El coraje de desafiar
Chiune Sugihara, cónsul japonés en Kovno
"Puede que tenga que desobedecer a mi gobierno; pero si no lo hago estaré desobedeciendo a Dios."
Después del ataque alemán a Polonia y el comienzo de las persecuciones contra los judíos, muchos de estos escaparon hacia el Este; alrededor de 15.000 llegaron a Lituania. Atrapados entre los nazis y los soviéticos buscaban desesperadamente vías de emigración.
Chiune-Sempo Sugihara, un diplomático japonés de carrera, llegó a Lituania en 1939, cuando el país era todavía independiente. Cuando Lituania fue anexada por la Unión Soviética en el verano de 1939 se solicitó a todos los diplomáticos extranjeros abandonar Kovno para fines de agosto. Mientras empacaba sus pertenencias Sugihara fue informado de que una delegación judía estaba esperándolo al frente de su consulado, y le solicitaban una entrevista. A pesar de que estaba por abandonar sus funciones y hubiera podido sin duda ignorar el pedido, accedió encontrarse con la delegación para una breve conversación. La delegación tenía un pedido desesperado: dado que se había vuelto prácticamente imposible obtener visados de inmigración a cualquier lugar del mundo, la única posibilidad era viajar a Curaçao – una colonia holandesa- que no requería permisos de entrada, pero hacía falta un visado de tránsito japonés para obtener permiso para atravesar la Unión Soviética.
El cónsul envió un cable a sus superiores en el ministerio de relaciones exteriores, solicitando instrucciones, pero, preocupado por la situación de los refugiados, comenzó a emitir visados por su propia iniciativa. No dejó de hacerlo, también cuando recibió una respuesta negativa de Tokyo. En poco tiempo, antes de que el consulado fuera clausurado, y Sugihara tuviese que abandonar Kovno, miles de judíos recibieron visados. Se dice que estuvo sellando pasaportes incluso en la estación de trenes, cuando se disponía a salir de Lituania.
Once meses después de que la pequeña ventana de escape se cerró definitivamente, Lituania fue ocupada por Alemania y la mayoría de los judíos que se encontraban en el país fueron exterminados.
El 4 de octubre de 1984 Yad Vashem reconoció a Chiune-Sempo Sugihara como Justo de las Naciones.