“Mis amigos más cercanos son de esa época, y lo son precisamente hasta este día.”
(Del testimonio de Antek Lemberg)
En Otwock los pequeños supervivientes encontraron –muchos por primera vez en sus vidas–, otros niños que sufrieron experiencias similares a las suyas. Para algunos que habían estado escondidos los chicos del hogar eran los primeros con los cuales podían jugar, interactuar y establecer amistades. Otros, que sobrevivieron bajo una identidad falsa, podían por fin abrirse y relacionarse con los demás sin temor de revelar su verdadera identidad. Todos, criados en el silencio y la soledad, debieron aprender a comunicarse y a abrirse hacia quienes los rodeaban.
“Nos encantaba vivir en el hogar junto a los otros niños. En esencia eran los primeros amigos que teníamos. Durante toda la guerra prácticamente no tuvimos amigos o no pudimos jugar libremente. Incluso si jugábamos con alguien era siempre bajo el temor de tener que esconder algo, de no poder ser abiertos y comunicativos. Aquí por primera vez había chicos con los cuales podíamos ser amigos.” (Del testimonio de Wiktoria Blum)
Los chicos lograron superar las dificultades inherentes y crear amistades duraderas que sobrevivieron las pruebas del tiempo y la distancia. Para muchos de ellos los lazos de amistad perduraron más de medio de siglo.
La atmósfera cálida y amistosa creada dentro del hogar fue también consecuencia del esfuerzo de los educadores y el personal. Los miembros del personal docente, también ellos sobrevivientes que habían perdido gran parte de sus familias, estaban dedicados de todo corazón al bienestar de los jóvenes y desarrollaron vínculos duraderos con ellos. Un testimonio de ello son las numerosas cartas y fotos que los muchachos continuaron enviando a los miembros del personal a lo largo de sus vidas. Considerándolos parte de su familia les enviaban fotos de los eventos importantes, informándoles de bodas, nacimientos y otras cuestiones por el estilo. Las amistades que se crearon, ya sea entre los niños y el personal o entre ellos mismos perduraron después de que todos abandonaron el hogar para comenzar una nueva etapa en sus vidas.