Diseño de la exposición: desafíos y soluciones
El prof. Janán de Lange, exjefe del Departamento de Diseño Industrial en la Academia de Arte y Diseño Bezalel de Jerusalén, dirige junto con la arquitecta Tal de Lange el estudio homónimo, involucrado en una variedad de proyectos en el ámbito público y privado. Yad Vashem eligió este estudio para programar y diseñar la nueva exposición en el Bloque 27 del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau. En una entrevista especial realizada en vísperas de la inauguración de la exposición el prof. Lange describió el complejo proceso de programación y diseño, realizado en conjunto con el equipo del estudio y la coordinadora del proyecto Shirley Marco, y de que forma concibió las ideas que se esconden detrás del singular "Libro de Nombres", creado especialmente para la exhibición.
¿Cómo se fue gestando la concepción del diseño de la exposición?
Después de estudiar las distintas propuestas para la nueva exposición en el Bloque 27 nuestra conclusión fue que esta habría de tener dos características esenciales: sencillez y estar dirigida a los sentidos. Esto proviene de la dificultad fundamental –de todas las personas en general y de los judíos en particular- de explicar lo acontecido en esos años terribles. Sobre eso señaló el escritor sobreviviente del Holocausto George Perec: "No sé si tengo lo que decir, sé que no digo nada; no sé si lo que pude haber dicho no fue dicho porque es imposible de pronunciar... sé que lo que digo es vacío, casual y es testimonio definitivo de un fin del que no hay regreso". Nuestro desafío era crear una exhibición que expresase el suceso histórico espantoso sin pretenciones, explícito y exacto para los visitantes, en su mayoría jóvenes europeos no judíos.
El proceso de planificación y diseño estuvo acompañado de cientos de horas de discusiones y contemplación a lo largo de tres años. Nos aconsejamos con los curadores de la exhibición y con especialistas en los campos de la arquitectura, las artes, las comunicaciones, la tipografía y el cine. Ingenieros especializados nos ayudaron en la renovación y conservación del edificio del bloque. Asimismo trabajamos con técnicos de sonido y voz, expertos en acústica y otros.
El resultado de este esfuerzo colaborativo son los espacios de líneas limpias y minimalistas, que imparten de forma clara y directa los datos históricos. Cada espacio presenta su contenido específico de forma diferente pero todos crean una vivencia total a través de alguno de los sentidos y datos concretos. La consecuencia es una visita que no es puramente educativa sino también vivencial. Nuestro objetivo era que que los visitantes absorban y comprendan en profundidad en un corto lapso de tiempo e incluso se marchen con ideas renovadas acerca del significado de la conmemoración del Holocausto y de su propia experiencia contemporánea.
¿De qué modo utilizaron el edificio original?
El Bloque 27 del Museo de Auschwitz-Birkenau es un edificio de ladrillos rojos de dos pisos que comprende alrededor de 1.000 metros cuadrados. Es uno de varias decenas de edificios semejantes que el museo dedicó para conmemorar el destino de grupos nacionales y étnicos en el campo de concentración y exterminio durante la guerra. Al diseñar la exposición judía nos era muy importante conservar en la medida de lo posible los espacios originales dentro del bloque y dejar descubiertas las ventanas para destacar el contexto de la exposición – el entorno original en el que se desarrolló una parte significativa de la Shoah. El itinerario de la visita finaliza en la salida posterior del bloque que se dirige a la alambrada de púas que rodea el campo, a diferencia de los otros bloques, a los que se entra y sale por la puerta que da a la avenida principal.
¿Qué es el "Libro de Nombres" de la nueva exposición? ¿Cómo programó su diseño único?
Una de las tareas principales de Yad Vashem es reunir los nombres de cada una de las víctimas del Holocausto. Este proyecto vital dura ya seis décadas y hasta ahora fueron registrados 4.200.000 de nombres. Este es un logro notable, sin duda, pero es muy difícil explicar y representar ese cómputo.
El objetivo era crear un monumento eterno a los niños, mujeres y hombres judíos asesinados en el Holocausto que representase el número inconcebible de víctimas, así como sus identidades individuales. Creo que el "Libro de Nombres" cumple eso. Todos los nombres, las fechas y lugares de nacimiento y los sitios de muerte están impresos sobre páginas de un metro de altura iluminadas por una franja suave de luz que surge de entre estas. Se puede buscar el nombre de una víctima, señalarlo e incluso tocarlo y sentirlo. Así es posible realizar una conmemoración personal, privada. La colectiva se expresa a través de las dimensiones monumentales del libro: 58 tomos, de 140 páginas cada uno, con 500 nombres por página. Los libros tienen dos metros de altura y 14 de circunferencia. Todo ello evoca la pérdida colectiva sin precedentes, inconmesurable para el pueblo judío y la humanidad toda. Las hojas en blanco del último volumen están destinadas a la continuación del registro de los nombres que Yad Vashem seguirá encontrando y agregando para la posteridad.
Todos los apellidos que aparecen en el "Libro de Nombres" fueron tomados de la Sala de Nombres de Yad Vashem, así como de distintas listas de la época del Holocausto. Las Hojas de Testimonio son formularios especiales preparados en Yad Vashem destinados a reconstruir la identidad y el relato de vida de los seis millones de judíos asesinados por los nazis y sus colaboradores. Desde sus comienzos Yad Vashem labora sin descanso para recolectar las Hojas con los nombres, datos biográficos y, cuando es posible, las fotos de cada una de las víctimas. Estas Hojas, "lápidas simbólicas" en recuerdo de los judíos asesinados, son llenadas por sobrevivientes, familiares, amigos y conocidos. Todos pueden ser ubicados en la Base Central de Datos de Víctimas del Holocausto.
Más sobre las Hojas de Testimonio y la Sala de los Nombres.