De generación en generación
"Nuestra familia judía – porque los consideramos realmente una familia"
La memoria del rescate – la más noble expresión de sacrificio y solidaridad, tanto como el terrible sufrimiento que a menudo conllevaba - continúa marcando las familias de salvadores y salvados.
En algunos casos las partes se conocían desde antes de la guerra, pero a menudo no había ninguna conexión anterior entre los judíos y las personas que los salvaron. Más frecuentemente los salvadores provenían de diferentes entornos y tenían muy poco en común con los judíos por quienes arriesgaban sus vidas. A pesar de esas diferencias y las circunstancias preñadas de peligros que acompañaban a la ayuda a los judíos clandestinamente, los vínculos entre los salvadores y las personas que rescataron en muchos casos se convirtieron en relaciones profundamente cercanas, que se ven fomentadas por las generaciones siguientes de las familias de salvadores y rescatados.
No obstante se dieron otras situaciones. La separación después de la liberación era a menudo difícil, especialmente cuando había que devolver niños que los salvadores se habían acostumbrado a amar, y los niños eran arrancados nuevamente de un entorno familiar y entregados a extraños. En ocasiones las relaciones se interrumpían después de esas experiencias traumáticas. En otros casos el contacto se interrumpía debido a circunstancias políticas, emigración, el deseo de los supervivientes de olvidar el terrible pasado y poner el foco en la reconstrucción de sus vidas, y en algunos casos por el miedo de los salvadores de que sus vecinos antisemitas comprobasen que habían brindado refugio a judíos. Décadas más tarde algunas familias se proponían renovar los contactos y se dirigían para ello a Yad Vashem. Los encuentros bañados de lágrimas demuestran los vínculos especiales entre las familias, a pesar de la distancia, las diferencias de origen y las barreras del lenguaje entre los miembros de la segunda, tercera e incluso cuarta generación.
"Mi familia es desgraciadamente sumamente pequeña... Pero nuestra familia judía (porque los consideramos realmente nuestra familia) vino con sus hijos, nietos e incluso bisnietos. ¡Qué tributo maravilloso para mi abuela!"
(Catherine Pots, nieta de la Justa de las Naciones belga, Marie Pots)