En sótanos, fosas y áticos
Mykola y Maria Dyuk
Clara Safran, su hijo Roald, su hermano Samuel Rosen y su esposa Josefina, de Zloczów (por entonces en Polonia, actualmente llamada Zolochiv en Ucrania) fueron escondidos durante 15 meses (desde enero de 1943 hasta junio de 1944) en la escuela de Mykola y Maria Dyuk en la aldea de Uniow (actualmente Univ). Mykola era el director y maestro de la escuela de una sola aula. El y su esposa vivían en el edificio de la escuela.
Al principio Dyuk escondió a la familia en el ático de la escuela. Tenía una sola ventana desde la cual Roald podía contemplar a los niños que jugaban abajo. De pie cerca de la ventana podía espiarlos en secreto, pero nunca acompañarlos en sus juegos. Más tarde describió la experiencia en un poema titulado "Campos de visión". Confinado a un pequeño espacio Roald pasaba el tiempo jugando con su madre. Ocultos en el altillo en la pequeña aldea se imaginaban viajando desde Uniow a San Francisco.
"Para llegar de Uniow a San Francisco/ esto es lo que harás mami; primero/ caminarás a la carretera que termina/ cerca de la iglesia, espararás un poco/ a un campesino que te conduzca/ por algunos kopeks, a la ruta principal/ esa que me dijiste que padre/ le construyó los puentes. Allí esperarás/ el autobús. En Zloczów subirás/ al tren..." ["Juegos en el ático", 1943]
El techo del ático estaba rajado en algunos lugares y el cuarto estaba expuesto a todo tipo de tiempo. En consecuencia la familia fue trasladada a un depósito carente de ventanas. Roald se quedó sin sus preciadas vistas de la aldea.
Maria y Mykola Dyuk tenían tres hijos pequeños y al esconder judíos en el edificio de la escuela exponían a toda la familia a un grave peligro. Después de la guerra Clara Safran-Hoffmann relató que al principio Maria Dyuk se opuso a brindar refugio a la familia. Ante las posibles consecuencias que acarreaba esconder a judíos era comprensible la aprensión que sentía. Pero Mykola la convenció de ejecutar el plan y ella aceptó cuidar a los judíos y prepararles la comida.
El 23 de septiembre de 2007 Yad Vashem reconoció a Mykola y Maria Dyuk como Justos de las Naciones.
Del testimonio de Roald Hoffmann:
El ático consistía de uno falso sobre el verdadero. Había una sola ventana y desde allí podía ver a los niños de la escuela – era el edificio de una escuela - jugando afuera. Y sentía – todavía siento - el dolor de ver a esos niños libres de moverse y yo no poder salir...
También tenía que guardar silencio. Eso debía ser difícil. Eso es un gran tributo a mi madre – ella se pasó inventando juegos para jugar conmigo durante 15 meses- desde enero del 43 hasta junio del 44. Juegos – me acuerdo de algunos... los mejores que recuerdo eran los de geografía. Eran como... mi madre nombraría algunos lugares alrededor del globo como San Francisco y yo debía indicar como iría desde Zloczów a esa ciudad, exactamente cómo debía viajar: tenía que tomar el tren a Danzig, subir a un barco y luego nombrar cada uno de los mares por los que pasaría... era muy divertido.
Campos de visión, por Roald Hoffmann
"Para llegar de Uniow a San Francisco
esto es lo que harás mami; primero
caminarás a la carretera que termina
cerca de la iglesia, esperarás un poco
a un campesino que te conduzca
por algunos kopeks, a la ruta principal
esa que me dijiste que padre
le construyó los puentes. Allí esperarás
el autobús. En Zloczów subirás
al tren (quizás puedas visitar
a la abuela Sabina, cuando se vayan los nazis)
a Lemberg, espera algunas horas, luego
Varsovia, aún por tren a Gdansk.
Luego subirás a un barco, saldrás
a la bahía de Danzig, el Báltico,
vía Öresund, Kattegat, y...
me olvidé el tercero, alrededor
de Dinamarca, pero quizás puedas cortar
por el canal de Kiel. Afuera
al Mar del Norte, el Canal Inglés,
al Atlántico. Luego, porque
tenemos tiempo, como aquí en el ático,
podemos navegar por la ruta larga (¿quieres
decirme todos los nombres
de las islas que pasamos, mami?) alrededor
de Sudamérica, a través del Estrecho
de Magallanes, cerca de Tierra del Fuego, por
la larga costa de Chile y esa isla
de Robinson Crusoe –por favor, quiero
leer de nuevo la historia- más arriba
pasamos por Panamá, donde hay un canal
que podría ahorrarnos tiempo, arriba
esa larga pata de pollo que sale
de Méjico, a California. Aquí hay una bahía,
aquí está San Francisco. ¿Cómo lo hice,
mami, lo hice bien, mami?
Cerca de San Francisco, 1989
Citado con permiso del autor
Campos de visión, porRoald Hoffmann
Desde el ático el muchacho
miraba a los chicos jugar, pero
siempre estaban escapándose
fuera del marco de la ventana.
Y las persianas envejecidas
separaban el espacio, así
que no podía saber
adonde el balón que Igor pateó
(escuchó a los chicos llamar
a Igor por su nombre) acabaría.
El muchacho estaba siempre moviéndose,
De un listón a otro,
Tratando de hacer salir
al mundo. Vió a la esposa
del maestro Dyuk con una cesta,
luego la vio regresar
con huevos; podía olerlos.
Una vez vio un ganso gordo,
escapar de su jaula, salvado
de la matanza, pensó. Una vez
vio a una niña. Con su
bordado chaleco
cárpato. Pudo ver el cielo,
con los listones apuntando hacia abajo; vio
el campo de la escuela,
siempre el mismo campo, sólo
la nieve vuelta barro
vuelto grama vuelta nieve. Más tarde
el muchacho creció, vino a
América, donde
Fue un buen estudiante, elogiado
Por su atención a los datos;
Enseñaba a la gente a ver
Cada distorsión
De una molécula, por qué
Etileno sobre hierro
Se convertía en eso, no otra cosa.
En el universo, pensaba, debían
Haber razones. Sus poemas
No eran soñadores, sino llenos
De datos
Exasperantes. Más tarde observó
A su madre, cuyos ojos
Se debilitaban, mover su cabeza
en la forma en que lo hacía, para echar
oh un vistazo, el más pequeño
fragmento que refleja la luz
de nuestro mundo, encerrado.
(De Roald Hoffmann, Soliton, Truman State University Press, Kirskville, 2002 Citado con permiso del autor).