El coraje de desafiar
Dimitar Peshev
En marzo de 1941 Bulgaria se alió con Alemania y fue recompensada con porciones de la Tracia griega y Macedonia yugoslava; ambos territorios contaban con población judía. Algunos meses antes el parlamento búlgaro había promulgado la "Ley para la protección de la nación", que fue seguida por una serie de decretos racistas contra sus ciudadanos judíos, que restringían sus derechos, imponían el trabajo forzado a los varones y les exigían llevar la estrella de David. A pesar de las protestas de varias organizaciones cívicas la legilación fue aprobada por el Sbranie (parlamento). Dimitar Peshev, el vicepresidente de la legislatura, favorecía la alianza de Bulgaria con Alemania y apoyaba la legislación antijudía. Peshev consintía con las medidas porque estaba convencido que el precio que los judíos debían pagar era justificado frente a las ganancias que el país obtendría.
Sin embargo, cuando a principios de 1943 Bulgaria accedió a las demandas alemanas y aceptó deportar a los judíos, Dimitar Peshev no pudo seguir aprobando las políticas de su gobierno y decidió actuar.
En febrero de 1943 Bulgaria había firmado un acuerdo con la Alemania Nazi para la deportación de 20.000 judíos a los campos de exterminio en Polonia. El acuerdo indicaba la deportación de los judíos de los terriotorios ocupados de Tracia y Macedonia; el resto estaría compuesto por judíos de varias comunidades búlgaras.
Los judíos de los territorios anexados fueron sacados de sus casas y colocados en campos de reunión. Algunos fueron detenidos dentro de Bulgaria, a la espera de su deportación. Marko Peretz, uno de los pocos sobrevivientes, describió su encuentro con los judíos búlgaros que observaban con horror el suceso: "Corrían en dirección a las vías de tren. Ambos grupos lloraban. ¿Nos volveremos a ver?"
La comunidad judía de Kyustendil, la ciudad natal de Peshev, había sido señalada para la deportación. La noticia filtró y una reunión de judíos y no judíos decidió mandar una delegación a Peshev en Sofía para reclutar su ayuda. "No tenía dudas de lo que iba a pasar y mi comprensión del verdadero significado de los planes no me permitían permanecer como un mero espectador," escribió este después de la guerra, "decidí hacer todo lo que estuviera a mi alcance para prevenir la implementación de los planes."
En marzo de 1943, cuando los judíos de Tracia y Macedonia estaban siendo concentrados como paso previo a su deportación a Treblinka, Peshev fue de un líder a otro en un intento de revertir la decisión de su gobierno. Pidió una audiencia con el primer ministro y fue a ver al ministro del interior. Este útimo le mintió, negando que hubiese una intención de deportar a los judíos, pero de inmediato informó al primer ministro de que el programa ya no era un secreto. Mientras se imponía un toque de queda a los judíos de Kyustendil y el primer ministro persistía en su negativa de recibir a Peshev, éste redactó una carta de protesta y solicitó a los miembros del parlamento firmar la petición. Finalmente, debido a la intensa actividad, se decidió suspender la deportación de los judíos de Bulgaria propiamente dicha. Al mismo tiempo el primer ministro decidió impugnar a Peshev. Este perdió su cargo y se convirtió en un paria político.
De esa forma, en un corto periodo, y gracias a Dimitar Peshev, los cuatro miembros de la delegación de Kyustendil y algunos líderes eclesiásticos, 48.000 judíos búlgaros fueron salvados del exterminio.
La comunidad judía de Bulgaria sufrió persecuciones hasta el fin de la guerra, pero se salvó completamente de la deportación a los campos de exterminio.
Más de 11.000 judíos de Tracia y Macedonia fueron deportados a Treblinka y asesinados. Esas comunidades fueron destruidas casi totalmente; sólo algunos centenares sobrevivieron.
El 10 de enero de 1973 Yad Vashem confirió a Dimitar Peshev el título de Justo de las Naciones.