Luba Bielicka Blum nació en Vilna en 1906, la primogénita de una familia religiosa pobre de diez almas. Su sed de conocimientos la llevó a inscribirse en el Gymnasium [colegio secundario] judío recientemente inaugurado en la ciudad. Allí conoció a quién sería su esposo, Avraham (Abrasha) Blum, un activista del Bund de Varsovia. Ambos se afiliaron a Tzukunft, el movimiento juvenil del Bund. Después de graduarse Abrasha se trasladó a Gent, Bélgica, para estudiar ingeniería estructural y Luba se enroló en la escuela judía de enfermería de Varsovia. Después de que Abrasha completara sus estudios la pareja se reencontró y contrajo matrimonio en la capital polaca. Tuvieron dos hijos, Wiktoria y Alexander, nacidos en 1932 y 1936 respectivamente. Luba trabajaba en la escuela de enfermeras en la que había estudiado y llegó a ocupar el cargo de vicedirectora y supervisora de la capacitación en asistencia social de las futuras sanitarias.
Al estallar la guerra en septiembre de 1939 Luba se hizo cargo de la dirección del instituto debido a la ausencia del director. Mientras muchos de los líderes del Bund decidieron escapar hacia Rusia, Luba y Abrasha prefirieron permanecer en Varsovia y continuaron haciendo funcionar la escuela y participando de las actividades del Bund, a pesar de las dificultades que ello conllevaba. Después del establecimiento del gueto en Varsovia la escuela de enfermería se vio obligada a trasladarse al gueto. Luba vivía con sus hijos dentro de esta. Allí logró conseguir una autorización oficial que permitió que la escuela seguir continuara funcionando. Las estudiantes, además de asistir a las clases formales, trabajaban en los hospitales del gueto. Durante las deportaciones masivas del verano de 1942 las estudiantes, junto a Luba y sus hijos, fueron conducidas al Umschlagplatz para ser deportadas. Luba cosiguió liberar a algunas de ellas gracias a unos documentos que les permitían permanecer en el gueto como alumnas de la escuela de enfermería. También logró salvar a sus hijos de la deportación ocultándolos en una ambulancia. Su esperanza de quedarse en el gueto aún después de las deportaciones masivas se hizo añicos cuando los alemanes asesinaron a los pacientes del hospital junto a médicos y enfermeras que los atendían. Durante esa Aktion logró esconderse en un sótano con sus hijos y algunas enfermeras. Gracias a los contactos que tenía con enfermeras polacas y miembros del partido comunista pudo hacer sacar del gueto a sus hijos junto con otros niños. Ella misma consiguió salir antes del estallido de la rebelión, pero Abrasha se quedó adentro por ser uno de los líderes bundistas del levantamiento. Después de la rebelión fue capturado en Varsovia y asesinado. Luba logró sobrevivir escondida junto con Wiktoria gracias a documentos falsos, mientras que Alexander vivió en el seno de una familia polaca bajo una identidad ficticia. En 1944 regresó a uno de los suburbios de Varsovia y fue liberada por el Ejército Rojo en el otoño de ese año. Más tarde se reunieron con Alexander.
En marzo de 1945 el Comité Central de judíos de Polonia se hizo cargo del Hogar de Niños de Otwock y designó a Luba como su directora. Trabajando con un personal dedicado y con ayuda financiera del Joint Distribution Committee el hogar proveyó a los chicos de una atmósfera cálida y protectora. Cuando el hogar fue cerrado en 1949, Luba regresó a Varsovia y restableció la escuela de enfermería. Recibió muchos reconocimientos por su dedicación como enfermera y directora, entre ellos la prestigiosa medalla Florence Nightingale por sus actividades durante la guerra bajo la opresión nazi.
Falleció en Varsovia en 1973.