Sofia Kritikou (Kritikoy)
(Grecia)
Sofia Kritikou, una madre soltera, trabajaba de limpiadora de casas en Atenas. Vivía en Peristeri, cerca de la capital griega, junto con su hija Agapi. En septiembre de 1943 se produjo la ocupación de Atenas por los alemanes; con ella comenzó la persecución de los judíos en la ciudad.
Un día de marzo, haciendo caso a un rumor de que se estaban distribuyendo raciones de comida en la sinagoga central, la madre y dos tías de Herman (Tsvi) Kazansky fueron al lugar para no regresar. Más tarde la familia se enteró que habían sido deportadas a Auschwitz, donde perecieron. Después de la desaparición de la madre el padre de Tsvi, David, hizo pasar a su familia –que incluía a Tsvi, de 18 años, a Liana de 16 y a Jeny (Gina) de ocho, a la clandestinidad. Poseían documentos de identidad falsos con nombres griegos ortodoxos emitidos por el comandante de policía del barrio en que residían.
Al principio encontraron refugio temporal en casa de amigos y conocidos, a quienes David pagaba por la manutención, pero pretendía encontrar una solución más estable. El socio griego del taller de costura le mencionó el nombre de Sofia Kritikou. Este socio era el padrino de la hija de Sofia, de ocho años. Sofia era una mujer humilde, muy trabajadora. Cada día iba a pie a Atenas, a pesar de que la ciudad quedaba bastante alejada de su casa. Sin embargo, a pesar de sus propias dificultades no tuvo dudas de brindar ayuda a la familia. Al principio no sabía que la familia a la que dio alojamiento era judía, pero cuando se enteró de su verdadera identidad no los echó de la casa, a pesar de la pena de muerte a la que se arriesgaba por esconder judíos. Los Kazanskys se refugiaron en la casa de Sofia hasta que finalizó la guerra. Tsvi se había incorporado a las fuerzas de resistencia, pero solía visitar a la familia durante las vacaciones.
Después de la guerra David Kazansky y Liana (Vasialiadou de casada) permanecieron en Grecia. Tsvi y Gina (Banchik de casada) emigraron a la tierra de Israel. Tsvi regresó a Atenas para visitar a su salvadora en 1964. Allí se encontró nuevamente con Agapi, la hija de Sofia, y se enamoró de ella. Ella se convirtió al judaísmo, se casaron y emigraron a Israel. Agapi adoptó el nombre de Ruth, y Sofia Kritikou fue a vivir a Israel con su hija y yerno. Sofia falleció en 1995, a la edad de 100 años.
El 23 de agosto de 1998 Yad Vashem reconoció a Sofia Kritikou como Justa de las Naciones.