Nadia Murad exhibe una figura diminutiva, mientras cuenta su historia de supervivencia después de haber sido capturada y torturada por combatientes de EIIL (ISIS por su acrónimo en inglés, Dáesh), sentada en la Escuela Internacional para la Enseñanza del Holocausto de Yad Vashem. Con serena dignidad relata lo que le ocurrió, junto con otros yazidíes, miles de los cuales fueron masacrados, enterrados en fosas comunes, capturados, torturados, violados y vendidos como esclavos por combatientes de EIIL. Actualmente los remanentes de los yazidíes están dispersos por todo el planeta, sin poder regresar a sus lugares de origen, que permanecen militar y políticamente inestables. Murad, que recientemente ha sido nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la ONU, convertida en la más conocida sobreviviente de las atrocidades cometidas contra los yazidíes, visitó recientemente Israel por primera vez para despertar la conciencia sobre los sufrimientos de su pueblo. Invitada a Israel como parte de una delegación de IsrAID, junto con su hermano Haider Elias, presidente de la organización "Yazda", llegó a Yad Vashem, el Centro Mundial de Conmemoración de la Shoá, para relatar a un pequeño grupo de personal directivo de la institución su conmovedora historia, y por su parte para estudiar sobre la experiencia de Yad Vashem para conmemorar los eventos y las víctimas del Holocausto.
"Es extremadamente significativo para nosotros su presencia aquí en Yad Vashem, escuchar su relato y ofrecer nuestro apoyo. Esperamos poder seguir asistiéndole en su búsqueda para conmemorar de manera significativa la tragedia de su pueblo", señaló el Dr. Eyal Kaminka, titular de la cátedra Lily Safra para la Enseñanza del Holocausto y director de la Escuela Internacional para la Enseñanza del Holocausto de Yad Vashem. Murad mencionó que escuchó sobre el Holocausto y subsecuentemente sobre Yad Vashem recién después de haber escapado del cautiverio y llegado a Alemania. Al familiarizarse con la probada experiencia de Yad Vashem en el terreno de la conmemoración, comprendió la importancia de visitar Israel y recorrer el monumento conmemorativo al Holocausto. Elias y otros miembros de Yazad –para quien Murad es actualmente su estandarte- resumen las iniciativas que están tomando. Estas van desde medidas legales para enjuiciar a los que llevaron a cabo las masacres de su pueblo, a asistencia a los miles de refugiados yazidíes, ya sea a lo largo y ancho de Europa y en lugares remotos como Canadá y Australia. Murad ha sido aceptada a un programa para refugiados en Alemania. Es evidente después de escuchar a la delegación que su futuro es incierto, y que queda mucho trabajo por hacerse para crear un sendero y avanzar.
En la reunión se discutieron diversos métodos de preservar y diseminar testimonios. Los miembros del equipo educativo aseguraron a los visitantes de que es mucho lo que pueden estudiar de los recursos de Yad Vashem sobre cómo transmitir la historia a las generaciones futuras y ofrecieron apoyo y asesoramiento. Al recorrer el Museo de la Historia del Holocausto Murad comentó su impresión de los numerosos paralelos entre la Shoá y la tragedia de su propio pueblo. Después de una larga y significativa jornada, para Murad y su delegación la importancia de las palabras "Nunca más" resuenan más verdaderas que nunca.