Lilly Jacob
Muchos estudiosos del Holocausto han llegado a la conclusión de que cuando un sobreviviente relata una historia que suena demasiado increíble para ser cierta, puede ser que sea justamente eso: la verdad. Así es la historia de Lilly Zelmanovic y su álbum de fotografías.
A los 18 años de edad Lilly Jacob fue deportada con su familia –junto a la mayoría de los judíos de Hungría- en la primavera de 1944. En la rampa de Auschwitz fue brutalmente separada de sus padres y sus hermanos menores; nunca más volvió a verlos. Ella tuvo suerte y sobrevivió; sin embargo, no siempre estaba convencida de que haber sobrevivido totalmente sola, privada de su familia, de sus amigos, de su mundo, fuera una suerte.
A diferencia de otros sobrevivientes, le fue concedido un pequeño milagro. En el día de su liberación, en el campo de concentración de Dora, a cientos de kilómetros de Auschwitz, encontró en las barracas desiertas de las SS un álbum de fotografías. Contenía, entre otras, fotografías de su familia y de sus amigos al llegar a la rampa sin saber que los esperaba la muerte. Ese era un vínculo único con lo que una vez había sido, que nunca volvería, y nunca más podría volver a ser.
Era también, según lo que sabemos ahora, la única evidencia fotográfica de los judíos llegando a Auschwitz o a cualquier otro campo de muerte.
Después de la Guerra, Lilly se reencontró con Max Zelmanovic, un conocido de antes de la guerra, y se casó con él. La venta de fotografías del álbum, tomadas sobre placas de vidrio, al Museo Judío de Praga, fue lo que le permitió a la pareja y a su primera hija, Esther, emigrar a los Estados Unidos. Se establecieron en Miami y allí creció su familia, aunque el álbum continuó siendo una parte central de sus vidas. Sobrevivientes dispersos por el mundo, enterados de este álbum único en poder de una camarera de Miami, atravesaban el país en su busca, con la esperanza de que su familia perdida, pudiera estar retratada en sus fotografías, como la de ella. No pasaba una semana en la que Lilly no trajera a casa extraños que no eran extraños, para que pudieran enfrascarse en las fotos y llorar.
Muy rara vez, alguien identificaba a un miembro de su familia, y Lilly le daba la fotografía. Dado que la gran mayoría de los judíos habían sido asesinados sin dejar rastros, la mayor parte de las fotografías quedó sin ser reclamadas.
En 1980 Serge Klarsfeld convenció a Lilly (cuya fotografía se ve arriba) de que el álbum debía ser puesto a salvo en Yad Vashem. Lilly viajó a Jerusalén, mostró su álbum al primer ministro Menajem Begin, y lo donó a Yad Vashem, donde se encuentra actualmente y se lo preserva para el futuro.
Lilly Zelmanovic falleció el 17 de diciembre de 1999. Que en paz descanse.