"Puedo mantener mi cabeza en alto"
Anne Meininger escribió estas palabras en su última carta, que fue enviada desde Francia a su hija Hilde Garti, en Bulgaria.
Eugen Meininger y Anne (de soltera Stern) vivían en Gotinga (Göttingen), Alemania. Eugen se ocupaba de la compra y venta de ganado. En 1913 nació su hija Hilde; ocho años más tarde nació Franz-Josef. En octubre de 1935 Eugen fue informado que su licencia comercial había sido revocada y de que debía dejar de trabajar de inmediato. Eugen falleció de insuficiencia cardíaca ese mismo día. Está sepultado en el cementerio judío de Gotinga.
Hilde se casó con Robert Garti, un dentista judío búlgaro que había venido a Alemania para estudiar, y se mudó con él a Bulgaria. Allí nacieron sus hijas Renée (posteriormente Rina Lavie) y Jeneline-Jenny (posteriormente Gila Ofir). En 1937 Franz-Josef emigró a la tierra de Israel (Palestina del Mandato Británico) por medio de la Aliat Hanoar (Aliá Juvenil) y se radicó en Kfar Yehezkel.
Después del nacimiento de su nieta Renée Anne viajó a Bulgaria para visitar su familia. Luego visitó a su hermana en los Estados Unidos y regresó a Alemania.
En 1940 Anne escapó a Luxemburgo, se trasladó a Francia y fue encarcelada en el campo de Gurs. El 30 de agosto de 1942 escribió su última carta a su hija desde el campo de Les Milles; de allí fue transferida a Drancy. El 1 de septiembre consiguió enviar una tarjeta postal a la tierra de Israel con augurios de feliz cumpleaños a su hijo Franz-Josef. Esa fue la última vez que se supo de ella. El 7 de septiembre de 1942 fue deportada a Auschwitz, donde pereció.
Josef se alistó en el Ejército Británico y combatió en las filas de la Brigada Judía. Posteriormente se casó con Dvora, que había conocido en Kfar Yehezkel, y ambos ayudaron al establecimiento del moshav Batzra, en la región del Sharón. En 1948 Hilde, con su esposo e hijas emigraron a Israel desde Bulgaria. En los años 1960 Josef cambió su apellido Meininger por el de Mann.
A lo largo de los años Anne envió cartas a su familia. Enviaba tarjetas postales a sus nietas desde Francia, ilustradas con dibujos alegres. En toda su correspondencia no hacía mención de las dificultosas circunstancias en las que estaba sumida, y continuó estando decididamente optimista. Aquí mostramos la última carta a su hija Hilde, escrita en ocasión del 29 cumpleaños de esta.
En 1999 Hilde Garti (Meininger) entregó a Yad Vashem Hojas de Testimonio en memoria de sus padres, Anne y Eugen. En 2011 la nieta de estos, Gila Ofir, donó a Yad Vashem las tarjetas y cartas originales de Anne, en el marco del proyecto “Reunir los fragmentos”.
Mis queridos, queridos hijos,
Hoy, en tu cumpleaños, mis pensamientos están intensamente enfocados en ti. Mi querida Musch, espero que hayas pasado hoy un buen rato, dadas las circunstancias. ¿Qué no daría para estar contigo? Debemos ser pacientes, ese día llegará. Estamos en el campo desde el miércoles y estoy verdaderamente bien. Ustedes en casa no deben preocuparse por mí. Estoy con muchos conocidos pero no nos quedaremos aquí, si bien no sé cuándo nos marcharemos. Por cualquier cosa escríbeme a Gutsy: 7 Rue St. Francois Le Sales, Annecy (Haute-Savoie). Ella me enviará a mí el correo.
Espero se encuentren bien, mis amores. No se preocupen por mí sin necesidad. Lo principal es que podemos recibir noticias el uno del otro. Continúen escribiéndome diligentemente y envíenme dulces fotos. Pasado mañana es el cumpleaños del pícaro [Franz-Josef, el hijo de Anne]. Este año no son días felices para mí, pero puedo mantener mi cabeza en alto. Ustedes conocen a su madre, es valiente así nomás. Iría con gusto a visitar a mis amigos, Otto y Marta, y entonces tendría buenas y agradables personas alrededor mío. Ellos definitivamente hubieran podido ayudarme. Quizás vaya a visitar a Tiltchen. El tiempo está muy bueno, y estoy todo el día en el aire fresco. Seguramente tienen mucho trabajo. Si estaría con ustedes podría estar muy ocupada y ser de ayuda. Cuando los vea voy a abrir grandes y sorprendidos ojos. Desearía que esto ya ocurra.
Voy a terminar por hoy. Mis cuatro queridos, sigan estando saludables, y continúen escribiéndome a conciencia.
Los beso,
Su Mutti [mamá] que los ama
La amiga de Anne agregó algunas líneas al pie de la carta:
Estimada Sra. Hilde,
Primero me quiero disculpar por no haber escrito durante mucho tiempo, pero he estado realmente ocupada todo el tiempo. Desafortunadamente tenemos mucho tiempo a disposición, pero también eso pasará. Todos tenemos el mismo destino y debemos confortarnos el uno al otro. Espero que usted, su esposo y sus queridos niños están todavía bien. Me mantengo informada a través de su madre, que es una mujer más preciada que el oro. Siempre estamos felices de ver las dulces fotos.
Cálidos recuerdos a… de mi parte.