Poco después de la invasión alemana de Holanda en mayo de 1940, los nazis comenzaron a decretar leyes antijudías. Para evitar la deportación para realizar trabajos forzados en Alemania, Andries-Asher Hoffman decidió casarse con su prometida Helene (Leni) en una ceremonia civil exprés. Contrajeron matrimonio en un hospital de Ámsterdam donde Leni había estado ingresada durante muchos meses debido a una grave enfermedad intestinal. En febrero de 1943, los médicos aconsejaron a Leni que se marchase, temiendo que los pacientes del hospital fuesen evacuados y enviados al campo de tránsito de Westerbork. Sin embargo, poco después de regresar a casa, Leni fue arrestada y deportada junto con sus padres a Westerbork.
Mientras estaba en Westerbork, Leni estuvo en la enfermería, donde no había suministros de medicamentos y las condiciones eran muy duras. De vez en cuando, el hermano de Leni y Andries enviaba paquetes de ayuda a Leni y a sus padres con alimentos y suministros muy necesarios. Los padres de Leni escribieron en una carta que enviaron desde Westerbork:
«No os creeríais lo felices que estuvimos de recibir los cuatro paquetes. Solo nos quedamos el pan y las cuatro latas de salmón. El resto se lo dimos a Leni. El hospital está lleno y no tienen nada».
Contra todo pronóstico, Leni fue liberada de Westerbork junto con un grupo de judíos cuyos certificados de deportación de sus cónyuges habían sido aplazados. Poco después de que Leni fuera liberada, sus padres fueron deportados hacia el este, al campo de exterminio de Sobibor, donde fueron asesinados, al igual que una gran parte de los judíos holandeses.
A pesar de evitar la deportación, un gran peligro aún se cernía sobre las cabezas de la joven pareja, así que Andries y Leni buscaron desesperadamente un escondite. Con la ayuda del reverendo Van der Weg, un miembro de la resistencia holandesa, encontraron refugio en la casa de Cornelis y Amanda Petronella (van der Linden) Vissers en Bussum, a unos 25 km. al sureste de Ámsterdam, y llegaron allí en octubre de 1943. Como los Vissers habían acordado esconder a una mujer judía en su casa, en un primer momento se sorprendieron cuando llegaron Leni y Andries, pero rápidamente acordaron esconder a ambos, a pesar del enorme riesgo que implicaba.
Cornelis había preparado dos escondites: uno bajo el suelo donde estaba el piano y el otro debajo de un mueble. Dentro de la casa, la pareja judía deambulaba libremente, pero cuando se realizaban registros en la zona, utilizaban los escondites. Los alemanes vinieron tres veces para registrar la casa. En una de estas ocasiones, Andries se escondió en el escondite debajo del piano y las otras dos veces debajo del mueble.
Amanda hizo las compras para todos los miembros de la casa en diferentes tiendas para no despertar sospechas. En las épocas más difíciles, Cornelis y Amanda viajaron largas distancias para conseguir comida. Cornelis incluso trabajó para un granjero local con el fin de aumentar el sustento alimenticio para todos.
A principios de 1944, Leni quedó embarazada. La resistencia holandesa pudo obtener documentos de identificación falsos para que ella pudiera dar a luz en un hospital local. Después del nacimiento, regresó junto a los Vissers con su pequeña bebé, a quien llamó Mia-Amanda, en honor a su rescatadora.
Los Hoffman permanecieron en los Vissers hasta el final de la guerra y durante varios meses más. En 1948, emigraron al recién establecido Estado de Israel. A lo largo de los años, continuaron manteniendo un estrecho contacto con sus rescatadores. En 1966, Yad Vashem, reconoció a Cornelis y Amanda Vissers como Justos de las Naciones.
Años más tarde, Yona, el hijo de Leni y Andries, visitó el pueblo donde estaban escondidos sus padres. Mientras estaba allí, la familia Vissers le mostró el mueble que había camuflado el escondite en casa. Al comprender el gran valor de este objeto como una forma de contar la historia del rescate de su familia, trató de enviarlo a Israel.
En 2020, la familia Hoffman donó dicho mueble a Yad Vashem, el Centro Mundial de Conmemoración de la Shoá, para su custodia y para que continuase contando la historia de rescate.