Mensaje de Elie Wiesel
Abre tus ojos, visitante, reúne toda la fuerza de tu alma. Lo que vas a ver puede hace peligrar tu salud mental y tu integridad.
Aquí verás lo que es imposible ver en otra parte: la capacidad inconmensurable de los torturadores y la agonía infinita de las víctimas.
¿Cómo pudieron seres humanos concebir y más tarde ejecutar acciones tan inhumanas contra otros seres humanos? ¿Es que era humano ser inhumano?
Aquí, en la sede de la iniquidad absoluta, la humanidad sufrió una metamorfosis: el enemigo diseñó nuevas formas de sufrimiento, tortura y asesinato, sin precedentes en la historia.
Más de un millón y medio de niños, junto con sus abuelos y abuelas, fueron asesinados en la Shoah; entre ellos hubo quienes fueron arrojados a pozos ardientes y quemados vivos.
Selecciones, hambre, humillaciones: en este lugar la maldad adquirió dimensiones de divinidad maldita – los asesinos provenían de familias e instituciones prestigiosas; sus víctimas eran descendientes de un pueblo antiquísimo que sobrevivió a la antigüedad.
No todas las víctimas de este lugar eran judías, pero todos los judíos fueron víctimas.
Las masas traídas aquí de todos los confines de la Europa ocupada y que no fueron exterminadas de inmediato, se encontraron dentro de un universo paralelo al nuestro, con sus científicos y trabajadores, creyentes y ateos, teóricos y artistas, poetas y comerciantes, pobres y ricos, políglotos y artesanos. En este lugar se fue testigo de una una idea opuesta a la de reunión de los exilios. En lugar de redención, muerte en las cámaras de gas.
Abre tus corazón,visitante. Y tu consciencia. Y tu alma. Cuando camines por la exhibición “Shoah”, envuelto en las imágenes y los sonidos del pasado, escucha las voces de las víctimas, observa los dibujos de los niños, toca los nombres de las víctimas. Sé el mensajero de este lugar. Lleva contigo el mensaje que solamente los muertos pueden dar todavía a los vivos: el mensaje del recuerdo.
Elie Wiesel