismo y marginalidad dentro de realidades cambiantes y normas sociales dependientes de tiempo y lugar. Su independencia les permitía actuar contra las convenciones y creencias aceptadas.
Estar encorvado pero estar erguido – la persona que guarda sus principios y sus normas morales puede asemejarse a un hombre encorvado frente a la multitud que no piensa como él y que actúa de una manera diferente, pero en definitiva su constante postura y capacitación de acción moral lo transforman en un hombre erguido. Muchos de los Justos de las Naciones siguieron actuando bajo esta cualidad aun después de la Shoá, cuando eligieron vivir en el anonimato y su privacidad y no sintieron que sus acciones excepcionales los convirtieron en personas merecedoras de fama y gloria.
Gritar en medio del silencio - representa un proceso interno del hombre, su grito no es escuchado en el exterior pero él lo siente intensamente. Este grito tiene un importante significado ya que implica la rotura del silencio que reinaba en el entorno. El proceso llega a su cumbre cuando esa persona exterioriza frente a todos su unicidad, su individuo.
Y aislarse en la plaza del mercado - la plaza del mercado simboliza la masa, la muchedumbre. Esa persona que se siente solo en la plaza adquiere un papel central en la historia, no necesariamente algo que se destaca de inmediato o que le trae a su alrededor un grupo de admiradores, pero sí algo que preservará en un futuro sus valores morales y que permitirá después del desastre otorgar a la sociedad una base fuerte para un nuevo comienzo.
¿Por qué a su entender es importante estudiar y debatir sobre las historias de los Justos de las Naciones? ¿Qué implicación tienen sus actos sobre nosotros?
Los Justos de las Naciones nos enseñan que cada persona puede marcar la diferencia.
[2] Rudolf Hoess, Commandant of Auschwitz – The Autobiography of Rudolf Hoess, London,1959.
[3] Yaakov Lozowick, Kovetz Yad Vashem, 1999, págs. 227-257
[4] Elie Wiesel en Carol Rittner, Sandra Meyers, – Rescate de judíos durante el Holocausto, NYU Press, 1986, pág.2
Galería de fotos:
Textos:
- Ellos eran sus vecinos – los perpetradores y observadores pasivos
- Grupo 1: La historia de Tamara Nikolayeva de Leningrado, Unión Soviética.
- Grupo 2: La historia de Janis y Johanna Lipke, de Riga, Letonia.
- Grupo 3: La historia de Andrée Geulen-Herscovici de Bélgica.
- Grupo 4: La historia de Jan Zhabinsky, director del zoológico de Varsovia, Polonia, y su esposa Antonina.
- Grupo 5: La historia de la Dra. Ella Lingens-Reiner y su marido Kurt de Austria.
- Grupo 6: La historia de María Olt de Hungría.
- Grupo 7: La historia del diplomático José Arturo Castellanos de EL Salvador.
- La invasión de la Unión Soviética
- Conferencia de Wannsee
- Los campos de exterminio
- Auschwitz – Birkenau
- La rutina en los campos