Comienzos del programa
“Yad Vashem debe reunir todos los datos de esas buenas acciones”
En los primeros años de su existencia Yad Vashem se enfocó en la investigación, la recolección de documentos de archivo y testimonios, así como en la reunión de nombres de víctimas. Debido a limitaciones presupuestarias, al hecho de que la institución estaba en las primeras etapas de su desarrollo y a que su dirigencia decidió poner el énfasis en la investigación, no se hizo mucho progreso en el tema de la conmemoración de los “Justos” y otros objetivos señalados en la Ley de Yad Vashem. Se publicaron algunos artículos sobre salvadores no judíos, incluidas dos reseñas sobre Anton Schmid, el bienhechor de Vilna y la necesidad de realizar ceremonias para honrar a los defensores fue recordada repetidamente por los supervivientes. Estos no olvidaron a aquellos que estuvieron a su lado durante el Holocausto, mantuvieron contacto con ellos después de la guerra, les enviaban paquetes y dinero, los invitaban a visitar Israel y escribían al liderazgo nacional y a Yad Vashem solicitando rendir tributo a quienes salvaron sus vidas. En 1955 Rajel Auerbach, una sobreviviente de Varsovia que estaba a cargo en Yad Vashem de la recolección de testimonios de supervivientes, sugirió que la institución debería plantar árboles en honor de los “Justos”.
Después de la captura de Adolf Eichmann, Arié Kubovi, el presidente de Yad Vashem, informó que estaba recibiendo numerosas solicitudes que pedían que Yad Vashem mostrara al mundo “que el pueblo judío no estaba interesado solamente en llevar a los perpetradores a la justicia sino que también deseaba rendir tributo a los bienhechores”. En consecuencia el 1 de mayo de 1962, Día del Recuerdo del Holocausto, fue inaugurada la Avenida de los Justos de las Naciones y se plantaron los primeros árboles en su trayecto.
Fragmentos de solicitudes para honrar a salvadores:
Carta al editor de Naje Israel Zeitung (traducida del ídish), 5 de mayo de 1961:
“No podía creerlo... había un alemán, el Sr. Otto Busse, que ayudó a los combatientes de la resistencia en Bialystok y a los partisanos en los bosques, que arriesgó su vida y la de su familia en Alemania... La fe en el espíritu humano no está perdida, y gracias a esos queridos amigos de la humanidad el mundo se salvará de otro diluvio [la destrucción a manos de Dios en el libro de Génesis]... Yo creo que Yad Vashem debería reunir todos los datos de esas buenas acciones – conocidas y desconocidas...”
Carta de Julian Aleksandrowicz (salvado por Aleksander Roslan) al primer ministro David Ben Gurión, 10 de noviembre de 1960:
Propongo que especialmente ahora, en vísperas de la apertura del juicio a Eichmann, el gobierno de Israel –la institución más apropiada- debería lanzar una campaña para honrar a aquellos que arriesgaron sus vidas para salvar judíos durante la ocupación alemana... El propósito sería mostrar a la juventud de todo el mundo... que la meta principal de la humanidad es la ayuda brindada por personas fuertes a los más débiles... Sabemos que el futuro del mundo depende de la sabiduría de coexistencia y de los valores que inculcaremos a las generaciones jóvenes...”
Carta de Erika Mayer (salvada por Gertrud Wijsmuller) al Ministerio de RREE de Israel, 25 de julio de 1961:
“En este momento, cuando el relato del proceso a Eichmann nos trae en mente las atrocidades cometidas por los alemanes, es bueno saber que a pesar de las más terribles amenazas siempre ejecutadas a pleno por los nazis, hubo personas suficientemente valerosas que les hicieron frente...”